IN ENGLISH, OF COURSE
Hoy he tenido mi primera clase de inglés. Tres horitas seguidas en las que no nos está permitido decir una palabra en español. Por un lado ha sido estresante, pero por otro me he sentido muy complacida conmigo misma porque he podido entender lo que iban diciendo y, pese a mi inseguridad a la hora de pronunciar, en lo que a gramática se refiere tengo un nivel alto dentro de la clase.
Eso sí, como ya me temía, de los 13 que estábamos en clase sólo 6 eran hombres, y de esos seis, de mi edad y solteros, el número se reduce a 1... y creo que es gay.
Mientras iba pensando en lo increíblemente difícil que resulta encontrar hombres heteros y solteros de mi edad, he subido al autobús 16 y el conductor me ha saludado con un "hola, guapa" y un guiño. No le he dado ninguna importancia hasta que, llegando a la Plaza Urquinaona, que era donde me bajaba, el conductor ha empezado a llamarme.
--Te estaba buscando por el espejo y no te veía.
Le he reído la gracia y he vuelto junto a la puerta. El chico ha insistido en llamarme y hacerme gestos para que me acercara. Lo he hecho.
--¿Adónde vas ahora? Yo acabo el turno ya, podríamos ir a tomar algo...
0_0
Sin duda fue por la erótica de la carpeta. A la que un hombre de más de 30 ve a una chica con una carpeta le echa unos 20 años y se lanza a por ella cual ave carroñera.
Y gracias a esta rapidez de reflejos que me caracteriza, hice lo que siempre hago cuando un hombre me tira los tejos: huí.
--Pues mira, voy a mi casa, que me está esperando mi marido.
Lo sé, lo sé, soy imbécil.
--¿Y vives muy lejos?
--Sí, sí, muy lejos.
Y me fui.
Vale, momento de autoanális: ¿me quejo porque no encuentro hombres y rechazo a todo el que se me acerca? Hady porque tiene novia, el autobusero porque... bueno, porque era un tío que pasaba por ahí. A lo mejor es que, en realidad, no me apetece tanto encontrar alguien. O puede que sea que me bloqueo tanto cuando un hombre muestra interés por mí como cuando la profesora de inglés me pide que explique a la clase quién soy. In English, of course.
Eso sí, como ya me temía, de los 13 que estábamos en clase sólo 6 eran hombres, y de esos seis, de mi edad y solteros, el número se reduce a 1... y creo que es gay.
Mientras iba pensando en lo increíblemente difícil que resulta encontrar hombres heteros y solteros de mi edad, he subido al autobús 16 y el conductor me ha saludado con un "hola, guapa" y un guiño. No le he dado ninguna importancia hasta que, llegando a la Plaza Urquinaona, que era donde me bajaba, el conductor ha empezado a llamarme.
--Te estaba buscando por el espejo y no te veía.
Le he reído la gracia y he vuelto junto a la puerta. El chico ha insistido en llamarme y hacerme gestos para que me acercara. Lo he hecho.
--¿Adónde vas ahora? Yo acabo el turno ya, podríamos ir a tomar algo...
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Sin duda fue por la erótica de la carpeta. A la que un hombre de más de 30 ve a una chica con una carpeta le echa unos 20 años y se lanza a por ella cual ave carroñera.
Y gracias a esta rapidez de reflejos que me caracteriza, hice lo que siempre hago cuando un hombre me tira los tejos: huí.
--Pues mira, voy a mi casa, que me está esperando mi marido.
Lo sé, lo sé, soy imbécil.
--¿Y vives muy lejos?
--Sí, sí, muy lejos.
Y me fui.
Vale, momento de autoanális: ¿me quejo porque no encuentro hombres y rechazo a todo el que se me acerca? Hady porque tiene novia, el autobusero porque... bueno, porque era un tío que pasaba por ahí. A lo mejor es que, en realidad, no me apetece tanto encontrar alguien. O puede que sea que me bloqueo tanto cuando un hombre muestra interés por mí como cuando la profesora de inglés me pide que explique a la clase quién soy. In English, of course.