¤ Título: Más significados de los necesarios.
¤ Fandom: Naruto.
¤ Claim: Shikaku+Shikamaru, con algo de Naruto/Shikamaru.
¤ Palabras: 319.
¤ Advertencia: Ligerísimo shonen ai. Spoiler del 443.
¤ Notas: Ya tenía mi tiempo que no escribía nada, así que sentí la necesidad de hacer un fic. ¿Qué mejor de cierta escena del cap 443 de Naruto? Aunque, no quedó exactamente como lo deseaba.
―Cuando ando con Naruto... parece como si quisiese andar con él siempre, da igual el camino que tome.
Hasta que terminó de decirlo, y el silencio se prolongó durante varios segundos, Shikamaru fue capaz de darse cuenta del verdadero significado que encerraba esa frase. Sus ojos se ensancharon y su mirada se perdió en su jardín. Recordó el rostro demacrado de Naruto cuando le abrió la puerta y la pequeña sonrisa que se posó luego del sermón que le dio. Shikamaru sonrió, como si el simple hecho de recordar aquellos ojos azules recuperando su brillo y aquella sonrisa zorruna fuera suficiente para hacerlo sentir contento.
No recordó que no se encontraba solo hasta que su padre tosió disimuladamente. La sonrisa desapareció del menor de los Nara, siendo reemplazada por un pequeño sonrojo, que intentó disimular con todas sus fuerzas.
―¿Desde cuando se volvieron tan buenos amigos? ―preguntó Shikaku, alzando levemente la ceja. Shikamaru tuvo que asegurarse, mentalmente, que esa pregunta no tenía ningún doble sentido.
―Siempre lo hemos sido.
―Ajá ―se notaba claramente lo poco convencido que estaba. Shikamaru bufó, poniéndose de pie, pero sin mirar a su padre a la cara.
―Lo hemos sido desde la academia. Pero el haber estado en equipos diferentes no nos daba mucha oportunidad de salir juntos, que digamos.
―Como digas, es bueno saber que te llevas bien con él. ―Shikaku no insistió, posiblemente porque las palabras dicho por su hijo, cuando llegó, aún rondaban en su cabeza.
Shikamaru asintió y pasó al lado de su padre sin alzar el rostro, sintiendo como el calor en sus mejillas parecía ser un poco más elevado de lo normal. Shikaku lo miró entrar en la casa, preguntándose si no estaba imaginando cosas de más. También analizaba las distintas connotaciones que se le podían dar a aquellas palabras sin que existiera la necesidad de algún subtexto. Lamentablemente, la reacción de su hijo parecía indicarle esto último.
Fin.