Comunidad:
lacomuna Autor:
taconesrotos Tabla: Contrarios
Tema: Saber
Titulo: Pasé de ser tu cielo a ser el infierno.
Notas: Te quiero, esposa!
Leah le encontró hecho una bolita en una esquina del cuarto. Le encontró hecho una bolita, con la cabeza en las rodillas y estas rodeadas por los brazos. Seth era insultantemente pequeño para tener un cuerpo tan grande.
Sam estaba abajo, llevaban toda la tarde viendo pelis y comiendo palomitas, como en los viejos tiempos y Leah estaba exultante de alegría. A las ocho, más o menos, hablaron de poner una de acción y Leah pensó que a Seth también le gustaría verla. Llamó a Sam asustada y este subió rápidamente. Ambos colocaron a Seth en la cama y lo arroparon.
Parecía que le dolía el pecho, tenía los ojos hinchados y ojerosos, la piel tensa. Leah intentó hablarle, intentó que le contase qué pasaba, porque ese no era su hermano. No brillaba, no sonreía. Parecía muerto, frío, roto. Seth atinó a pensar que Leah no sabía cuan roto estaba.
El timbre de la puerta sonó y le dejaron solos. Escuchó la voz de Jacob en el piso de abajo.
Y fue horrible.
Fue un dolor mortal, desde el vientre hasta el corazón, donde se agarró con puño de acero y apretó con saña y sin compasión. Tuvo que cerrar los ojos ante el latigazo. Cerrar los ojos y apretar los puños.
Aquello era un dolor físico. No tenía sentido, porque nadie le había hecho daño, nadie le había pegado, ni herido, ni pasado el cuerpo por una trituradora, no se había caído de un acantilado y roto todos los malditos huesos del cuerpo.
Pero se le había roto algo mucho peor. Algo inocente y pequeño, importante. Algo que ya no funcionaba, porque alguien se lo había mordido.
Y lo peor: Se le había roto Jacob.
Porque Jacob era su novio, era el mejor chico del mundo, el encargado de hacerle feliz, el que le acariciaba detrás del oído y le besaba la cabeza, el que le hacía el amor solo con mirarle y le llevaba a conocer mundo encima de una moto. Y él el idiota que aún creía en los putos cuentos de hadas.
Sentía que se le había roto el alma. Y el cuerpo. Y todo lo que tenía sentido.
Y aquello tenía que ser una pesadilla, tenía que serlo. Porque Jacob no era así. Él no se acostaba con un vampiro, no con un vampiro amigo suyo. No le haría eso. Así que estaba soñando, era la peor pesadilla de su vida, pero era solo eso.
Una pesadilla.
-Leah- abajo todos se quedan en silencio-no quiero ver a nadie ahora. Esta noche voy a tu casa, Jake.
Y cierra la puerta de un portazo.
¿Quiere idiotas masacradores? Lo va a tener, por gilipollas. Por romperle. Aunque luego se muera.
La noche llega como una exhalación. Sam aún está allí y Seth se pregunta si ese cabrón no ha hecho suficiente daño a su hermana como par comportarse así con ella. La rompió el corazón. Y ella perdona. Pero Seth no. Seth no perdona una mierda, al menos no sin vengarse.
Llega a casa de Jacob y Billy le abre la puerta desde su humilde silla de ruedas. Puede oír cómo se le corta la respiración al verle. Porque sí, Seth parece mayor, fuerte, enfadado, rozando la furia. Saluda educadamente y pregunta por Jacob. Billy dice que está arriba, el sonríe y sube el volumen del televisor. Seth supone que cree que van a discutir.
Pero no se va a molestar ni en eso.
Sube las escaleras como un vendaval y cuando llega la puerta está abierta y Jake le espera algo asustado. No tiene ni puta idea de qué va el tema. Bien, él se lo va a dejar clarito. Le empuja, con esa fuerza que te sale cuando te cabreas, cierra la puerta de un portazo y cuando Jacob quiere decir “¿Pero qué coj…?”, él ya le está comiendo la boca y mordiéndole el labio, arañándole los riñones y empujándole contra la cama. Y Seth cree que Jacob se está haciendo daño y también cree que le importa una mierda.
Le desnuda en menos de tres segundos, haciendo la ropa jirones, él ni si quiera se desviste y cuando Jacob intenta tocarle, le da en las manos hasta que desiste.
-Seth, no entiendo nada, para, por favor.
-No. No hay favores, Jacob, me he cansado de dártelo todo.
Le da la vuelta y más tarde se preguntará exactamente cómo lo hizo si Jacob le saca dos cabeza y un cuerpo. Jacob se muerde el labio y cierra los ojos, porque Seth le hace daño al entrar, pero no tanto como debería.
-Vaya, alfa ¿Has tenido más visitas?
Y Jacob abre los ojos. Y traga saliva y tiene ganas de devolver. Porque Seth lo sabe. Y él se va a morir. Y se lo folla, sucio y rápido como hace Edward, mordiéndole, arañándole, pero no es Edward, es Seth. Seth se lo está follando como Edward. Siente que entra en delirio extremo.
Porque se echa a gemir y a temblar como una hoja, suda, muerde la almohada, porque su padre está abajo, joder y no puede estar gritando así. Se corre antes que Seth y Seth no para de metérsela hasta que se corre. Largo, acicateando heridas, rendido.
Le empuja y Jacob se queda tumbado en la cama, bocabajo, desnudo y expuesto. No puede mirarle, duele demasiado.
Seth se sube los pantalones, se los ata y le mira.
-Mírame- Jacob lo hace. Y Seth parece el infierno, no el demonio, el infierno. Porque está sexy y está enfadado y, lo peor, está roto, muerto, dolorido, es el infierno- Me lo ha contado todo esta mañana y ¿sabes qué, Jake?- sonríe mientras las lágrimas empiezan a piarle en los ojos- me das asco y me doy asco. Si lo que querías era terminar solo tenías que decírmelo, no tenías que humillarme así.