~Primera Ola~
Capítulo 39
A Luhan no le gusta lo que ve.
Está de pie descalzo en el cuarto de baño completamente desnudo. Tiene frío, pero no agarra una toalla para cubrirse. La camisa de Jongin está colgando en el gancho de la puerta, pero él no hace ningún movimiento para usar eso también. Está demasiado ocupado mirándose en el espejo, demasiado aturdido para moverse, y no le gusta lo que ve.
Porque si el vacío y la soledad tuviesen forma o una imagen, sería en la forma de Luhan y eso es todo lo que ve ahora mismo, devolviéndose la mirada.
No se había sentido así antes. Bueno, quizás una vez, pero había sido hace tanto tiempo que olvidó lo pesado que se sentía. Se despertó de un sueño profundo esta mañana, nada inusual. Pero él todavía se sentía... extraño. Una especie de extraña deprimencia. Despertar y tener a Jongin durmiendo a su lado con su brazo alrededor de su cintura hizo la soledad parecer un poco soportable. Pero no del todo.
“Hey.”
Luhan mira su reflejo para ver a Jongin meter su cabeza dentro, pero cuando ve a Luhan allí de pie, sin hacer nada, lentamente camina dentro, mirándolo con cuidado.
“¿Estás bien?”
¿Estoy bien?
“No lo sé.” Responde y mira mientras los reflejos de sus labios se mueven. Pero no se siente así mismo hablar. “Me siento tan… vacío.”
Sí, vacío. Es como si nada estuviese dentro de él, pero Luhan también siente que pesase una tonelada.
“¿Enfermo?” Jongin pregunta de nuevo, como si sentirse vacío no fuese un sentimiento.
“No, solamente...vacío.”
Luhan traga saliva. No entiende lo que es este sentimiento y no se da cuenta de que está temblando porque Jongin lo está envolviendo con una toalla, y calentándolo, sus manos están frotando sus hombros para deshacerse del frío.
“Anda a bañarte y ponte ropa, ¿de acuerdo?”
Luhan asiente, mirando al espejo mientras Jongin lo deja.
Salir de un baño frío sintiéndose un poco fresco y estar con ropa le hace sentir un poco mejor. Pero todavía se puede sentir el vacío en su interior. Él está agradecido que no tengan una presentación hoy. Luhan no le gustaría presentarse con poco entusiasmo y decepcionar a la multitud.
Se sienta en el borde de su cama, sintiéndose un poco débil y Jongin se deja caer a su lado.
“No te he visto de esta manera antes.” Jongin frunció el ceño, mirándolo.
“No me he visto así antes, tampoco.” Murmura el más bajo -miente- en respuesta.
Él ha estado así antes. Años y años atrás. Nunca esperó sentirse así de nuevo ahora.
“¿Sehun te hizo daño?” Jongin pregunta.
Sehun.
Una imagen de Sehun pasa ante sus ojos y se sienta allí mirando en la cabeza. Una imagen de Sehun sonriendo. Una imagen de él riendo. Y a continuación, las imágenes le hacen sentir también. Cómo Sehun hace su piel caliente y fresco como la puesta de sol que ve cada vez que se dirige la cubierta. Cómo las manos grandes de Sehun saben sostenerlo, haciendo que se sienta cómodo y sin miedo. Cómo los labios de Sehun se sienten mismo efecto fantasma sobre su piel, haciéndole sentirse querido, importante.
Jongin sostiene su rostro en sus manos haciendo que las imágenes se desvanezcan poco a poco y lo observa inclinar su cabeza de lado a lado. Jongin rueda lentamente sus mangas hasta el hombro, estira el cuello de su polo y revisa el cuello de Luhan.
“No hay moretones.” Jongin comenta y Luhan lo detiene.
“Jongin, él no me hizo daño. Estoy bien.”
“¿Acaso usó condón? ¿Usaste condón?”
Luhan suspira. “Sí, lo hizo. Lo hicimos.”
“¿Utilizó suficiente lubricante?”
“Si, ¿está bien?” Pero Jongin sigue observando cada parte de su cuerpo y Luhan débilmente retira las manos por preocuparse mucho por él. “Jongin, para. ¿Está bien? Estoy bien. Estoy bien. Sehun y yo estamos bien.”
Están bien.
¿Es eso lo que le preocupa? ¿Es porque todo está bien lo que lo hace sentir incómodo?
Esta cosa con Sehun debería terminar por ahora. Eso de besarse alrededor de los pasillos vacíos y follando en habitaciones vacías. Esas caricias y este sentimiento de no ser capaz de obtener suficiente el uno del otro deberían haber parado por ahora. Pero aquí están casi tres semanas en el crucero, aún jugando uno con el otro. Sólo uno con el otro.
Y a Luhan le gusta.
Le gusta tener una persona para él solo. Le gusta la forma en que no se ha acostado con otro hombre en tres semanas que no sea Sehun. Jongin no cuenta. Debido a que dormir con Jongin es un hecho. Es natural. Pero con Sehun, solamente Sehun, durante tres semanas, eso es algo que se pregunta: ¿por qué le gusta tener solamente a Sehun? ¿Por qué se siente contento?
Jongin está murmurando cosas sobre los juguetes que se utilizan y si Sehun fue un poco demasiado lejos y Luhan sostiene su muñeca para detenerlo.
“Estoy bien.” Luhan afirma.
“Más vale que lo estés.” Jongin responde, serio “Porque no me gusta verte así.”
Luhan ve la mirada de preocupación en el rostro de su mejor amigo y afloja su agarre sobre él.
“Luhan.” Toma su rostro entre las manos una y la mirada de preocupación se sustituye por otra que Luhan ve como tener miedo. “Nunca te he visto así.”
Luhan sólo asiente sabiendo cómo Jongin es lo más parecido que tiene como tener a alguien y se olvida que él es más joven que él y lo quiere como amigo también y necesita tranquilizar de cosas. Se acerca más y se asienta con la cabeza en el pecho de Jongin, lo deja envolver sus brazos alrededor de él y permanecen así durante un momento, respirando calidez y familiaridad del otro.
“Estoy bien.” Luhan miente y con la forma en Jongin aprieta los hombros en respuesta, él sabe que el mago no le cree. Luhan suspira. “Estoy bien. Es solo que… necesito una distracción.”
Y su distracción en estos días ha sido siempre Sehun.
Así que es natural para él ir a cuidarlo después de tranquilizar a Jongin diciéndole que está bien. Todo lo que necesita para satisfacerlo y distraerlo es Sehun porque odia estar demacrado. Y Sehun siempre sabe cómo llenarlo él todas las formas adecuadas, incluso si es sólo temporal.
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Se lo encuentra caminando por un pasillo vacío y Luhan agradece que no haya nadie alrededor para verlos mientras toma su brazo y lo arrastra a un rincón apartado. Es como si Sehun estuviese acostumbrado de que Luhan tire de él por todos lados porque le deja chupar su cuello, ni siquiera se pregunta por qué el bajito lo jala de su camisa.
Pero después de un rato, Luhan es de repente apartado lejos. No fuertemente. Sólo lo suficiente para que rompa el contacto y se pregunta por qué Sehun tiene las dos manos en su brazo, deteniéndolo de deshacer los botones de su pantalón.
Luhan lo mira confundido.
“¿Qué?” Pregunta.
“Hola” Sehun saluda, sonriéndole y esto hace que el estómago de Luhan se de vuelta. Las sonrisas de Sehun son muy muy tontas y bonitas y siempre le gustan.
¿Qué está pasando conmigo?
“Me gustaría hacerlo contigo ahora mismo.” Dice Sehun, dejando caer su agarre en él. “Pero Chanyeol me acaba de enviar un recado y tengo que hacerlo antes de que su secretaria llame a su padre y le diga que no trabajó en sus documentos.”
Luhan finge que eso no hizo hundir su corazón.
“Oh.” Dice en respuesta. Sus inseguridades repente se arrastran hasta él, esas inseguridades que no ha sentido en mucho tiempo, las que siempre evita: no esperabas que haga que te quedes, ¿o sí? Porque no puedes. No le perteneces. No te quiere aquí. Y está a punto de salir antes de que lo consuman cuando una punta de los dedos levanta su barbilla y está mirando la estúpida sonrisa, aún muy cálida, de Sehun.
“¿Vienes conmigo?”
Las inseguridades se calman y Luhan se siente poco a poco mejor. Asiente.
“Sí.”
Están en el centro de negocios del barco y son las dos únicas personas alrededor. Luhan se sienta en una silla en una de las pequeñas mesas redondas, viendo como Sehun teclea en la computadora portátil de Chanyeol, con el ceño fruncido por la concentración.
“Maldito Chanyeol, nunca lee ninguno de sus mensajes.” Sehun murmura, desplazando hacia abajo la bandeja de entrada de Chanyeol. “¿Cómo se supone que voy a buscar a su informe de ventas?"
Luhan se ríe mientras lo ve frustrarse.
Finalmente, el alto logra ver los informes de Chanyeol y Luhan comienza a aburrirse, pero también a entretenerse al ver como Sehun comienza a ponerse serio, calculando las ventas y asegurándose de que los datos sean correctos.
Después de un rato, Luhan lo ve tomar su teléfono y llamar a alguien.
“Sí, este es Chanyeol.” Sehun ladra. “¿Por qué su reporte de las ventas de este mes parece un poco fuera de las ventas del mes pasado? No podemos haber bajado un tres por ciento en tan sólo cuatro semanas.”
Luhan sonríe por la forma en la que tiene Sehun su mano en sus caderas mientras camina por la habitación. Es muy joven, piensa mientras Sehun sigue hablando por teléfono. Lo imagina en una habitación llena de empleados vistiendo terno y trabajando en documentos. Muy joven. Luhan piensa de nuevo, pero sonríe porque es genial imaginar a Sehun de esa forma. Es bonito imaginar a Sehun luciendo tan profesional. A diferencia de él.
“Oh, es debido a que las motos acuáticas no se han vendido ¿eh?” Sehun sonríe. “Bueno, yo quiero que usted compruebe la información de nuevo porque mis cálculos se suman y el suyo no. Envíeme su informe de nuevo en doce horas antes de informarle de esto a mi padre y que su escritorio esté limpio el lunes.”
Luhan solo lo mira y Sehun le guiña. Luhan simplemente niega con la cabeza, todo divertido. Si tan solo esas personas supieran que Sehun está bromeando en el otro extremo de la línea.
“Bueno, he terminado.” Sehun anuncia alegremente.
Es día de acoplamiento hoy y no hay muchas personas alrededor. Están tomados de la mano mientras caminan por los pasillos lo cual Luhan no recuerda haber hecho. Pero él no la soltó, porque los dedos de Sehun entrelazados contra los suyos; hacen que su vacío interior se vaya.
“Quiero hacer una locura.” Sehun dice, balanceando su brazo y asiente Luhan.
“Está bien. Tengamos sexo.” Luhan responde instantáneamente para que pueda distraer a sí mismo otra vez y oiga la risita de Sehun.
“Aparte de eso.” Sehun simplemente sonríe. “Podemos tener sexo más tarde.”
Luhan se pregunta ¿qué van a hacer a continuación?, si no van a hacer lo que suelen hacer cuando Sehun lo lleva a lo largo de una cocina vacía.
“Um, Sehun” Luhan mira a su alrededor. “Esta es la cocina privada del Kyungsoo.”
Sehun se encoge de hombros. “¿Y?”
“¿Y? ¿Has olvidado quién es Kyungsoo? Es el tipo que te echó de la sección del empleado del barco.” Luhan recuerda y Sehun suelta un ‘oh’.
¿Hace cuánto tiempo había sido eso? Luhan se pregunta. Sintió que eso había pasado hace meses atrás.
“Ah, bueno.” Sehun simplemente cierra la puerta y lo bloquea. “Estoy hambriento.”
Luhan ríe. “Kyungsoo va a matarte.”
“No, no lo hará. Estás aquí para que pararlo.”
Luhan rueda sus ojos. “Tienes tanta fe en mí.”
Sehun sólo asiente y sonríe.
Sin embargo, ellos no terminan comiendo o cocinando; terminaron jugando. Se suponía que iba a ser algo sencillo como un sándwich pero Sehun quería desayuno porque no había desayunado, así que hicieron panqueques. Debido a que Sehun dedujo que era "simple". Pero Luhan no sabía cómo hacerlas y resulta que Sehun tampoco. Sin embargo, no les impide tratar de hacer uno. “Sabes que podríamos haber ido al Salón del dragón.” Dice Luhan, sacando pedazos de cáscaras de huevo de su masa; mientras Sehun trata de medir la harina sobre la suya.
“¿Qué hay de loco en eso?” Responde Sehun, la lengua fuera mientras se concentra en lo que hace. Luhan lo mira e, incluso si él no sabe cómo hacer panqueques, si sabe que él está poniendo una gran cantidad de harina.
“Eso es demasiado.” Comenta Luhan.
“No, no lo es.”
“Lo es.” Luhan ríe mientras Sehun vacía todo el paquete. “¿Qué estás preparando? ¿Pan?”
Sehun ríe entre dientes. “Por lo menos el mío se ve mejor que el tuyo. Todo lo que tienes son los huevos.”
“¡Y leche!” Luhan señala su propia masa, pero Sehun ya regresó a mezclar su masa. Molesto porque Sehun no tiene toda su atención en él, Luhan pellizca harina en sus dedos y la tira en él.
“¡Oye!”
El bajito sonríe porque ahora hay harina en la nariz de Sehun.
“Déjalo. Trato de hacer el desayuno.” Sehun se queja pero Luhan puede ver cómo las comisuras de los labios reprimen una sonrisa. Luhan sumerge su dedo en la harina de nuevo y lo mancha en la mejilla.
“Luhan-”
Luhan coloca otra en su otra mejilla y Sehun gira en torno para agarrarlo.
“Vas a pagar por ello.”
Sehun lo mantiene inmóvil mientras Luhan intenta escapar, riendo mientras chasquea un par más de harina en su cara y Sehun está riendo también, elevándolo hasta el mostrador.
“¡Sehun!” Luhan jadea mientras Sehun le coloca el chocolate en la mejilla y en esta ocasión, es Sehun quien se ríe de lo ridículo que se ve.
“¡Bájame!” Luhan se retuerce, pero sonríe y Sehun niega con la cabeza.
“No.”
“Se lo diré Kyungsoo.”
“¿De verdad lo harías?” Sehun pregunta, burlándose de él y el bajito asiente de nuevo de forma juguetona, cogiendo el teléfono cerca de su lado, pero Sehun atrapa su muñeca. Luhan se apresura a tomarlo con la otra mano y se extiende por encima de su cabeza para que el alto no lo pueda tomar de nuevo. Pero es inútil porque Sehun tiene brazos muy largos y se las arregla para agarrarlo.
Envolviendo sus piernas alrededor de Sehun para impedir que salga, Luhan llega hacia adelante y toma el teléfono de nuevo cuando Sehun tira de su brazo, haciéndole inclinarse aún más cerca y Luhan se sorprende cuando los labios de Sehun están en los suyos, besándolo.
Se están besando.
Es un buen beso. Un beso muy agradable y lento. Nadie se está buscando a tientas entre sí, nadie se está sintiendo el uno al otro. Es sólo un beso.
Luhan nunca ha tenido sólo un beso.
De hecho, Luhan odia los besos. A él nunca le ha gustado besar a Sehun incluso si besarlo se siente tan bien. Evita eso porque besar es algo íntimo y él no quiere eso. Pero aquí está, devolviéndole el beso, dejando que sus labios se muevan y no haya lengua, nadie ha de ser contundente. Solo se están besando.
Sehun rompe con él lentamente y Luhan abre los ojos. El alto lo está mirando, ahuecando su mejilla y limpiando el chocolate fuera de él, sonriendo y Luhan lo mira en una imagen completa. Sehun en ropa casual, inclinándose hacia él, la mano en la mesa en el lado de la pierna, la cocina un lío detrás de él. Está viendo una simple imagen, pero se está transformando lentamente en algo más. Ve una imagen de Sehun en su casa, en su cocina, el despertar a la mañana así, disfrutando de besos lentos y perezosos, en su defecto al hacer el desayuno, viviendo juntos.
Parpadea ante sus ojos y de repente Luhan no puede respirar. Porque ahora entiende por qué se siente tan vacío. Se da cuenta de dónde y por qué ha sentido esta sensación antes y de repente siente miedo. Tanto miedo de sentir esto de nuevo.
Porque Luhan se siente como en casa. Casa. Sehun le recuerda a su hogar. Él siente a Sehun como un hogar. Y el hogar es el lugar al que no pertenece. Es donde todo es perfecto y cómodo y él no puede tener eso. Debido a que el hogar es donde su corazón se rompió por primera vez a causa de su padre gritándole que se vaya y no regrese porque es gay y barato y preferido por chicos que solo lo quieren por su cara bonita. Hogar es donde incluso si quisiera quedarse porque no tiene a donde ir, no podría porque nadie lo quiere allí, así que se va y se mueve de un lugar a otro, se acuesta con diferentes personas, porque si se queda por mucho tiempo, se siente como en casa. Es por eso que Jongin y él se acuestan. Es por eso que él tomó un trabajo en este crucero. Es así que no puede quedarse, no tiene que permanecer en un lugar, con una persona. El hogar es algo que se mantiene y Luhan no puede tener eso porque en su vida, no hay nada que se quede. Todo siempre cambia. Y Luhan se va antes de que cambie. Por lo que no tiene una idea de cuán bueno era sentirse en casa.
Pero ahora su hogar está aquí. Justo enfrente de él. Sonriéndole.
Hogar.
Luhan empuja lentamente a Sehun y la sonrisa en la cara del alto desaparece.
“¿Luhan?” Sehun pregunta y el mencionado quiere que deje de hablar. Quiere salir porque si se queda, lo querrá solo para él y no, no, no puedo. No puedo quedarme.
“¿Estás bien?”
Luhan tropieza mientras se empuja a sí mismo fuera de la mesa, y las manos de Sehun están en su cintura, ayudándole a ponerse de pie. Pero Luhan se encoge ante su toque, retrocediendo.
“No...no me siento muy bien.” Luhan responde mientras trata de encontrar la puerta.
“¿Debería llamar a un doctor?” El alto pregunta, la preocupación en su voz se nota mucho y la también la necesidad de retener burbujas en su garganta. Su corazón está latiendo salvajemente, queriendo que Sehun lo bese y lo abrace y le diga que se quede. No, no. Luhan se contiene.
“No. Solo… necesito descansar un poco.” Luhan miente y se encuentra con el picaporte. Tirando violentamente la puerta, huye y siente que su corazón le duele tanto porque desea mucho quedarse. Él quiere a Sehun, desayunos fallidos y besos lentos.
Hay lágrimas en sus ojos mientras llega a su cuarto y tan pronto como entra en el interior, se deja caer y ser consumido.
“¿Luhan?”
Luhan mira hacia arriba, secándose las lágrimas y Jongin está mirándolo. Hay tanta preocupación en su rostro.
“¿Qué pas-?”
Luhan se apresura a él, tomando la cara de Jongin en sus manos y lo besándolo con fuerza porque quiere olvidar lo que se siente estar en casa y Jongin le hace sentir libre y salvaje. Y nunca ha estado con los pies en la tierra con Jongin a su lado.
“Luhan-”
El más bajo le respalda hasta que llegan a la cama y Jongin está tratando de detenerlo. Sus inseguridades estallan ante la idea de que Jongin no le quiere ni ahora, por lo que lo empuja hacia abajo la cama y escala encima de él para montarlo y-
“¡Luhan!”
Jongin hace que se volteen y lo arrincona en la cama. Sostiene sus muñecas para que no le alcance y lo está mirando con tanta preocupación y Luhan vuelve a la realidad, se da cuenta de que esto es Jongin, es su amigo y comprenderá.
Y solloza lentamente. Solloza y llora porque quiere ir a casa. Quiere ir a casa o tener algo que lo haga sentir como si estuviera allí, pero no puede porque nadie lo quiere. Ni siquiera Sehun porque después de los extremos del crucero, Sehun desaparecerá y Luhan seguirá viviendo allí. Aún en la búsqueda de a donde pertenece.
“Ssshhh, Ssshhh, Luhan, está bien. Estoy aquí. Está bien.” Jongin lo está sosteniendo, lo acuna en sus brazos. Quiero ir a casa, Luhan solloza aún más fuerte, aferrándose a Jongin para que no se vaya.
“Tranquilo. No lo haré. No te dejaré ir. Estoy bien aquí, ¿de acuerdo? Estoy bien aquí.”
Luhan poco a poco se calma, pero no para de llorar.
“Luhan, por favor dime qué está mal.”
¿Qué está mal? Luhan se pregunta entre sollozos ¿Qué está mal? Nada está mal.
Todo está bien. Tiene el empleo perfecto. El mejor amigo perfecto. Está viendo a un chico por estas tres semanas.
Nada está mal.
Todo es perfecto.
Perfecto. Como solía ser su hogar.
Y eso es lo que lo aterra.
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