Título: Instinto
Autor:
yuvia Personaje/Pairing: Mulder/Scully
Prompt: 024. Kill switch (5)
Rating: TP
Resumen: Post episodio en cafetería, para variar.
Notas de Autor: Feliz año nuevo!!!!! En el que espero que alguien se anime a escribir un poco más en esta comunidad, no es por nada....
Total Palabras:714
Con el tiempo, Scully ha aprendido algunas cosas sobre esos momentos en los que el mundo se apaga, deja de existir y, entre el pánico y la sangre fría, sólo existe un foco de atención. Mulder, por supuesto. Salvar su vida, llegar a tiempo, actuar. Instinto.
En una cafetería, tras haber visitado los restos del lugar en que Esther murió, están sentados el uno frente al otro, mirando al vacío. Es una mañana soleada, llena de ruido y normalidad, llena de personas que cotillean sobre el fuego del bosque de la noche anterior, especulando sobre si fue una explosión, una hoguera mal apagada.
Y una parte de Scully repite "Un misil, estúpidos, un misil. Una mujer murió para matar el monstruo que había ayudado a crear."
Entiende a Mulder por un momento, esa impotencia que él siente ante el hecho de que la verdad no se conozca. Y se siente dolida, por Esther, porque nadie lo sepa, porque no podrían creerlo ni entenderlo.
-Te caía bien, -le dice Mulder de pronto, sonriéndole con ternura. -Te gustaba de verdad, y lo lamentas. Personalmente, me refiero.
Scully frunce el ceño, arruga la cara, levanta las cejas e intenta ahogar una sonrisa casi en un solo gesto.
-Era muy cabezota. Mucho. Estoy acostumbrada a ti, y aún así me parecía cabezota.
-Y te caía muy bien...como yo.
Scully sonríe, sólo un instante.
-No entiendo por qué lo hizo. No lo vi venir, debí convencerla, debí sacarla de ahí.
Mulder la observa un instante, pensativo, buscando palabras que lleguen más allá de lo que él piensa: Que Esther no quería exactamente morir, sino ser en otra forma, transformarse en un ente eléctrico capaz de vivir en la red, quién sabe si con la esperanza de que el hombre que amaba hubiese hecho lo mismo. Quién sabe si sólo para probar que tenía razón, que se podía.
Él entendía eso, pero no era eso lo que quería, lo que podía, hacer entender a Scully.
-Fue su opción,-acaba diciendo.- Si lo piensas, en parte por eso te caía bien: Era una mujer con fe en sí misma, alguien que sabía lo que tenía que hacer y tenía el valor que hacerlo. Alguien capaz de sacrificarse por los demás y morir para destruír así la creación que se le había escapado de las manos.
-No necesitaba quedarse hasta el final. Podía haber escapado en el último momento.
-No quería escapar, Scully. Quería morir, de esa manera, intentando vivir de otra forma,... Quería estar donde él estaba, o no estar.
Scully no quiere decir que es estúpido. No es eso lo que piensa. No piensa que sacrificar la propia vida por otros sea estúpido, ni siquiera que lo sea hacerlo de un modo que podría llamar estúpidamente romántico. Es otra cosa. Es que la Esther que se deshacía en lágrimas porque su hombre había muerto estaba llena de vida. Y eso, a Scully, le puede. Para ella eso pesa mucho más.
-Pero yo debí convencerla. Debí entrar a buscarla y sacarla de allí.
-Pero tú me estabas salvando a mí.
Mulder calla, retira la mirada, el resto es demasiado y es obvio: Es puro instinto. Es casi lógica. El lo ha vivido, él lo sabe: Cuando algo está a punto de estallar a veces puedes pensar en todos, a veces puedes pensar en uno. Supone que por eso el FBI no permite parejas de agentes casados. Considera que hace falta ser muy ilusos para dejarlo ahí, pero esa es otra historia.
Con todo, no es el caso. Scully hizo lo que pudo y lo que debía. Él estaba herido, Esther no. Pero, en el fondo, él sabe cómo funcionan esas situaciones, qué ocurre cuando el mundo desaparece, como arrastra el instinto.
Instinto. Scully también lo sabe. Lo intentó, no lo suficiente, por un motivo: Tenía que salvar a Mulder. No es que se sienta culpable, Esther se suicidó y la situación era demasiado compleja para pararse a pensar y salvarla, pero sabe por qué fue: Porque en su mente sólo estaba Mulder, porque el mundo se había apagado y todo lo que existía era él, que debía ser salvado.
Sabe que ese instinto le ha arrastrado más de una vez, pero no llega a lamentarlo. Ese instinto es racional, es casi lógica.
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