No recuerdo por qué dejé de escribir. El tiempo, las ganas, los problemas...sí, pero en el fondo todo eso son excusas. Cuando era pequeña, cuando escribía, siempre sabía quién era. Dejaba que los problemas fluyesen, que la imaginación saliese por mis manos, que las ganas de cambiar el mundo con golpes de palabras se apoderase de mi. Escribía y
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