3 - Traición
Kyungsoo ya no sabía con exactitud lo que era caminar.
Se sentía como si flotara, nadara y bailara al mismo tiempo, sino fuera por Jongin, estaría contra el asfalto.
Pasaron todo el resto del día en el antro, desmayándose y bebiendo, pero Kyungsoo se despertaba cada vez que alguien intentaba meterse en sus pantalones y eso molestó a Jongin, sobre todo porque él era una de esas personas.
El sonido del hipo se escuchó a través de la noche como notas entrecortadas mientras se aferraba con desesperación a los hombros de Jongin siguiéndolo como un íncubo
[1] y sus ojos cerrándose a cada paso más cerca de casa.
Jongin lo forzó a subir los escalones de su casa para luego tocar a la puerta. Mientras, Kyungsoo se recargó sobre la barandilla de las escaleras, bajando la mirada al pavimento frente a él, como si fuera la cosa más maravillosa que jamás había visto.
Balanceándose adelante y atrás sobre sus pies, Jongin volvió a tocar, pero cuando el Sr. y Sra. Do no abrieron la puerta, porque habían ido a una reunión horas antes, Jongin dio la vuelta sobre sus talones y se fue a su propia casa.
Kyungsoo lo siguió, tropezándose sobre sus pies. “¡Yah! ¡Espera!”
“Tus padres no están en casa, cerebrito.” Le dijo Jongin. “¿Quieres venir?”
Kyungsoo lo miró con los ojos entrecerrados, su visión estaba nublada y sus oídos zumbaban. “¿Qué dijiste?”
Jongin se le encimó con sus labios a milímetros de su oreja. “¡Dije que tu padres no están en casa! ¡¿Quieres venir a mi casa?!”
“¡Dios, bien!” respondió Kyungsoo. “¡No tienes por qué gritarlo!”
Aferrándose a Jongin de nuevo, dejó que su nuevo vecino lo guiara hasta su casa.
A través de la poca visión que tenía, Kyungsoo logró ver que el interior de la casa tenía el mismo diseño sencillo que el de su casa, después de todo las había hecho el mismo arquitecto.
Sin embargo, las paredes estaban pintadas de negro a diferencia de las blancas en su casa, los muebles eran de plata, antigüedades llenaban las mesas y el interior de una vitrina de cristal parada en la sala.
La cocina estaba bien equipada y más negra que nunca. Jongin abrió con fuerza la puerta del frigorífico, sacando una de las latas de cerveza de su padre y aunque estuviera claramente prohibido para quien fuera beber las preciadas Bud Light
[2] del Sr. Kim, Jongin solo lo hizo para sacar de quicio a su padre.
Le lanzó una a Kyungsoo, quien no vio a donde se dirigía y lo golpeó en la frente antes de caer en sus manos, consiguiendo un pequeño chillido y un chichón.
Se sentaron a la mesa de la cocina. La nariz de Kyungsoo ya se había acostumbrado al olor del alcohol que después de todo el mismo irradiaba y ya sin sorprenderle abrió la lata de cerveza.
Jongin se inclinó hacia el sobre la mesa. “Entonces, cerebrito, ¿Cómo estás?”
“Bien.” Kyungsoo tomó otro sorbo de la cerveza. “Todo está genial, wey, simplemente fantástico.”
“Ese es mi chico,” Dijo Jongin, dando palmaditas en la cabeza de Kyungsoo como a un perrito.
Y Kyungsoo sonrió triunfante y se terminó su cerveza para que Jongin la remplazara por otra. Tiro de la anilla, la abrió y el otro empezó a beberla también.
Se bebieron casi todo el paquete que el Sr. Kim acababa de comprar un día antes. Latas vacías estaban en el piso y ninguno de los dos se molestó en recogerlas.
En su lugar, pasaron el rato con Jongin intentando enseñarle a Kyungsoo la manera apropiada de fumar un cigarro y con inhalar una vez que Kyungsoo comenzó a toser de nuevo con su garganta ardiendo.
“Hey, no,” interrumpió Jongin. “Tienes que hacerlo despacio, respira suave no como si tragaras helio, no chingues.”
Kyungsoo hizo caso al consejo de Jongin e inhaló poco y despacio del cigarro, ahora parecía que se deslizaba por su garganta y se sentía más relajante. Casi como si su garganta estuviera en un sauna.
Jongin sonrió por la manera en la que pronto el mayor ya fumaba como un profesional, así que encendió un cigarro para él y lo puso en su boca, lamiendo el tocón como un dulce. Kyungsoo se recargó de espaldas, levanto su cabeza al techo para soltar las nubes de humo, se elevaban como nubes y chocaban con el techo, esparciéndose y luciendo casi como espuma de mar.
No pasó mucho antes de que Kyungsoo empezara a sentirse adormilado y el alcohol lo arrastrara con lentitud a un abismo de cansancio. Muy apenas logró pararse de la silla y Jongin lo ayudó a regresar a la sala.
Kyungsoo colapso en el sillón, con su rostro hundiéndose a ambos lados del largo sillón y abrió un ojo para ver que Jongin se había sentado en el piso frente al sillón, fumando un cigarro tan calmado como un anciano fumando su pipa.
No le había molestado cuando lo puso ebrio hasta el culo o cuando fumo deteriorando sus pulmones, todo lucía absolutamente perfecto, era obvio que Jongin se divertía viviendo su vida y por fin Kyungsoo también pudo.
Se quedó dormido y sus ojos se cerraron abriendo una puerta al mundo de los sueños, sin embargo sus oídos estaban despiertos y podía escuchar lo que pasaba a su alrededor en el mundo real.
Escucho a Jongin levantarse con el piso tronando bajo su peso y se escucharon pasos haciéndose más lejanos en una dirección opuesta a la de Kyungsoo.
Hubo el chirrido de una puerta, un par de jadeos y Kyungsoo se estremeció en sus sueños al oírlos, por alguna razón sintió que algo no muy agradable iba a pasar.
Y estaba en lo correcto, palabras que se supone debían susurrase, se dijeron como ruidosas amenazas que caían sobre Jongin como agua de lluvia. El Sr. y Sra. Kim no estaban del todo contentos al ver que había estado enseñándole a Kyungsoo la vida del tabaco y alcohol.
“¡¿Qué se supone le diremos a sus padres, Jongin?!” Preguntó el Sr. Kim. “¡No podemos llevarlo solo así cuando regresen!”
“¿Cómo pudiste hacer esto?” La Sra. Kim preguntó a su hijo. “¿Por qué le harías esto? Él es un chico dulce, Jongin. Déjalo en paz.”
“Él es mayor que yo,” Escucharon a Jongin decir. “Se supone debería ser más maduro, pudo decir “no”.”
Kyungsoo se dio cuenta que Jongin estaba completamente en lo correcto e hizo que se preguntara porqué no había tenido la suficiente fuerza para resistirse a lo que el joven lo había orillado.
Era obvio que Jongin había impuesto una fuerte sensación de presión amistosa sobre él, pero aun así Kyungsoo no creía que fueran esencialmente las palabras para llevarlo a probar esas cosas, sino que fue él mismo Jongin.
Había estado pensando constantemente en como el joven podía ser tan… perfecto. Su apariencia, su personalidad, todo, era un playboy, el modelo perfecto, podía ser el muñeco Ken coreano y ni siquiera Barbie podría resistirse a él.
Kyungsoo no diría que estuviera atraído, pero quería ser más como Jongin. Kyungsoo era mucho más débil que él en términos de cuerpo y mente, tomar lecciones de alguien más fuerte podría hacerle bien.
Nótese el “podría”.
Después, alguien lo sacudió y abrió los ojos para encontrarse con el rostro simpático de la Sra. Kim, su piel se arrugaba en las áreas donde las líneas de expresión se formaban mientras lo miraba.
Sus dedos recorrieron su cabello deteniéndose en la frente para verificar si tenía fiebre y Kyungsoo le sonrió con vergüenza por el alcohol jugando trucos en su mente normalmente alerta.
“¿Cómo te sientes, cariño?” Le preguntó. “¿Te puedes sentar?”
Kyungsoo levantó su cabeza asintiendo con rapidez con su cuello perdiendo el control cuando sus otras extremidades se relajaban al sentarse, su boca fue abierta y agua fría recorrió su garganta y el Sr. Kim aparto el vaso una vez estuvo vacío por completo.
“¿Tienes llave para entrar a tu casa?” Preguntó. “Tus padres no están en casa.”
“Nop.” Kyungsoo se tambaleó de lado alado. “Estaba en mi mochila y alguien la robó en el antro al que me llevó Jongin.”
“¡¿Lo llevaste a un antro?!” Gritó la Sra. Kim. “¡Kim Jongin has ido muy lejos con este chico!”
Kyungsoo volteó su cabeza para ver a Jongin sentado a la mesa de la cocina, con sus largas piernas cruzadas en una de las maneras más provocativas y sus labios se curvaron en una sonrisa provocativa al ver que Kyungsoo lo observaba.
“Puedo ir aún más lejos con él, mamá.”
El quejido que escapó de la boca de la Sra. Kim ante la declaración, dejó a Kyungsoo pensando que Jongin estaba diciendo algo anormal, sin embargo su cabeza empezó a dar vueltas cuando se dio cuenta del significado detrás de sus palabras.
La Sra. Kim levantó a Kyungsoo sobre sus dos pies sujetándolo del antebrazo y este casi cae sobre ella, algo muy vergonzoso tomando en cuenta que se las arregló para tropezarse con absolutamente nada.
Ella con gentileza lo guio hacia la puerta, en ocasiones mirando atrás para lanzarle a su hijo una de las miradas más molestas y Kyungsoo giro su cabeza con brusquedad para despedirse de Jongin, solo obteniendo una nube de humo flotando hacia su rostro.
Tosiendo, Kyungsoo siguió a la madre de Jongin hacia afuera.
Lo dejó en el porche, que en su opinión, era mejor para él estar afuera que adentro con su hijo, él se acurruco en posición fetal y el alcohol actuado como una nana lo llevó de nuevo a dormir.
Naturalmente, sus padres no estaban del todo complacidos al verlo en el porche y cuando lo olieron los dos casi tuvieron casos severos de ataques al corazón.
So Kyungsoo no tomaba, tampoco fumaba, sin embargo ahí estaba, apestando a alcohol y cigarro, ellos retrocedieron horrorizados de su figura durmiente.
En algún lugar de su sueño, Kyungsoo escuchó a sus padres gritándoles a Jongin y a sus padres.
El domingo pasó bastante rápido.
Todo el día consistió en Kyungsoo tratando de localizar su mochila y tener que lidiar con el dolor de cabeza del siglo.
Los padres de Jongin lo obligaron a ir junto con Kyungsoo de regreso al antro a buscar la mochila, que desafortunadamente, no estaba en ninguna esquina, rincón o agujero, al parecer alguien la había tomado.
Como un trato justo, los Kim le compraron a Kyungsoo una mochila nueva y un juego de libros nuevos, pero eso no compensaba el tiempo perdido en su planificación como presidente del cuerpo estudiantil, Kyungsoo tenía muchos detalles en sus libretas en esa mochila y ahora se habían ido.
Estaba en la parte de atrás y sus maestros no parecieron muy complacidos al enterarse de toda la situación cuando este les conto el lunes.
Nadie hubiera pensado que Do Kyungsoo fuera capaz de perder algo, en especial algo relacionado a la escuela y nadie hubiera pensado el por qué perdió su mochila con todo su trabajo, pues no llevaba su tarea con él.
Caminó por el camino de la vergüenza hacia su asiento después de explicarle todo a su maestro de inglés. Y mientras se dejaba caer en su asiento, con la cabeza entre las manos aun sintiendo punzadas, maldijo a Jongin con todo el repertorio de palabrotas del mundo.
Ese bastardo. Había sido culpa de Kyungsoo el haber soltado su mochila y todo lo que estaba en ella, Jongin le estaba succionando la ética de la escuela y odiaba sentirse tan apagado.
No quería ver a ese hijo de perra de nuevo, estaba arruinando su vida y aunque fueran vecinos, Kyungsoo juro no voltearlo a ver ni hablarle.
Será difícil y francamente molesto, pero valdría la pena mientras Kyungsoo pudiera mantener el juramento hasta la graduación y así cuando se marchara a la universidad, él estaría bien.
Sin embargo, el destino tenía otra opinión y decidió intervenir.
Porque lo siguiente que vio fue una figura parada en la entrada, recargada sobre un lado, vestía un maldito uniforme escolar, sus manos estaban enfundadas con suavidad en los bolsillos del pantalón y masticaba goma de mascar, mostrando esos esponjosos labios.
Era seguro que Jongin sabía cómo arreglarse divino para la escuela y un grupo de suspiros ahogados escaparon de la sección donde todas las chicas se sentaban que incluso los chicos parecieron molestarse con el nuevo estudiante.
Pero Kyungsoo hervía de furia, había olvidado por completo que ese idiota iría a la misma preparatoria que él y que estaría en el equipo de basquetbol con Chanyeol.
¿Por qué? Oh demonios, ¿Por qué rayos estaría esta hiena en su salón el resto del año? Kyungsoo vio volar su carrera universitaria por la ventana justo en ese momento.
Pero la retuvo y trajo de vuelta, estaba determinado a resistir y negarse a todo lo que Jongin le ofreciese. Cigarros, alcohol, lo que fuera sería “no”, difícil pero no imposible o eso pensaba.
El Sr. Wang se quitó sus lentes ovalados para darle una mirada escéptica a Jongin. “¿Puedo ayudarte?”
“Me dijeron que este era mi nuevo salón,” contesto Jongin. “La Sra. Zhang lo dijo.”
“Oh.” El Sr. Wang sacó su lista de asistencia y la examino “Tú debes ser el esperado Kim Jongin.”
Jongin asintió antes de echarle una mirada al salón “¿Dónde debo sentarme?”
Kyungsoo miró el asiento vacío a su lado, el corazón casi se le sale al encontrarlo vacío pues Zitao no estaba en la escuela, seguro aún seguía en casa peleando contra la fiebre y Kyungsoo se mordió el labio.
Por favor no a mi lado. No a lado de Do Kyungsoo, él no está aquí, este asiento está ocupado por un hombre invisible, esta embrujado, no te sientes aquí…
“Hay un asiento junto a Kyungsoo justo allá. Kyungsoo, levanta tu mano así Jongin podrá verte.”
“No tiene que hacerlo,” Interrumpió Jongin, caminando hacia el asiento con los ojos en Kyungsoo. “Ya nos conocemos.”
La sonrisa que apareció en su rostro en ese momento hizo temblar a Kyungsoo y bajo la mirada al escritorio cuando Jongin se sentó a su lado. Sus rodillas se toparon una con la del otro y así se movió hacia la pared para alejarse lo más posible de Jongin.
Después el Sr. Wang les paso hojas de trabajo y Kyungsoo se centró en ellas de inmediato, bloqueando su mete de todo lo demás.
Excepto de los golpecitos de un lápiz contra su hombro.
Kyungsoo intento ignorarlo. Dios, lo intentó tan fuerte que creyó que su cabeza se quemaría, juró que Jongin colapsaría la próxima vez que lo tocara y aun así el bastardo seguía vivo y continuando la acción.
El Sr. Wang odiaba cuando los chicos hablaban en medio de una sesión pero Jongin aún no parecía estar consciente de ello y golpeteo el hombro de Kyungsoo como si no hubiera un mañana, intentando obtener su tan querida atención.
Y pronto explotó, giró su cabeza hacia Jongin, ojos encendidos con una llama de advertencia pero Jongin no le prestó atención, extinguiéndola en vez de verla.
“¿Qué quieres?” Dijo intentando susurrar en voz baja a pesar de estar tan jodidamente irritado.
“¿Cuál es la respuesta a la primera pregunta?” Preguntó Jongin apuntando con el borrador al final del lápiz.
“Vete al diablo y hazlo tú solo.” Kyungsoo regresó a su trabajo, cubriéndolo con su mano al ver que Jongin se asomaba para ver que había escrito.
“Vamos, Soo ¿por favor? Solo la primera.”
“No, tienes que hacerlo tú solo, ahora jódete.”
Jongin pareció entender el mensaje y dejó de presionar para que lo ayudara, giró su cabeza hacia el Sr. Wang y a su lectura con rostro serio.
Kyungsoo sintió como si acabara de ganar un premio Nobel porque por él, Jongin estaba escuchando y aprendiendo. ¡Se sentía orgulloso! Casi como una mamá pato cuando sus patitos aprenden a nadar.
Sin embargo, tristemente Jongin no estaba escuchando del todo. De pronto, un pie golpeó contra el de Kyungsoo y este se asomó bajo el escritorio para ver a Jongin golpearlo. Sus ojos aún seguían viendo al maestro y al pizarrón, pero había una evidente sonrisa en su rostro.
Y le siguió otro golpe y luego otro, Kyungsoo intentó ignorarlo, desesperado una vez más pero no pudo evitar regresarle el golpe una o dos veces y pronto se convirtió en toda una guerra.
Se empujaron uno al otro, Kyungsoo estaba clavado contra la pared mientras Jongin se caía del asiento. Los dos intentaron reprimir sus risas y actuar normal, en especial cuando el Sr. Wang se giró hacia la clase.
Pero Jongin incluso tuvo el coraje suficiente para morder el brazo de Kyungsoo y cuando el mayor dejó salir una risita tipo chillido, por fin los atraparon y el Sr. Wang se giró furioso.
“Sera mejor que los dos dejen de jugar a las pataditas o tendrán detención, no quiero darle detención en su primer día joven Kim o a usted, joven Kyungsoo, sobre todo cuando nunca ha tenido uno.”
“Ñoño.” Susurró Jongin en el oído de Kyungsoo, codeándolo bajo la mesa.
El rostro de Kyungsoo cambio a muchos tonos de rojo no solo porque era la primera vez que un profesor le llamaba la atención, sino que francamente, le gustaba tener la boca de Jongin cerca de su piel.
Jongin siguió a Kyungsoo en el receso, mientras que a este no le gustaba tener alguien siguiéndolo como un acosador, apreciaba el hecho de que lo necesitaban.
Jongin lo necesitaba para andar por la escuela y familiarizarse con ella y aunque Kyungsoo no quería estaba más que dispuesto a ayudarlo.
Apretando la correa de su mochila nueva, Kyungsoo caminó a la fila del comedor y naturalmente, el otro lo siguió como un perro leal con su propia mochila meneándose de un lado a otro detrás de él.
Una mirada a la comida y Jongin ya estaba haciendo caras, Kyungsoo lo miró sonriendo con emoción.
“¿Ves algo que te guste?”
“No.” Jongin tomó un cartón de leche miniatura. “Excepto esto, después de todo no está hecho por tu generosa escuela.”
Kyungsoo soltó una risa corta antes de tomar una bolsa de papas y caminar hacia la caja.
Estaba a punto de pagar sus papas cuando una mano lo detuvo, levantó la mirada y vio a Jongin, quien le lanzó una sonrisa encantadora.
El nuevo vecino de Kyungsoo sacó su propio dinero y pagó por la leche y las papas. “Quédese con el cambio.”
La cajera lo miró como deslumbrada y Kyungsoo se mordió el labio de nuevo antes de tomar sus papas y dirigirse a su mesa habitual, pasos veloces detrás suyo, le indicaron que Jongin estaba ahí.
Y tan pronto se paró junto a él Kyungsoo se detuvo para encararlo. “¿Por qué hiciste eso? No quiero que la gente piense que estamos saliendo a algo, idiota.”
“Aw, vamos Soo, fue un gesto amigable.” Jongin sacudió el cabello del mayor. “¿No conoces el significado de amabilidad? “Es algo mucho, mucho mejor hacer cosas por otras personas.”
[3]”
“Acabas de citarlo todo de Clueless
[4],” Kyungsoo dijo burlándose. “Eso hace que me pregunte si eres tan estúpido como el personaje de Alicia Silverstone.”
“Sí, claro
[5].” Dijo Jongin en tono sarcástico, sacudiendo a un lado su melena rubia invisible, citando a Cher Horowitz de Clueless.
Kyungsoo rodó sus ojos y continúo hacia su mesa habitual, cuando detuvo su paso en medio del lugar.
Baekhyun estaba sentado en su lugar, a lado de Chanyeol y con el resto de sus amigos.
En ese momento el corazón de Kyungsoo se rompió por quien sabe cuántas veces ya que soltó la bolsa de papas y ni siquiera noto que Jongin las había atrapado como ninja antes de que cayeran al piso.
“Yah, cerebrito.” Kyungsoo sintió de nuevo la respiración de Jongin en su oreja. “¿Qué sucede?”
“Está sentado en mi lugar.” Susurró. “Ese bastardo está sentado en mi lugar junto a Chanyeol y él lo dejo como… como si ya no existiera.”
Jongin dejó salir un pequeño “hmph” que no se escapó al oído de Kyungsoo y observó cómo el mayor miraba a su amigo traidor mascando un chicle mientras pensaba en un plan.
“¿Ya no hay mesas aquí?”
Kyungsoo se giró. “No, están llenas, por eso normalmente nos separamos el lugar, pero Chanyeol no lo hizo esta vez…”
“¿Ya no hay más?”
“Hay algunas afuera en el patio de la escuela.”
“¡Muy bien!” El brazo de Jongin se pasó por los hombros de Kyungsoo. “¡Vámonos entonces!”
Jongin abrió la puerta trasera de la cafetería guiándolos afuera y el mayor echó un vistazo atrás justo cuando Chanyeol lo veía, su rostro estaba lleno de un arrepentimiento que Kyungsoo no esperaba ver.
Jongin lo guiaba hacia una mesa ocupada por los chicos populares en la escuela y tan pronto vio a que dirección se dirigían, Kyungsoo se zafó del agarre de Jongin.
“¿Qué pasa ahora?” Preguntó Jongin dando un sorbo a su leche.
“No me siento con ellos.” Discutió Kyungsoo. “Ellos… ellos-“
“¿Fuman?” Espetó Jongin. “También lo hago, pero ibas a sentarte conmigo, ¿no?”
“Eres diferente,” Kyungsoo apartó su mirada cuando vio brillar los ojos de Jongin. “Eres mi vecino, te he conocido mejor a ti en estos días que a ellos durante la mitad del año.”
El brillo se desvaneció.
Jongin aplastó su cartón de leche ya vacío y lo tiro al piso, viendo como Kyungsoo lo levantaba y caminaba hacia un bote de reciclaje recargado en la pared para tirarlo.
Inflando un globo con su chicle, Jongin lo siguió. “Tienes que relajarte, no van a comerte, además conocí a algunos de ellos esta mañana en el equipo de basquetbol y el co-capitán tiene algo interesante para ti.”
“¿El co-capitán?” pregunto Kyungsoo, temblando. “¿Yifan?”
Los dedos de Jongin envolvieron su antebrazo y tiró de Kyungsoo de regreso hacia la mesa y mientras se acercaban todos los chicos comenzaron a llamar a Jongin como si fuera un amigo que hace tiempo no veían.
Kyungsoo se volvió a zafar cuando estuvieron más cerca, solo que esta vez quedándose en un solo lugar sin esperar una invitación a sentarse y Jongin lo dejo y continúo hacia la mesa.
“¡Kyungsoo!”
Kyungsoo giró ante la voz baja y sus piernas tambalearon cuando vio a Chanyeol corriendo por la puerta hacia él. Y miro hacia el pasto, luchando con el dolor que sentía.
Chanyeol habló después de respirar un poco. “Hey, Soo. ¿Quieres regresar y sentarte conmigo? Sé que ya no hay más lugares, pero te puedes sentar en mi regazo si quieres.”
Kyungsoo dio un paso atrás, sin querer tropezando con una piedra y cuando recupero su equilibrio y perdió el vergonzoso sonrojo que subía por su cuello y mejillas trato de responder a la pregunta.
Todo lo que salió fue un sonido.
Miro atrás hacia Jongin y los chicos, justo al lado de su vecino había un asiento vacío, reservado solo para él. Y como si fuera casualidad, Jongin se giró hacia él y dio unas palmaditas en ese asiento, como si lo estuviera invitando.
Kyungsoo se giró de nuevo a Chanyeol, intentando leer las emociones en los ojos de su mejor amigo que normalmente estaban llenos de energía, pero después de Baekhyun, parecía que se habían suavizado.
Había cambiado y por algún motivo Kyungsoo también quería cambiar y haciendo a un lado sus planes previos sobre ignorar a Jongin por el resto de su vida, Kyungsoo decidió hacer algo.
Él sería como Kim Jongin, alguien a quien no le importaba un carajo lo que hiciese o si hacía algo malo, sin sentimientos ni arrepentimientos, frio con todos pero más con los que quería.
“No gracias, Yeol, regresa con Baekhyun.”
El dolor que pasó por el rostro de su amigo, casi lo destroza regresándolo a la realidad y el decidir usar esa última frase dio justo en el clavo.
Chanyeol giró sobre sus talones, con la cabeza gacha y corrió de regreso a la cafetería, Kyungsoo lo vio irse mientras apretaba la correa de su mochila con tal fuerza que rompió una de sus costuras.
Tan pronto se sentó a lado de Jongin, algo le lanzaron al pecho, apenas se las arregló para atraparlo y estuvo feliz al ver su mochila original y mirando el interior vio que todo estaba ahí con un bonus extra.
Una botella de whisky.
Recordando lo que Jongin le dijo sobre que Yifan tenía algo para él, le echo un vistazo al co-capitán y el inmigrante chino le lanzo una sonrisa tan encantadora como la de Jongin.
“Encontré a unos chicos cogiendo contra ella en el antro.” Dijo Yifan. “La vista más hermosa que he visto y que nunca quiero volver a ver.”
Mordiendo su labio y sacando la botella de whiskey, Kyungsoo empujó la corrompida mochila al regazo de Jongin.
[1] Demonio, fantasma o espíritu maligno que te sigue a todas partes y cada que pasa el tiempo se pega más a ti.
[2] Marca de cerveza:
http://www.anheuser-busch.com/s/uploads/Bud-Light-Vented-Can.jpg [3] ''Tis a far far better thing doing stuff for other people."Intento de cita que hace Cher Horowitz en la serie Clueless, cuando quiere citar una parte del libro de Charles Dickens “A tale of two cities”. Cita original:“It is a far, far better thing that I do, than I have ever done; it is a far, far better rest that I go to than I have ever known.”
[4] Serie y película de los noventas conocida en América Latina como “Ni idea” o “Despistados”.
https://www.youtube.com/watch?v=RS0KyTZ3Ie4 [5] “As if” frase que caracteriza al personaje principal Cher Horowitz en la serie Clueless, que en español es como un “Sí, claro” sarcástico o burlón.
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