BON VOYAGE - HUNHAN (Trad. En Español) Capítulo 14

Oct 15, 2015 17:08


~Primera Ola~
Capítulo 14

La ansiedad y el nerviosismo es algo que Kris raramente siente. Porque como capitán, está entrenado para sentirse siempre seguro, para ser valiente y estar preparado para lo que sea que pueda encontrarse durante su viaje. Son unas de las varias cosas que odia sentir, e intenta evitarlas tanto como sea posible. Las únicas veces que se ha sentido así en su vida fue años atrás cuando los resultados para ser un oficial de la marina serían anunciados y luego justo unos días antes cuando él tomó el comando de este barco por primera vez. Otras veces, siempre ha estado seguro.

Pero hoy, mientras se encuentra en el puente, mirando por las amplias ventanas y viendo el barco acercarse cada vez más al puerto, la ansiedad y los nervios lo consumen.

“Casi llegamos, capitán.” Su oficial a su lado le dice y Kris sólo asiente en respuesta.

Casi llegamos.

Kris desearía que no fuera así. Desearía que aún estuvieran en el océano porque cada vez que ve el puerto, con las pequeñas casas y edificios cercanos, y los autobuses aparcados a lo largo del estacionamiento, recuerda muchas cosas. Hacer que el barco se abastezca de comida y otros recursos que el crucero necesita. Hacer que esa maquinaria extra sea reparada lo más antes posible. Lidiar con esa gente que causó problemas en el casino el otro día.

Pero más que nada, recuerda que hoy es el día en que su polizonte finalmente será libre.

Tao finalmente será libre.

Por días, el polizonte había sido más que un simple invitado para él. De un pasajero ilegal  a un mero conocido a un amigo, Kris encuentra a Tao y su experiencia con él refrescantes. Le ha enseñado cosas simples como tener sus comidas regularmente. Usualmente él comía solo, y a veces se saltaría las comidas, pero comer con Tao lo hizo ansiar los desayunos, las comidas y las cenas. También duerme más horas, en vez de solamente las cinco horas que se permite porque Tao lo mantiene despierto con sus pláticas breves en la noche. Y el personal parece relajarse más con él también, comentando en cómo luce menos tenso.

Tiene que agradecerle a Tao por estas simples cosas. Y decirle adiós a algo así tan rápido…

Da su orden usual al entrar al puerto mientras deja el puente para ir a su camarote. Puede sentir las miradas de confusión siendo lanzadas por su tripulación a sus espaldas, y no los culpa. El Capitán Wu nunca deja el puente cuando el crucero desembarca y para ellos, presenciar esto por primera vez sorprende al personal completo. Porque el Capitán Wu siempre es la primera persona en llegar y última persona en dejar el puente durante estas ocasiones.

Pero por primera vez no le importa. Por primera vez, le gustaría estar en otro lado.

Abre la puerta de su camarote y lo primero que ve son sus prendas dobladas ordenadamente en la cama. Están recién lavadas y planchadas y mientras se acerca, se da cuenta de que son las que le dio a Tao durante su estadía.

“Hey,”

Voltea para ver a Tao entrar en su cuarto, usando su ropa antigua mientras carga más cosas de Kris, colocándolas gentilmente junto a las otras que ya están ahí. Ya no tocan las puertas ya que se sienten más cómodos con la presencia del otro. Pero Kris hubiera querido que lo hiciera sólo por hoy así al menos podía reunir sus sentidos, porque ver a Tao hace que su interior se sienta un poco pesado, y realmente no quiere que el otro se dé cuenta de que algo anda mal.

“Estas son las últimas de tus cosas.” Tao dice y Kris sólo frunce el ceño al mirarlo. “¿Qué?”

“No tenías que regresarlas.” Kris responde. “Te las di. Son tuyas.”

Tao le lanza una sonrisa pequeña. “Te agradezco en serio. Pero es demasiado. No puedo quedármelas todas”

Kris sólo suspira.

“Pero, oye,” Tao continúa. “Me quedé con una de las que me diste.”

Kris lo observa caminar de vuelta a su cuarto para sacar algo. Y al ver de lo que se trata, no puede evitar soltar una risita.

Es su playera. La primera que le dio a Tao para que la usara al dormir. Era demasiado grande para él, y sigue siéndolo, y recuerda que tuvo que resistir la urgencia de reír cuando la usó, su forma tan pequeña que tuvo que doblar las mangas demasiado, así no caería de sus hombros de vez en cuando.

“De todas las cosas que te di.” Sacude su cabeza divertido, sentándose en la cama mientras Tao dobla de nuevo la playera.

“Es muy cómoda.” Tao responde con una sonrisa. “Duermo bien con ella.”

Kris solo sonríe sacudiendo su cabeza.

“Lo siento pero no te la puedo regresar.” Tao añade, haciendo que el otro ría de nuevo.

“Es tuya.”

Ve como Tao suspira, aún con una sonrisa mientras observa el cuarto. Han pasado juntos mucho tiempo para saber que estar así de silenciosos no es muy cómodo. Disfruta estar con él en silencio. Llevaría todos sus papeles a su cuarto para trabajar con ellos mientras Tao se sentaría en el sofá leyendo algún libro de su estante. Se sentarían ahí por horas y aún si no es completamente silencioso por el sonido de las páginas llenando el cuarto, a Kris aún le gusta la cómoda paz y no la tendría de ninguna otra manera.

Kris solía pensar que ser silencioso con esta persona era cómodo y hasta ahora, no sabe por qué es así.

“¿Estás bien?” Pregunta, aunque si hay alguien a quien deberían preguntarle eso, es al mismo Kris. La ansiedad dentro de él crece a cada minuto porque, ¿y si Tao es atrapado al irse? ¿Y si Tao no logra salir de aquí?

¿Y si esta es la última vez que lo ve?

Tao asiente. “Sí. Un poco nervioso, pero estoy bien.”

Kris asiente de regreso, mirando a otro lado, enfocándose en sus dedos. La sonrisa de Tao le duele un poco, porque en realidad luce feliz y eso hace que Kris piense, ¿no era feliz aquí?

“En verdad extrañaré este lugar.” Tao continúa. “Al cuarto. La cama. La comida. Al sonido de las olas.”

Kris simplemente sigue asintiendo a todo esto.

“A ti.”

Kris alza la mirada, sorprendido ante su respuesta.

“¿A mí?” Pregunta, sólo para asegurarse de que escuchó bien y Tao asiente.

“¿Por qué pareces tan sorprendido al saber que te extrañaré?”

No lo sé. Piensa, pero saber que Tao también lo extrañará lo hace sentir un poco cálido en el interior, aún sí sólo han pasado sólo un par de días juntos y había sido mayormente duro con él.

“Me acogiste aún siendo yo un pasajero ilegal.” Tao dice, yendo hacia él para sentarse a su lado en la cama. “Me diste más que un aventón. Hiciste que me quedara. Hasta saliste de tu camino para enseñarme el barco también.”

“No estaba ocupado.”

“Aún así.” Tao continúa. “Me divertí.”

A Kris le agrada como suena eso.

“No esperaba divertirme para nada.” Dice, riendo levemente. “Esperaba ser encerrado en algún almacén sin comida ni nada hasta que me echaran, pero esto es… Mucho más.”

Kris lo mira, sus ojos desaparecen tras esa sonrisa.

“Así que, gracias.”

Kris no aparta su mirada de él, esta vez no se voltea por la sonrisa. Al principio, los ojos de Tao eran lo que admiraba más. Lo encantadoramente hermosos que eran y como esos ojos parecían atraerlo. Pero a lo largo de los días pasados, nota como no sólo son sus ojos. Tampoco es sólo su sonrisa.

Es Tao. Tao es el que es hermoso. Tanto dentro como por fuera.

El teléfono en su mesita de noche empieza a sonar y de mala gana, lo toma, sabiendo lo que significa la llamada. Llegaron. Finalmente están aquí.

Kris es requerido en el puente ahora. Sabe que hay plenitud de gente esperando sus órdenes y esta es la última vez que verá a Tao. La última vez que lo verá sonreír, escucharlo hablar, escucharlo reír…

“Supongo que este es el adiós entonces.” Tao dice, poniéndose de pie de la cama y estirando su brazo hacia Kris para que apriete su mano. “Fue un placer estar bajo tu cuidado, Capitán Wu.”

Kris mira su mano, no queriendo realmente tomarla y decir adiós. Este no puede ser el final.

No puede…

“Te veré al salir.” Kris dice repentinamente y Tao lo observa.

“¿Qué?”

Kris se levanta. “Te veré al salir.”

Tao le lanza una mirada de confusión.

“Dijiste que saldrías de la misma forma en la que entraste, ¿verdad?” Pregunta y el otro asiente, aún preguntándose que tenía que ver eso con verlo al salir. Tao había discutido con él como saldría, y Kris había estado de acuerdo con que el área de entregas sería un lugar seguro para que escapara.

“Bueno, ¿qué tal si no lo logras?”

Tao parpadea ante sus palabras. “¿Qué quieres decir?”

“Y si…” Kris comienza. “¿Y si te atrapan? ¿O si logran verte cuando estés saliendo?”

“Okay, estás asustándome.” Responde y Kris le da una pequeña sonrisa de disculpa.

“Lo siento. No quise hacerlo.” Kris dice. “Pero sólo quiero asegurarme de que puedas salir.”

No sabe lo que está diciendo. Es como si estuviera divagando para ganar tiempo con Tao cuando sabe que no hay nada que pueda hacer por ello. Al final, seguirá yéndose.

“¿Cómo es exactamente que me verás al salir?” Tao pregunta y Kris piensa un poco antes de contestar.

“Haré que los hombres de cargas programen sus entregas de suministros en más o menos treinta minutos. Eso te dará suficiente tiempo para que salgas sin mucha gente quedándose en el área.”

Tao asiente. “Está bien.”

“Una vez que hayas salido, espérame al lado del puerto, cerca del estacionamiento.” Kris instruye. “Los turistas estarán ahí esperando por sus autobuses y encajarás bastante bien.”

“¿Tú crees?” Pregunta y Kris puede ver que está preocupado.

“Sí.” Kris contesta. “No te preocupes por nada. Nadie te pedirá tu tarjeta de acceso una vez que salgas del barco.”

Tao asiente. “Bueno.”

El teléfono suena de nuevo, y Kris sabe que es realmente necesario de vuelta en el puente.

“Deberías irte.” Tao dice, observando el teléfono, y después a él. “Te necesitan allá.”

Pero Kris sigue sin irse. Quiere asegurarse de que Tao entendió lo que acaba de decir. “Espera al costado del puerto.”

“Sí, estaré-”

“Prométemelo,” Kris dice con firmeza. “Prométeme que vas a esperar en el puerto y no te irás hasta que me veas.”

Necesito estar seguro de que puedas salir seguro de aquí.

Necesito verte… Una última vez.

Tao suspira. “Sí, lo prometo.”

Sintiéndose un poco alivianado, asiente y se retira rápidamente, no queriendo ver a Tao yéndose, de espaldas a él, con ese bolso pequeño en su brazo. No quiere que deje este crucero, este barco, y sus entrañas se retuercen sabiendo que eventualmente, lo hará.

Entra al puente e inmediatamente da las órdenes necesarias para desembarcar en el nuevo puerto. Se asegura de que el área de entregas esté despejada por media hora para que Tao salga, y ordena a su primer oficial que cuide el puente mientras él no está. Es normal que el capitán salga también, pero de nuevo, este es el Capitán Kris Wu.  Él raramente simplemente ‘sale’.

Sabe que no está preocupado porque Tao salga sano y salvo del barco. Le ha asegurado a Kris que estaría bien. Pero Kris sigue preocupándose por él. Sigue sintiéndose ansioso y nervioso por todo esto.

Por ambas cosas, por Tao dejando el barco y por decir adiós.

* * *

Se apresura hacia la salida, asintiendo a su personal y tripulación mientras pasa. Ya ha gastado bastante tiempo y no sabe si Tao seguirá estando ahí.

Ahí estará, dice para sí mismo. Lo prometió.

Le tomó un rato dejar el centro de comando ya que tenía que darles instrucciones a todos sobre qué hacer antes de irse. Tenía que cambiarse el uniforme también, para no llamar mucho la atención al salir.

Finalmente se dirige fuera del barco a través de una salida privada usada por empleados y cuando sus pies tocan el suelo sólido, se encuentra corriendo.

Ve a Tao reclinado sobre la pared con sus manos dentro de sus bolsillos hace que Kris disminuya la velocidad y atrapa un respiro. Su corazón se calma un poco también al verlo bien, y exhala un suspiro de alivio por verlo ahí, sólo esperando por él. Justo como lo prometió.

“Aquí estás.” Susurra pero ya está lo bastante cerca para que Tao lo escuche.

“Lo prometí, o no-” Tao para al verlo y Kris ve sus ojos ampliarse.

“¿Qué?” Kris pregunta y Tao lo ve de pies a cabeza.

“Nada, yo…” Tao aclara su garganta. “Nunca te he visto usar algo más que tu uniforme.”

Kris mira hacia abajo para ver lo que lleva puesto y después mira a Tao otra vez, quien tiene sus ojos fijados en él. ¿Por qué? ¿Estoy usando mal todo esto? Sólo está usando un simple par de jeans con una camisa de vestir apretada, y se pregunta lo que Tao encuentra mal.

“Te ves bien.” Dice repentinamente, como si hubiera escuchado sus pensamientos. Oh.

“Gracias.”

Entonces aleja la mirada y Kris lo escucha aclarar su garganta de nuevo.

“Así que ya me viste…” Dice, y Kris siente su estómago apretarse de nuevo.

No. Aún no es momento.

“Demos una vuelta.” Kris dice rápidamente. “Ya que estoy aquí. También podríamos echar un vistazo por el lugar un rato.”

Tao le lanza una mirada, una que parece preguntar ‘¿Qué estás haciendo exactamente?’ y la cual Kris opta por ignorar mientras camina justo al lado de él.

“¿A dónde vamos?” Tao pregunta y Kris sonríe al escuchar pasos siguiéndolo detrás.

“No lo sé.” Kris se encoge de hombros. “Pero tengo hambre, y conozco un buen lugar donde hay deliciosa comida local, justo cerca al puerto.”

Tao no se opone a esto y lo guía hacia los locales del puerto. Durante todo ese rato, la sensación en su interior desaparece. Hay un pensamiento persistente en su cabeza que lo reemplaza, y parece decirle ‘¿Qué carajo estás haciendo al alargar el tiempo?’ pero lo aleja, manteniéndolo almacenado en lo más profundo de su cabeza.

Ve el pequeño restaurante en el que había estado la última vez que desembarcaron y no gasta tiempo en conseguir un lugar afuera, donde pueden sentir el aire fresco. Tao luce un poco dudoso en ordenar al principio, pero Kris le asegura que es un obsequio.

“Así que, ¿qué harás aquí?” Kris pregunta tan pronto como dan sus órdenes. “¿Cuáles son tus planes?”

“Oh, no me quedaré aquí.” Tao dice y esto sorprende a Kris.

“¿No?”

Tao sacude su cabeza. “Sólo necesitaba salir de Seúl.”

Kris sabe que cualquier cosa que Tao haga después de esto no es de su importancia, pero aún así no puede evitar preguntar.

“¿A dónde te diriges?”

Tao lo mira y sonríe. “Japón.”

¿Japón? Kris lo mira preguntándose el por qué subió a este barco cuando Japón está bastante cerca al país que dejaron. Pero mantiene su boca cerrada porque el que Tao haya subido en su barco es algo de lo que está agradecido.

“Buscaré un trabajo allá.” Tao añade.

“¿No será difícil?” Pregunta. “Quiero decir, sin ofender, pero no tienes dinero y el costo de vivir allá es bastante caro.”

Tao asiente.

“¿Acaso sabes hablar ese idioma?”

“He aprendido unas cuantas palabras.” Responde con timidez.

¿Qué clase de plan es éste? Kris se pregunta.

“Estaré bien.” Tao continúa, luciendo como si esto no fuera la gran cosa. “O sea, ya escapé del país. Casi arriesgo mi vida en eso. Puedo vivir en Japón.”

Kris frunce el ceño. “Es algo completamente diferente.”

Tao se encoge. “Es mejor que regresar a de donde vengo.”

Ve un toque de tristeza pasar por su rostro de nuevo. La manera en que su mirada parece caer y sus labios comienzan a temblar. Pero justo como una ilusión, desaparece rápidamente y en ese momento, la camarera sirviendo su comida bloquea a Tao y al irse ella, la tristeza se ha ido y es reemplazada por un Tao sonriéndole al plato frente a él.

“Gracias por esto.” Tao dice, mirándolo, y Kris sólo se queda quieto y observa la sonrisa de nuevo. Ha visto sonreír a Tao antes, y sabe que es genuina, Pero no puede evitar preguntarse sobre esta cierta especie de sonrisa. Esta sonrisa que le hace ansiar descubrir lo que hay detrás de ella. Siempre lo hace preguntarse quién es Tao cuando está sólo en su cuarto a sólo minutos antes de que se quede dormido o qué es lo que piensa cuando no está ahí.

“¿Cómo es él?” Pregunta repentinamente. Puede notar a Tao procesando la pregunta en su cabeza hasta que se da cuenta de lo que está preguntando. Kris está al tanto de lo mucho que le duele esta clase de preguntas a la persona frente a él, hablando de su pasado, pero Kris pregunta de todos modos. Se irá en unas horas. Debería al menos saber todo lo que se pueda de este desconocido.

La cuchara de Tao se detiene a mitad de camino al oír la pregunta. Kris lo ve respirar profundamente antes de colocar la cuchara en el plato. Entonces levanta su mirada de la comida y lo mira a él.

“Es como tú.” Tao comienza.

Kris se queda ahí, sorprendido.

El otro vuelve a agacharse y una pequeña sonrisa logra llegar a sus labios. “Él es muy dedicado. Muy trabajador.”

Kris lo ve suspirar mientras continúa.

“A veces sobrepasa la dedicación y creo que casi es amor. Y cuando él ama algo, lo ama demasiado que de alguna manera se olvida de todo lo demás.” Tao se encoge. “Justo como tú.”

“¿Yo soy así?”

“Bueno, amas a tu novia.” Tao señala a donde estaban antes. “El barco.”

Kris asiente. Eso es verdad.

“La amas tanto que sueles olvidarte de comer, o de dormir.” Tao suelta una risita. “Incluso olvidaste ese compromiso con Luhan de verlo en el escenario porque querías revisar el motor del barco.”

“Eso fue un protocolo.” Kris señala.

“Bueno, pudiste tener tiempo para verlo después de eso.” Tao sonríe. “Pero decidiste cuidarla a ella.”

Kris sacude la mano frente a él, ganando otra risa.

“Así de dedicado es él. Tiene tiempo para lo que ama y deja de lado a todo lo demás.”

“¿Y qué es lo que él ama?”

“A alguien más.” Tao susurra.

Hay silencio, excepto por el sonido de los árboles siendo sacudidos por el viento, y se toma un tiempo para entender lo que acaba de decir. Así que Tao ama a esa persona. Pero sea quien sea, no lo ama de regreso. Incluso lo lastimó.

Eso hace que se pregunte por qué Tao se quedó. ¿Cómo puedes quedarte con alguien quien no te ama y sólo sigue lastimándote?

Pero él ya no se quedará, Kris piensa. Está aquí ahora.

Encuentra que le agrada el pensamiento de Tao estando aquí con él, ahora mismo, sano y salvo. Nadie que lo lastime más. Nadie que lo aleje.

Excepto que está yéndose.

Cambia el tema mientras continúan comiendo, como cuáles son sus comidas favoritas y qué les gusta hacer por lo general. Descubre que Tao es un practicante de artes marciales en una pequeña escuela, y no le creyó al principio. Con su figura pequeña y delgada, ¿quién pensaría siquiera en Tao encajando en artes marciales?

Y las heridas… ¿No debería haberse protegido? No sabe cómo es que sigue regresando a esto, algo de lo que no debió preocuparse jamás, pero todo sobre Tao le preocupa. Es muy confuso, y no sabe qué hacer con esta repentina necesidad de saber más de él, más que deshacerse de ella por ahora.

“Hoy has estado preguntándome un montón de cosas.” Tao dice después de que terminaran su comida. Caminan alrededor de locales pequeños, sólo un poco lejos del restaurante y Kris ignora el hecho de que él necesita estar de vuelta en el barco en poco tiempo.

“Tengo curiosidad de ti.” Kris responde, encogiéndose.

“Bueno, yo también la tengo.” Tao dice y el otro lo mira.

“Adelante. Pregunta todo lo que gustes.”

“¿En serio?” Los ojos de Tao se amplían y Kris ríe.

“En serio.”

Tao asiente y comienza. “Muy bien. ¿Por qué eres tan estricto?”

Kris casi se tropieza con esa pregunta y escucha a Tao reír.

“No soy estricto.” Frunce el ceño y Tao sólo rueda los ojos.

“Sí lo eres. Siempre eres así.”

Kris lo mira. “Explícate.”

Tao respira profundamente mientras hunde sus manos en sus bolsillos mientras camina.

“Siempre duermes cinco horas-”

“Eso no es ser estricto.” Kris interrumpe y Tao lo silencia con un shh.

“Déjame terminar.” Tao continúa. “Duermes cinco horas. Siempre. Ni siquiera necesitas una alarma. Es como si tu cuerpo supiera despertarse por su cuenta.”

Kris sacude su mano para que continúe.

“Tienes una dieta muy estricta. Estás en el puente todo el tiempo, aún si no tienes que estarlo. Das órdenes como una persona programada para decirlas, no como un capitán las daría.”

Kris se estremece ante esto.

“No le sonríes al personal. Diablos, no sonríes para nada.” Tao señala. “A veces pienso que soy bastante afortunado de escucharte reír.”

Kris suelta una risita, y Tao sonríe.

“Amas a tu tripulación, eso puedo notarlo. Pero tienes una clase de barrera entre ellos. No te haría mal comenzar una pequeña conversación con ellos de vez en cuando. Pregúntales de sus hijos y de su familia.”

“Realmente no soy esa clase de persona.” Kris se queja.

“Y,” Tao continúa, “actúas como si tu barco fuera a hundirse o entrar en batalla todo el tiempo. ¿De verdad necesitas presionar más a tus oficiales de seguridad?”

“Vale la pena ser precavido.”

“Bueno, ellos también se cansan.” Tao dice. “Y dices que no eres estricto.”

Es  el turno de Kris de rodar sus ojos hacia él mientras caminan entre los puestos.

“No lo soy.” Kris replica. “Simplemente me agrada tener el control. Hay una diferencia.”

“Mmmmmhmm.” Tao sólo contesta en tono burlesco.

“Lo digo en serio.” Kris explica. “Un capitán siempre debe estar listo para todo. Y eso significa tener el control de su tripulación, de su barco, y de sí mismo. Si no tomo el control de todo por aquí, aun lo más simple como mi propia comida y horas de sueño, ¿cómo esperas que este crucero funcione apropiadamente?”

Tao se encoge. “No lo sé. Pero suena bastante agotador, cuando podrías hacer otras cosas que son divertidas.”

“Para mí es divertido.” Kris responde. “Me agrada así.”

“Eres aburrido.” Tao señala y el otro le lanza una mirada pero termina riéndose cuando Tao comienza a imitarlo siendo un capitán, caminando todo tenso con su cabeza bien en alto.

Puede que tenga razón sobre él siendo así, pero Kris no ve otra elección que ser ‘estricto’. Tiene que serlo. Un buen capitán siempre está preparado, y si él no tomará control de todo lo que pase en su barco, sólo podrá culparse a sí mismo.

Soy responsable de cada uno del personal, de cada huésped. Kris piensa. Sólo así está bien.

Pasaron el resto del día caminando en los alrededores y hablando de cualquier cosa, y todo es tan relajante, tan nuevo para él, que Kris  encuentra cada minuto de esto como tiempo bien pasado. Aún si no hicieron nada más que caminar y hablar, a Kris le agrada. Nunca había sólo caminado y hablado con alguien antes. Ni siquiera con Luhan, a quien considera su amigo más cercano. Compartiendo historias, viendo alguien sonreír o reír por las cosas que le dices, hace que Kris se sienta diferente. Diferentemente bien.

No pasa mucho tiempo antes de que el cielo azul claro se convierta en uno púrpura, y la sensación de pesadez en el pecho de Kris, lentamente se esparce por todo su cuerpo otra vez. Casi es hora de regresar al barco. Su barco. También es hora de que Tao haga lo que tenga que hacer, hora de la que Kris no pensaba que fuera a temerle tanto.

“¿Qué tal si te veo entrar?” Tao dice, y Kris lo deja, sólo para que pueda alargar el tiempo otra vez.

Regresan a pie de nuevo, y Kris observa su barco, ahora con un sentimiento distinto. Usualmente la vería con un sentimiento de anhelo y pasión. De cómo este barco le recuerda su deber. Deber que siempre había aceptado. Pero hoy, mientras la ve ahí sentada magníficamente, le recuerda de la poca libertad que tiene. Puede que él sea el que está a cargo de ella, pero ella, y justo como el resto de sus viajes pasados, siempre lo han controlado a él.

“Es hermosa.” Susurra a su lado, admirando la manera en que su barco se posa ahí con todas las luces decorando completamente su esplendor. Y Kris asiente, porque lo es, y resiste la urgencia de agregar un tú también lo eres.

“De verdad que extrañaré todo.” Tao sonríe. “Estos días a bordo del barco contigo…”

Kris lo mira, justo cuando Tao también lo hace.

“Ten un buen viaje de vuelta a Seúl.” Tao dice y Kris solo lo mira fijamente, incapaz de decir algo. Siente una incómoda presión apretando sus costillas otra vez, aplastando sus pulmones y no sabe qué es lo que lo causa.

Quédate, Kris quiere decir en ese momento, pero se retiene a sí mismo porque no tiene ningún derecho, ningún puto derecho de decirle que se quede.

“Gracias por todo, Kris” Dice silenciosamente, aún mirándolo, y éste quiere hacer algo para detenerlo. Está justo aquí. A sólo centímetros de él, y podría simplemente sostener su brazo firmemente y decirle que se quede.

“Desearía,” Tao continúa. “Que hubiera una forma de pagarte por tod-

Pero no lo deja terminar. No lo deja hablar, porque cada palabra saliendo de él, cada pequeña despedida sólo añade más presión a su pecho, y lo interrumpe de la manera más bizarra en la que puede pensar (si es que acaso piensa en algo en ese momento.)

Es rápido e inocente. Y uno que Kris no recuerda que haya pasado aún cuando se separa. La sensación de los labios de Tao en los suyos es suficiente para alivianar la presión apretando su pecho, pero es reemplazada por esta extraña y alegre sensación que nunca había sentido antes, junto con una pequeña pisca de vergüenza. El tan solo haber pensado hacer eso en ese momento lo deja perplejo. Es como si hubiera perdido la habilidad de pensar racionalmente, algo que nunca le había pasado.

Es tan rápido que sólo al presionar sus labios con los suyos y al darse ambos cuenta de lo que pasó, Kris ya se ha separado. Observa fijamente a Tao, con miedo de lo que pueda pensar, mientras Tao se queda quieto con una mirada de sorpresa en su rostro. No está mirando a Kris. Luce como alguien que intenta procesar algo completamente nuevo, con los ojos desenfocados y la boca abierta sólo un poco.

Es como si por un momento, el tiempo se detuviera, así como sus pulmones. Y entonces, todo se mueve demasiado rápido porque Kris puede sentir su corazón latiendo fuerte dentro de su pecho, sudor frío en su espalda y su respiración acelerada. Se siente un poco aturdido, un poco avergonzado, un poco estúpido y está a punto de disculparse cuando una pequeña voz dentro de su cabeza repentinamente se abre camino en su consciencia.

Pretende.

¿Qué? Kris responde.

Pretende.

“¿Por qué no simplemente te nos unes?” Kris dice apresuradamente.

Tao luce como si alguien hubiera sacudido sus manos frente a su cara al parpadear lentamente y mirar a Kris. Aunque Kris aleja su mirada, encontrando el árbol cerca a él bastante interesante.

“¿Qué?” Tao pregunta, su voz es un susurro sin aliento y Kris aclara su garganta, esperando no sonar así.

Pretende.

“Nuestra última parada es Japón.” Kris dice, asombrado del repentino control que tiene sobre él mismo. De lo mucho que está intentando reprimirse a sí mismo de temblar y de derrumbarse y convertirse en un desastre. “Deberías sólo ir con nosotros otra vez.”

Tao no responde por un rato y Kris le echa un vistazo, preguntándose en qué piensa.

“Pero lo prometí.” Tao dice, su voz aún un poco baja, como un susurro.

Pretende un poco más.

“Son un par de paradas más.” Kris traga saliva. Realmente no tiene la menor idea de lo que hace ahora mismo. Sabe que debería explicarse pero pretender que no acaba de besarlo le parece más fácil.

“Sólo un par de paradas más…” Tao repite y Kris lo ve luciendo como si estuviera en un trance.

“Sí,” Kris añade e intenta esconder el alivio y la sorpresa en su rostro mientras Tao asiente lentamente.

“Está bien.” Dice, aún susurrando y Kris no sabe qué hacer excepto asentir.

Se dirigen de vuelta al crucero esa noche, ambos en silencio y sintiéndose un poco asombrados y confundidos por lo que pasó hace apenas unos momentos, pero en medio de todas esas cosas pasando por su cabeza, Kris tiene un objetivo en el qué enfocarse.

Sólo tiene unos días para poner en orden sus sentimientos antes de que Tao se vaya definitivamente.

Y sea lo que sea, Kris espera que no se trate de nada serio.

Capítulo 15 →


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¡Lo besó! ¡Kiáaaa! >0<

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