Sigo buscando un nombre para mi enfermedad

May 03, 2009 22:15

 

Ryan buscaba una familia. Es decir, él nunca quiso una casa en el barrio rico, ni piscina, ni vecinas buenorras a las que mirar todo el día. Él no quiso, pero lo tuvo. Y tampoco hay que quejarse, joder.

Tampoco quiso que aquello pasase. Eso de besar a Seth entre cervezas y comics. Pero pasó. Y, aunque no tiene ni putas ganas de quejarse, no está bien. Porque Seth Cohen es su amigo, su único amigo, al igual que él lo es para Seth y, desde luego, descubrir que los tíos te ponen porque lo has probado con tu mejor amigo no es cuerdo, ni normal, toca los huevos bastante.

Seth aparece esa mañana en su “casa” de la piscina y le mira y Ryan le conoce tanto, pero es que tanto, que sabe que Seth hará exactamente lo que está a punto de hacer.

Darle un ataque de histeria.

-Ryan, tío, lo de anoche, no sé, no sé qué me paso, yo creo que fue por mezclar a Catwoman con Superman y Pícara, ya sabes, tantas protuberancias por todas partes. Claro que entonces debería haberme liado con una tía, porque dos de tres eran chicas ¿no? Entonces yo creo que fue por la cerveza, superman debió de emborracharse cuando le calló aquel chorretón por el que te grité tanto y, ya sabes, es todo culpa de los comics, que me lavan el cerebro, Summer tiene razón, soy un bicho raro, espero que no te hayas enfadado…

-Seth, tío, cállate ¿Quieres?- le lanza una cerveza y Seth hace lo de siempre, se la tira de vuelta- ¿ves? Superman no estaba borracho, porque superman no bebe.

Seth le mira, a dos metros, a cuatro pasos de mierda. Seth se da la vuelta y Ryan piensa que se ha enfadado por el comentario (aunque sea la puta verdad) y cuando da un paso hacía él, Seth baja las persianas de las puertas con un clic y un catacras. Y al instante lo tiene metido en su boca, como un huracán histérico e hiperactivo que, al fin y al cabo, es lo que es Seth. Un huracán que te come desde dentro.

Caen sobre la cama, Seth sobre él y Ryan le muerde el cuello y le dobla la fuerza para tumbarle sobre la cama y mover la cadera como la movería contra cualquier otra chica, porque no tiene ni puta idea de cómo es enrollarse con un tío, pero hay que probar y cuando Seth gime y siente ese cosquilleo familiar entre sus propias piernas se da cuenta de que no iba tan desencaminado. Pero con Cohen puede ser más bruto y no pasará nada.

-Dios, Ryan, no sabes cuánto me pones.

-Veo que no te callas ni en la cama.

-Nunca he probado lo de “estar en la cama”.

-Pues, lección A) Desabróchate el pantalón que te harás daño y lección B) cuando abras la bocaza, que sea solo para gemir o para gemir mi nombre o para respirar. Lección C) Nada de mariconadas.

Seth alza la ceja.

-Me lo enseñó mi hermano. Borra la C, esto ya es una mariconada.

the oc, mis fics

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