Título original:
The Honeymoon Autora:
dracosoftie Pairing: Draco/Harry
Género: Romance
Clasificación:NC-17
Disclaimer: No son nuestros *snif*
Resumen: Ginny abandona a Harry en el altar, dejándolo miserable y confundido. Entra un Draco Malfoy, abogado, quien se las arregla para enturbiar la situación aún más cuando Harry y él quedan atrapados en una isla.
Advertencias: Slash, lenguaje y sexo explícitos.
Anterior Inicio Siguiente Este capítulo me costó un chingo, pero un chingo, osease un ovario y la mitad del otro. Fue un suplicio, cada vez que lo intentaba traducir ildsufh algo pasaba, tal vez era mi subconsciente gritando ¡Odias este capítulo! pensé en adelantar los otros pero luego recordaba que no tenía este terminado y me enfurruñaba y ya no quería nada, entonces me inventaba cosas para no traducirlo, como leer muchos fics. Por eso me tardé tanto, porque si hubiera querido hacer tiempo lo habría hecho, pero simplemente el capítulo no se dejaba traducir. Pero hoy me armé de valor, me senté en la compu, puse hermosa música de jazz y me dije "tienes que terminar ese capítulo hoy" y aquí está. Justo ahora me quedaría a responder cada una de las reviews, pero es de madrugada, estoy enferma y mi padre me amenaza para que me vaya a dormir XD. Gracias a Nande por betear <3
11 de Octubre
Draco azotó su taza de café en su escritorio, maldiciendo cuando el líquido caliente se salió por un lado y salpicó una pila de notas de los casos en los que trabajaba. Limpió el desastre con su varita, frunció el ceño al ver la taza como si ella tuviera la culpa de salpicar.
- ¿Algún problema? -preguntó Ron, asomando su cabeza por el marco de la puerta. Esperó hasta que Draco le hiciera la señal para dejarlo pasar, cruzó el pequeño espacio y le tendió un paquete de información que había compilado para él.
Draco apretó los dientes, resistiendo la tentación de confiar en Ron. Después de todo era el mejor amigo de Harry. Tal vez él sabría lo que le molestaba al hombre de cabellos negros. Esa mañana en el desayuno Harry había balbuceado y tartamudeado lo que obviamente él pensaba, era una conversación, pero Draco no había entendido una palabra de ello. Finalmente explotó en Harry y le dijo que escupiera lo que tenía que decir o que lo dejara pues se le hacía tarde para la corte. Su desliz de temperamento, resultó en Harry saliendo del departamento a hacer lo que sólo Merlín sabía, pues aún tenía una semana de incapacidad antes de regresar al trabajo.
Draco suspiró y pasó la mano por su cabello. Pensó que había dejado atrás la incomodidad en la isla, pero aparentemente no. La peor parte era que realmente tenía que ir al ministerio, así que no pudo seguir a Harry. Apenas había regresado a la oficina unos minutos antes.
-No quiere darlo por sentado pero estoy en desacuerdo. ¿Draco?
Draco miró hacia arriba avergonzado pues se dio cuenta de que no había escuchado una sola palabra de lo que Ron dijo. El pelirrojo entendió la mirada de Draco y suspiró, se acomodó en el marco de la puerta y cruzó los brazos.
-Déjame adivinar, tuvieron una pelea y se largó molesto -dijo Ron, sorprendiendo a Draco con su agudeza. Le había tomado un rato acostumbrarse a ese observador e inteligente Ron Weasley… era tan diferente del Gryffindor impulsivo que conoció en la escuela.
Draco le ofreció una sonrisa débil preguntándose si Harry y él habían madurado tanto como Ron lo hizo desde entonces. Probablemente no, pues se de nuevo peleaban como si estuvieran en el colegio.
-Lo superará. Probablemente fue a trabajar… es donde pasaba la mayor parte del tiempo cuando salía con Ginny. Si no fuese por ella nunca hubiera juntado las horas necesarias para su gran promoción -dijo Ron entornando los ojos.
Ambos sabían que Harry amaba su trabajo pero solía usarlo como escudo contra el mundo real. Cuando la vida se ponía dura, Harry se escondía en su trabajo, tomando casos difíciles y ofreciéndose como voluntario para guardias extras. Probablemente era por eso que se había quedado con Ginny tanto tiempo.
Draco se rió con Ron, sintiéndose enfermo por dentro porque Harry tal vez necesitaba esconderse de él de la forma que lo hizo de Ginny. Miró el reloj, resignándose cuando se dio cuenta de que pasarían al menos otras cuatro horas antes de poder irse. Suspiró y buscó un pergamino nuevo para escribir una nota rápida a Harry y disculparse.
***
El brazo de Harry dolía y deseó haber seguido el consejo del sanador y usar un cabestrillo hasta que su brazo y clavícula estuvieran completamente sanados, técnicamente debería estar en casa pero dudaba lastimarse en su escritorio mientras se ponía al día con el papeleo. Después de todo, difícilmente le tomaba más energía que sentarse en el sofá y mirar televisión.
-No pudiste mantenerte alejado ¿eh? ¿Ya se están peleando?
Harry miró a su compañero, sonriendo tímidamente. Estaba emparejado con Cuyler Degenhard desde la academia de Aurores y el hombre lo conocía mejor que nadie. Era inútil tratar de esconderle algo. Harry estuvo preocupado por la reacción de los Aurores por su cambio abrupto de orientación sexual, pero Deg lo había aceptado inmediatamente y lo defendió contra la pequeña minoría de hombres que lo molestaron por ello. Desde que “se había declarado” había descubierto que había más hombres y mujeres gays entre los rangos de Aurores, así que Harry supuso que el molestarlo tenía más que ver con quien era y con quien salía que cualquier problema real con su sexualidad.
-Sin importar lo que haya hecho, estoy seguro de que lo lamenta -dijo Deg con fingida seriedad. Volteó su
silla sentándose a horcadas mientras escudriñaba sobre el hombro de Harry -. Y si no lo está, lo estará. Cualquier cosa que te haya enojado lo suficiente para venir voluntariamente y trabajar en eso, debe ser muy mala.
Harry sonrió a pesar de todo, alejando el increíble fajo de papeles. Las normas del ministerio requerían que llenaran una forma de todo y la pila de papeles generada por su herida en servicio era más alta que él.
-Es mi culpa en realidad -admitió Harry, preguntándose porque era más fácil hablar con Deg sobre lo que le estaba molestando que confiar en Draco.
-Dile todo al tío Deg -se burló Deg dando una vuelta en su silla otra vez y movió las cejas con interés exagerado.
Harry se rió, se recostó en su silla y posó sus pies sobre el escritorio. Sí, las cosas serían más fáciles si pudiera hablar con Draco en la misma forma que hablaba con Deg.
-Pues empezó cuando lo escuché hablando con su madre.
***
Harry casi acababa el trabajo cuando llegó la lechuza. Su humor había mejorado mucho gracias a su plática con Deg, quien le aseguró que sólo estaba adelantándose a los hechos. Deg fue a Durmstrang, lo que significaba que era más fácil para Harry hablarle sobre Draco, pues no tenía ideas preconcebidas de cómo era el Slytherin rubio. Le preocupaba que sus amigos se pusieran de inmediato contra Draco en cada discusión por culpa de la mala relación en el pasado, era por eso que no había hablado con nadie sobre sus sospechas. Deg escuchó cuidadosamente y luego ofreció sugerencias sobre como abordar el tema con Draco, junto con su opinión personal de que Harry malinterpretó algo completamente benigno, en vez de las cosas nefastas que su imaginación había inventado. El mago alemán tenía una manera práctica de ver las cosas que dejaba poco espacio para la especulación, por eso era que era tan buen Auror y un mejor amigo para Harry.
Desenrolló el pergamino después de darle a la lechuza un dulce del cajón de su escritorio, una sonrisa se dibujó lentamente en su rostro mientras leía las palabras rápidamente escritas. No había regresado al departamento desde que salió corriendo, así que necesitaba ir a casa primero para cambiarse de ropa, una noche fuera era justo lo que necesitaba. Guardó los papeles que quedaban en los folders, dejándolos en el escritorio mientras tarareaba suavemente, se dirigió al Atrio para ir por chimenea al departamento de Draco.
***
Ginny saltó de su silla en la barra hacia los brazos de Harry en el momento que entró al bar, ganando miradas curiosas de unos cuantos espectadores. Se preocupó un poco de los fotógrafos que sabía estaban reunidos afuera, pero el llanto con hipo de Ginny rápidamente sacó cualquier pensamiento de publicidad indeseada de su mente.
-Oh, Harry -lloró contra su pecho, enterrando su cara en su camisa -. L-lamento no habértelo dicho en mi
mensaje, pero pensé que no vendrías si lo s-sabías.
Harry rodeó sus hombros con un brazo, llevándola a la silla donde estaba sentada. Pudo ver los restos de
unos cuantos tragos en el lugar donde estaba sentada, lo que lo preocupó aún más, ya que Ginny no acostumbraba tomar mucho.
Se sentía incómodo abrazado a una Ginny llorona, pero no sabía que más hacer. El pánico lo recorrió cuando su mente empezó a exagerar, llenándolo con imágenes de muchas cosas horribles que pudieron causar que estuviera tan mal.
- ¿Tus padres? ¿Tus hermanos? ¿Todos están bien?
Sus palabras sólo la hicieron llorar más fuerte y Harry apretó más su abrazo, aterrorizado de que su imaginación exacerbada estuviera bien por primera vez.
-É-él dijo cosas horribles sobre ellos -resopló, levantó su cara llena de lágrimas de su camisa.
-¿Quién dijo cosas horribles de quién? -preguntó, su corazón seguía latiendo rápido de pensar que su familia adoptiva estuviera en problemas.
-Ben-Benito -tartamudeó, su nombre causó otra tormenta de sollozos. Harry se relajó parcialmente, asumiendo correctamente que cualquier cosa que hubiera molestado a Ginny tenía que ver con su prometido y no con su familia.
-Tranquilízate un segundo -le dijo, acariciando su cabello sedoso tentativamente mientras la acunaba en su
pecho, el movimiento era incomodo pues no podía deshacerse del agarre de hierro que tenía sobre él -. ¿Qué pasó? ¿Una pelea con Benny?
Ella asintió y él hizo una mueca cuando su ojo captó un flash. El fotógrafo de El Profeta bailaba tomando fotos a la derecha e izquierda del Niño Que Vivió y su ex-prometida abrazados. Se podía imaginar lo que dirían los encabezados al día siguiente. Reprimió un suspiro, sabiendo que lo correcto era apoyar a Ginny pero no quería nada más que empujarla e irse a casa con Draco. Ya tenían suficientes problemas para que algo como esto saliera en la prensa.
-¿Podemos ir a otro lado? -le preguntó, sin notar la mirada triunfante que pasó por sus ojos cafés. Ella sollozó, asintiendo ligeramente y apretándolo más.
-¿Nos aparecemos juntos? -le preguntó ella, su voz estaba ronca por las lágrimas.
- ¿A dónde? -preguntó él, sintiéndose más y más incomodo al saber que todos en el bar los veían con gran
interés.
-Nuestro departamento -dijo ella inmediatamente, su voz se debilitó.
Él la agarró fuerte, rompiendo varias reglas al simplemente desaparecer en vez de ir al punto de aparición próximo. Prefería tener una reprimenda del dueño que arriesgarse a ser vistos por más gente mientras llevaba a su ex llorando por el Callejón Diagón. Además, entre más rápido la llevara a su casa, más rápido podría irse a la suya.
Harry la soltó tan rápido como el apretón de la aparición terminó, se tambaleó un paso atrás y colapsó con la
silla que había abandonado esa mañana. Draco no se había tomado el tiempo para enderezarla y él no lo había notado en su escapada rápida. Una ola de vergüenza lo invadió… Draco era una persona infaliblemente ordenada, si no se había tomado el tiempo para enderezar la silla antes de irse a trabajar, entonces realmente hablaba en serio cuando le dijo a Harry que no tenía tiempo para su conversación.
Se encogió cuando vio a Ginny explotar en lágrimas cuando se dio cuenta de donde estaban. Claramente, su subconsciente debía pensar en el departamento de Draco como suyo, lo cual le habría hecho sonreír en otras circunstancias. En ese momento, podía ver como Ginny reaccionaba muy mal que sus palabras fueran malinterpretadas. Suspiró y se preguntó si debía llevarla a su departamento o quedarse y hacer un poco de té. El daño ya había sido hecho después de todo, difícilmente se pondría más disgustada ¿no? Su pecho se contrajo al pensar en estar en su viejo departamento de nuevo, con todas las memorias de su relación. Prefería estar aquí, rodeado por el aroma familiar de Draco. Miró hacia la chimenea, esperando que el rubio estuviera pronto en casa. No quería lidiar con esto solo.
Ginny apretó la mandíbula, observando a Harry con sus ojos llenos de lágrimas. Estaba furiosa de que la hubiera llevado ahí en vez de a casa, pero estaba resuelta a sacar lo mejor de ello.
-Sólo me estaba u-usando -balbuceó de pronto, dándose cuenta de que Harry estaba distraído -. M-me dijo que quería c-casarse conmigo, pero todo era m-mentira.
Harry la abrazó resueltamente y la guió hacia la mesa, ayudándola a sentarse antes de enderezar la silla caída, acarició ligeramente la madera en una disculpa silenciosa a Draco.
-Sólo siéntate, haré té -dijo Harry, dejando a una sorprendida Ginny siguiéndolo con la mirada mientras se apresuraba a poner el agua a hervir en la estufa.
Ella esperaba que la abrazara, que la confortara… algo. No poner tanta distancia entre ellos como pudiera en el departamento ridículamente pequeño. Estaba menos que impresionada en su primera visita ahí y su opinión empeoraba. No podía creer que alguien con tanto dinero como Draco Malfoy viviera así… o que alguien con tanto dinero como Harry Potter voluntariamente lo acompañara. El departamento que ellos compartían era fácilmente cuatro veces más grande y ella peleó con uñas y dientes por algo más grande pues sabía que Harry podía pagarlo. Fue una de las primeras cosas por las que discutieron años antes cuando decidieron mudarse juntos.
Harry se ocupó en hacer té, deseando que la chimenea no estuviera a la vista y así poder comunicarse con Molly o Ron o alguien para que se llevara a Ginny. Difícilmente era la persona más indicada para confortarla cuando ella lo había botado ¿no? Casi bufó con molestia, preguntándose si estaba ahí realmente porque él fue la única persona en que pensó en contactar o si tenía algún motivo secreto. Su estómago se retorció al recordar su pelea esa mañana con Draco… parecía un imán para la gente con secretos. Ron y George le advirtieron que Ginny podría hacer un acto para regresar con él, pero él había hecho sus preocupaciones a un lado. Meneó la cabeza con pesar mientras reconsideraba sus advertencias, todos los momentos incómodos que tuvo con Ginny en los últimos días tomaban sentido al recordar el coqueteo y los toques ligeros que parecían accidentales.
Saltó cuando sintió sus brazos alrededor de su cintura, abrazándolo por detrás. Sabía que ella podía sentir la forma en que su cuerpo entero se tensó, pero no hizo ningún movimiento para liberarlo.
-No puedo creer que te dejé por él, Harry -dijo, su voz baja y temblorosa. Harry apretó la mandíbula, sus sospechas estaban confirmadas, pero ella no podía verlo desde su posición, con su cara enterrada en su espalda -. Estabas tan distante y él, é-él estaba ahí. Él estaba interesado en mí, interesado en mí en una forma en que tú no lo habías estado en años. Oh Harry, ¿podrás perdonarme algún día?
Harry se volteó cuidadoso, agarrando sus muñecas y alejándola de su cuerpo, forzándola a dar un paso atrás. Regresó a estar sobria cuando vio su expresión dura, sus lágrimas murieron casi al instante.
-Te perdoné por dejarme en el altar, porque yo debí cancelar la boda mucho antes de eso. Te perdoné por haberme engañado por años porque yo dejé que pasara -dijo él suavemente y ella se relajó un poco con sus palabras-. Pero no confío en ti y no es algo que puedas ganar otra vez. Lamento que haya roto el compromiso, pero eso no significa que retomemos en donde lo dejamos.
Ginny jaló sus muñecas, sus ojos estaban impregnados de ira.
-Oh, ¿y puedes confiar en él? -gruñó ella, cruzando los brazos. Harry instantáneamente se sintió mejor al tenerla a la defensiva, estaba de nuevo en terreno sólido y entendible.
-¿Te ha dicho lo cercano que sigue estando con Blaise? Apuesto a que todavía se lo coge. ¿Crees que eso es lo que estaban haciendo ayer en el almuerzo?
Harry caminó hacia la chimenea. Tomó un puñado de polvos Flú para aventarlo a las llamas cuando Ginny tomó su mano haciendo que el polvo se dispersara por el suelo de madera.
- ¿Qué no te dijo que almorzó con su buen amigo? Dejó fuera eso de su plática diaria ¿no? -ella sonrió, sus cejas se levantaron retándolo-.Que mal que tú ya supieras. Pobrecito. Tal vez ignorancia realmente es una bendición, al menos cuando alguien te pone los cuernos.
Harry la miró duramente y agarró otro puñado de polvos Flú del mantel y le dio la espalda. Había tenido suficiente y no iba a aparecerse y dejarla en el departamento de Draco. Merlín sabía lo que haría.
-¿Ya sospechas de él o no? -se jactó Ginny, se veía absolutamente encantada-. Ya sabes lo que dicen ¿no, Harry? “Se quema un caldero una vez, culpa al fuego. Se quema dos veces, culpa al mago.”
Sus palabras atrajeron la atención de Harry y se volteó a mirarla. Nunca había escuchado el dicho antes pero difícilmente lo sorprendía, después de todos esos años aún seguía descubriendo cosas del mundo mágico porque había sido criado como un muggle. Sin importar aquello, fue capaz de averiguar lo que quería decir y se puso furioso.
- ¡Qué! ¿Es mi culpa que me engañe?
Ginny alzó los hombros ligeramente, una sonrisa satisfecha cruzó sus labios.
-Sólo digo que yo tuve que ir a otro lado a buscar satisfacción. ¿Por qué Malfoy sería diferente? No te olvides de que sé como eres en la cama -dijo con una sonrisa maligna-. Si ya se está yendo, diría que definitivamente eres tú. Y no puedo decir que estoy sorprendida. Eres un pescado frío en la cama.
Harry la miró boquiabierto. Podía sentir su magia arremolinándose bajo su piel, su enojo y dolor eran tan grandes que crepitaba a su alrededor. Se forzó a respirar hondo y regresar toda la energía. Raramente perdía el control y era el resultado de años de meditación y evitar cuidadosamente los conflictos… sus emociones habían estado guardadas en una cuerda apretada por tanto tiempo que casi había olvidado como sentir. Era bueno en su trabajo porque podía distanciarse de sentimientos como esos, pero había sido cada vez más difícil desde que empezó a salir con Draco. Una pequeña parte de él, sabía que era porque se estaba enamorando del hombre, pero la mayor parte de él quería empujar todo de regreso tras una pared y alejarse de ello (incluido a Draco) para tener su pacífica vida de vuelta.
Miró su mano, recordando los polvos Flú que tenía agarrados fuertemente en su puño que estaba seguro que un poco se había impregnado en su piel. Se volteó hacia las llamas gruñendo “La Madriguera” mientras tiraba el polvo, resueltamente mirando en el fuego en vez de Ginny.
-Te recibiré cuando vuelvas a tus cincos sentidos -espetó Ginny, dio un paso de regreso hacia la entrada -. Cuando te canses de tu pequeño experimento, puedes regresar a casa, a donde perteneces.
Se apareció justo cuando la cabeza de Molly surgió entre las llamas verdes, dejando a Harry mirando furiosamente al lugar donde estaba.
-¿Necesitas algo, querido? -preguntó Molly, mirando confusamente el cuarto. Pensó que había escuchado la voz de Ginny, pero no podía ver a nadie más que a Harry.
Harry respiró hondo, forzando a bajar la tensión de sus hombros mientras se daba la vuelta hacia la voz de Molly.
-No, lo siento Molly. Ginny estaba aquí, pero aparentemente no te necesitaba después de todo.
***
Harry se había terminado el Whisky de Fuego cuando Draco llegó a casa de la oficina. Estaba desparramado en el sofá, la botella vacía estaba sobre su pecho y miraba con ojos llorosos el lugar donde había estado Ginny por última vez, cuando Draco se apareció en la cocina con un puñado de papeles en una mano y una botella de vino en la otra. Draco se había preocupado cuando la lechuza que envió había regresado sin haber entregado la nota, pero se imaginó que era porque Harry ya había regresado del Ministerio. Ahora se preguntaba si la lechuza había encontrado a Harry y el hombre la había regresado sin abrir la carta.
-Veo que esto es innecesario -dijo secamente, moviendo la botella de vino en dirección hacia Harry. Podía oler el Whisky de Fuego desde donde estaba y era obvio que el hombre de cabello negro estaba ebrio.
-¿Te estás cogiendo a Blaise? -preguntó Harry sin preámbulos, sus labios entumecidos arrastraron un poco las palabras.
Draco parpadeó, incapaz de procesar lo que había dicho Harry.
-¿Lo haces?
Draco contuvo un suspiro. Estaba exhausto, tenía un terrible dolor de cabeza y encima de eso, había llevado a casa otras cuantas horas de trabajo. Ahora cualquier esperanza de tener una discusión civilizada con Harry sobre la pelea de la mañana se había ido. Estaba a punto de sugerir un hechizo para eliminar la embriaguez y una ducha para que pudieran tener una discusión de verdad cuando notó una bolsa familiar aventada sin cuidado en el estante. Sus ojos se fijaron en Harry, su estómago dio un vuelco cuando vio lo que sólo podía ser la orilla de las pantaletas de una mujer saliendo de la orilla del sofá.
-Sí, lo hago, Harry -espetó, no notó a Harry inhalando fuerte. Su pulso estaba golpeando sus oídos, y sentía que el mundo se estaba cerrando alrededor de él-. ¿Cuánto tiempo llevas cogiéndote a Ginny?
Harry se levantó abruptamente, tambaleándose hacia Draco. El movimiento desenredó las pantaletas que habían estado cerca de su zapato y se tropezó con ellas, estrellándose contra el rubio y golpeándolos a ambos contra el suelo.
-Más tiempo del que te he cogido a ti -espetó Harry sin que su mente llena de alcohol registrara las implicaciones de la pregunta.
Los ojos grises de Draco se endurecieron con las palabras de Harry, empujó a Harry fuertemente dejándolo tirado en el suelo mientras se levantaba.
-Lárgate.
-¿Por qué? ¿Para que así puedas llamar a Blaise? -se burló Harry, mirando al hombre rubio con desprecio.
-Exactamente -gritó Draco, resistiendo la urgencia de lanzar algo cuando Harry azotó la puerta tras de él, aparentemente lo suficiente ebrio para olvidar que podía aparecerse o irse por chimenea.
-¡Joder! -gritó Draco, decidiéndose por mandar a volar con un manotazo el paquete de pergaminos que había dejado en el estante-. ¡Joder, joder, joder!
Pateó una de las sillas en la sala, haciéndola girar en dos patas hasta que se detuvo al caerse. Con la adrenalina gastada, se colapsó en otra, hundiendo su cara entre sus manos mientras trataba de entender que demonios había pasado.
TBC