Personajes: Kevin y Scotty.
Motivo: Cuando llegué a la playa y esto es lo que mi mente vio después de estar veinte minutos sentada bajo la sombrilla.
Nota: Sé que os he abandonado un poco, lo siento, no voy a dejar de escribir, es solo que mi vida es un poco movida últimamente. Intentaré recompensaros pero no prometo nada dado que el treinta me voy a Oxford por un mes. Pero tranqui, me llevo el ordenador.
PS: Enhorabuena Nueva York!!
Miró a su alrededor. A su derecha, debajo de una sombrilla naraja se encontraba una pareja entorno a los cincuenta y cinco. El era un hombre del montón, con tripa y bigote; ella una señora que tenía mucha confianza en su cuerpo debido a que se encontraba sin la parte superior del bikini, esto produjo que apartase rápidamente la mirada con cara de asco. Menos mal que sus gafas le daban una especie de inmunidad costera. A su izquierda había dos mujeres, cualquiera de las dos habría podido ser su esposa, eran del montón, estaban tumbadas boca abajo, tomando el sol y charlando.
Si miraba hacia el mar podía ver a una embarazada intentando esquivar las olas. Bueno, si había que ser sincero veía eso y su celulitis. La gente que paseaba por la playa también era un tanto deprimente. Mujeres que no se parecían en nada a esas jóvenes que paseaban por las playas de California en las películas y hombres cuyas mujeres se centraban más en la revista que leían que en la cada vez más notoría tripa de estos. En resumen, la normalidad. Gente corriente.
Fue entonces cuando le vio. Salía del agua como si de un dios se tratara. El agua corría por su piel y Kevin no pudo evitar seguirla hasta llegar al bañador del joven. Vio como este se echaba el pelo hacia atrás y se quitaba el agua de los ojos de una forma increíblemente sexy. Sin duda alguna era el hombre más guapo de aquel lugar.
Si se hubiese girado hubiera podido ver como las dos chicas habían dejado de hablar y seguían al hombre con la mirada. Olivia y Daniel no le vieron, pues estaban muy ocupados jugando con la arena. Daniel hacía poco que había cumplido los tres años, pero ya era todo un experto cogiendo agua y arena y llevándosela a su hermana.
Kevin no se fijó en sus hijos, sabía que estaban bien. Simplemente se limitó a quedarse sentado en su silla y mirar como ese apuesto joven se dirigía hacia él. Tragó saliva. Podía notar el frescor del mar en su piel y el azul de este en sus ojos.
'El agua está estupenda. ¿Seguro que noquieres venir?' Preguntó Scotty.
'Luego.' Prometió Kevin con una sonrisa y Scotty supo que decía la verdad.
FIN
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