[Mi vida cinéfila de 2008] Medianoche en el Jardínd el Bien y del Mal

Jun 02, 2008 12:29


Entre la extensa cinematografía de Clint Eastwood, como director, hay películas para todos los gustos, y todas tienen algo por lo que resultan atractivas. Hay obras maestras, grandes películas, buenas películas y películas flojas, pero todas tienen algo por lo que en un momento dado puede merecer la pena verlas. Incluso Space Cowboys. Entre el grupo de las grandes películas se encuentra Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal, una película que apenas asomó la cabeza cuando se estrenó, quizá por esconder tras de si un juicio cuando el cine de juicios estaba ya demasiado visto. Pero, el reparto es de calidad: Kevin Spacey, John Cusack y Jude Law, entre otros. La mano de Eastwood se nota. La trama es atractiva. El contexto es delicioso. Y algunos de los personajes secundarios son memorables. Sobretodo el de la drag queen, Lady Chablis. Sus líneas de guión son verdaderamente divertidas.



La historia se desarrolla en la ciudad de Savannah, en el estado de Georgia, donde la alta sociedad se reúne con motivo de la esperada fiesta anual del señor James Williams (Kevin Spacey con bigote). John Cusack interpreta a un periodista que acude a cubrir el evento para la publicación Casa y Jardín. La fiesta es maravillosa, a pesar de la intromisión momentánea de Bill, un joven interpretado por Jude Law. Pero entrada la noche las sirenas de policía despiertan al periodista que se topa con un asesinato que perturba la apacible vida de Savannah. A partir de aquí la película se convierte en un interesantísimo thriller con connotaciones sobrenaturales, Savannah es la ciudad del voodoo. El juicio ocupa la segunda mitad de la película pero en ningún momento se hace pesado pues está intercalado con brillantes escenas de contexto que hacen un retrato preciso de la alta sociedad de la ciudad. La resolución tiene el giro típico en estos casos pero es comedido y no resulta forzado, el guión está muy bien resuelto.



El clasicismo de Eastwood brilla en la dirección. La fotografía es tremendamente aristocrática, y combina a la perfección la calidez de los interiores con el esplendoroso verde de los árboles de la ciudad. El guión es redondo y sin fisuras. La factura es impecable en todos los sentidos, destacando especialmente el diseño de producción. Es una buena intriga con los toques de humor precisos. Una pe´lícula notable. Bien por Clint.

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