Personaje: Olivia
Situado: Dentro de unos cuantos años. Ella tiene como unos 16.
Nota: Yo iba a seguir con familia, pero esto vino. Sorry!
Hay veces, pocas, en las que miro a mi alrededor y pienso qué hubiese pasado si me hubiesen adoptado otros padres, o si mi hermano hubiese vuelto a por mi, o si, simplemente, nadie hubiese ido a por mi. Es cuando me hago esa pregunta cuando más valoro lo que tengo.
Me ha costado mucho acostumbrarme a tener una familia, al principio no fue nada fácil y la llegada de mi hermanito no mejoró la situación. Pero por mucho que yo me empeñará en boicotear mi reciente felicidad, ellos no se daban por vencidos. Siempre han estado ahí. Sé que tampoco ha sido fácil para ellos, pero no les puedo culpar.
Sé que para ellos soy su hija. Puedo ver el orgullo en sus caras cuando hablan de mi. Y es precisamente ese orgullo el que me hace enrojecer. No quiero defraudarles, tengo miedo de hacerlo, pero en el fondo sé que aunque lo hiciera ellos estarían ahí.
Muchas veces me he preguntado como será tener una familia como la de mis amigos, una familia denominada “normal” por el resto del mundo. Nunca lo sabré, porque para mi familia es normal. Es curioso, pero no echo de menos a mi madre ni a mi padre, ni tampoco a mi hermano. Creo que nunca les necesité realmente, ni ellos a mí. No como Kevin y Scotty. Ellos me necesitan y yo a ellos. Son a las personas a las que recurro cuando algo importante me pasa, cuando me siento sola y deprimida o cuando, simplemente, quiero hablar de mis secretos. Son mis padres.
Ahora les veo. Están en el sofá viendo una película. Es curioso como con el tiempo nos hemos acostumbrado los unos a los otros. Ya no tienen miedo de mostrar su afecto delante de mi. Tengo que reconocer que al principio me parecía raro. No porque fueran dos hombres, sino porque nunca había visto gente que demostrara su amor cerca de mi. En mi casa nunca tuve eso y menos en el orfanato. Pero ellos se quieren, no pueden evitarlo. Aún recuerdo la primera vez que les dije que no me importaba que se besaran delante de mi, que sabía que lo hacían cuando no miraba. Apenas tenía nueve años por aquel entonces. No hacía más de cinco meses que me habían adoptado. Sus caras se quedaron pálidas.
Todo lo contrario que ahora. Kevin está sentado y Scotty está con la cabeza apoyada en sus piernas. Imagino que sonríe pues siempre lo hace cuando Kevin le acaricia el pelo de esa forma. No hay nada sexual en el acto y una persona externa a esta casa no se fijaría en él, pero yo sí. He aprendido a leer detrás de sus gestos.
A veces me sorprende que estén juntos. Son tan distintos. Y me pregunto si eso será el amor, encontrar a alguien que te complemente. Ellos desde luego lo hacen. Sé que mi amigo Paul no lo entiende, lo tolera, pero no lo entiende. No puede ver el amor que hay en sus miradas. Quizás es porque sus padres están divorciados y hace tiempo que perdió la esperanza en el amor. Lois si lo entiende, e incluso le parece demasiado romántico. Está empeñada en que tenía mucha suerte por tener unos padres tan guapos y que se quieran tanto. Decía que los suyos hablaban más cuando discutían que cuando no.
Cojo el ordenador y entro en el salón. No notan mi presencia hasta que paso por delante para sentarme en el sillón de al lado.
‘¿Quieres algo, cariño?’ Me pregunta Kevin.
‘No. Solo venía a estar con vosotros y a mirar unas cosas en el ordenador.’
‘Vale.’
Veo como sonríen. Les gusta que esté con ellos, a mi también me gusta. Sobretodo en momento como este en los que estamos juntos pero no necesitamos hablar ni hacer cosas juntos. Me gusta, me da sensación de familia.
‘Hay tarta de frambuesa en la cocina.’ Me dice Scotty sin dejar de mirar la pantalla.
‘Gracias papá, pero no me apetece. Quizás mañana.’
Él asiente.
Miró mi fondo de pantalla y sonrío. Es una foto de Daniel y yo en la playa. Tendrá un mes y él está encima de mi como en una torre. Todavía recuerdo la primera vez que les llamé papá. Fue extraño, muy extraño, y a la vez fue natural. La palabra salió de mi boca sin que pudiera evitarlo, como si fuera lo más normal del mundo. Recuerdo la cara de Kevin. Él tiene una cara muy expresiva, quizás demasiado. Sé que él también se acordará siempre.
Abro facebook y sonrío. No sé porqué la gente me pregunta si me hubiese gustado tener una familia normal. Yo no cambiaría a mi familia por nada del mundo. Es lo mejor de mi vida.
FIN