Título:Fotografías
Nombre de tu persona asignada:Liz_104
Personaje/pareja:Sherlock/John
Clasificación y/o Género: K (+5), Angst
Resumen:Todos saben que John sufrió mucho con la muerte de Sherlock, más que cualquiera de aquellos que estaba orbitando alrededor de Sherlock, pero John tiene una nueva amiga, y ella ve lo que John no quiere o aceptar ver
Disclaimer:Ninguno de los personajes me pertenecen. La mayoría de ellos perteneces y son creación de Sir Arthur Conan Doyle, el resto son creaciones de BBC y sus productores. Yo solo hago uso de ellos para crear un trabajo de fanfiction sin ningún tipo de lucro.
Advertencias:Un par de palabras altisonantes pero no más
Notas (si las necesitas):Espero le agrade este pequeño trabajo a Liz
Fotografías
Tenía dos años del regreso de Sherlock Holmes a la vida londinense, no es que hubiera sido un regreso sin escándalo, no, fue un regreso al estilo Sherlock Holmes. Poco a poco la vida volvía a ser o por lo menos intentar ser lo que fue. Pero nada era lo mismo, la gente cambia, la vida sigue mientras Sherlock estuvo fuera y eso dejo secuelas.
Lestrade
Lestrade barajeo un grupo de fotografías que le dio Sally le entrego. Era curioso lo que el regreso de Sherlock trajo con él. Por lo menos en algunos ámbitos. Ahora estaba en su antiguo trabajo con las disculpas que se merecía y un retroactivo a su salario por las molestias ocasionadas.
No quería pensar en lo que fue, el pasado era pasado y tenía que seguir adelante. Curioso que un día después de que regreso a su antiguo puesto su ex mujer le llamo. Triste.
Entre las fotografías, hubo una que le llamo la atención. No pudo evitar reír por lo bajo y mover la cabeza de forma negativa. Por donde lo viera John y Sherlock eran uno a pesar del tiempo.
Fue gracioso ver como John tiro a Sherlock de un puñetazo y luego se quedo estático mientras Sherlock les contaba lo vivido para después irse sin escuchar razones o decir palabra alguna. John había cambiado, Sherlock quería ir por él pero Greg le dijo que lo dejara. Renuente Sherlock lo hizo pero eso no significa que él no podía ir tras su amigo.
Sherlock se fue para salvar sus vidas, Sherlock tenía más sentimientos de lo que el mismo quería admitir, pero de nuevo era Sherlock y nunca comprendería completamente el daño colateral que dejo con su falsa muerte.
John…
Observo cuidadosamente la fotografía. John estaba triste y se sentía traicionado.
Se notaba tan perdido en sus pensamientos que no noto la presencia de Sherlock al otro lado del cristal.
Fue especialmente difícil para John, recordaba Greg, no sabía quién saco esa foto pero seguramente alguno de esos fan que tanto seguían a Sherlock, cosa que aún le sorprendía dado que aun cuando Sherlock ya no era tan molesto como antes seguía sin ser la personalidad del año.
John seguía sin querer hablar con Sherlock y Sherlock seguía acosando a John sin que John se diera cuenta, aunque seguramente John tenía una vaga idea que era cuidado por la gente de Sherlock. Era curioso como John siendo John no se había dado cuenta de los sentimientos tan profundos que tenía por su amigo y que después de que Sherlock regreso, tras todo el dolor y el sentimiento de traición que sentía no sabía cómo regresar a esa antigua camaradería.
Era triste verlos separados cuando era obvio que ambos querían solucionar las cosas y estar juntos.
Pero regresaba al punto de partida, todos habían cambiado, no sabía si para bien o mal pero simplemente no podía aceptar que Sherlock y John siguieran separados y más por la terquedad de John. Entendía su dolor, o por lo menos creía que lo entendía. Pero era momento de poner el pasado atrás y dejar de ver esas imágenes.
Tomo su teléfono y marco un número que pensó nunca en su vida volvería a llamar.
Molly
Desde el regreso de Sherlock, ella solo podía ver la fotografía que tenía pegada a su refrigerador.
No se arrepentía de haber ayudado a Sherlock a fingir su muerte, ya que salvo la vida de tres personas, tres personas que ella quería y sabía que la querían de una u otra forma.
Sería una tonta si seguía negando lo obvio, por más que sintiera que amaba a Sherlock él solo la veía como un instrumento para obtener algo, o por lo menos eso fue en un principio hasta que el infierno que creo Jim se desato.
No se siente particularmente ofendida, al fin Sherlock nunca le dio esperanzas y ella solo no sabía cómo se volvía tan tonta en su presencia, o mejor dicho si sabía, Sherlock es tan inteligente y ella solo se sentía tan pequeña frente a la fuerza que denotaba Sherlock, era como un huracán en el mejor de los sentidos, siempre haciendo algo o aburrido.
Ahora que regreso, la trataba mejor, ahora podía sentir que eran amigos.
Toco la fotografía con nostalgia.
Le dolió tener que estar lejos de todas las personas que significaban algo para Sherlock, hasta ahora que él regreso y pudo acercarse a ellos se dio cuenta de cuanta falta le hicieron. La Sra. Hudson fue amable con ella y le agradeció que ayudara a Sherlock, ella era como una madre para ellos. Luego estaba el detective Lestrade, él fue amable aunque un poco dolido por lo que se veía, Mycroft Holmes… bueno era un Holmes y por último John, querido John, la verdad que lo había envidiado en un primer momento, la facilidad con que interactuaba con Sherlock, el modo en que lo frenaba cuando sentía que era demasiada su personalidad con los demás, y luego estaba como Sherlock le hacía caso o como lo seguía a sus locas aventuras.
Era graciosa la forma en que John siempre decía que no era gay cuando alguien mencionaba que eran pareja, pero desde que Sherlock fingió su muerte John no había sonreído. Y aun cuando Sherlock ha regresado John no quiere verlo, bueno, ella no hubiera dudado en tirarse a los brazos de Sherlock si hubiera sido su caso, pero de nuevo eran Sherlock y John.
Era curioso como Sherlock había reaccionado al ver a John en compañía de esta mujer Mary, nadie sabía en realidad quien era ella o ¿Qué hacía con John? Pero Sherlock estaba celoso, muy celoso y con la cola entre las patas.
No pudo evitar reír por lo bajo, sus dos amigos se seguían lastimando por su terquedad. Habría que hacer algo.
Sally
Sally observo las fotos que Lestrade le dejo en cuanto salió de su oficina, no estaba segura de cómo sentirse con el regreso del patán de Holmes. Dos fotos separadas le llamo la atención. Una mujer rubia con una sonrisa dulce y abrigo bufanda rosa, y en otra estaba el doctor Watson con un horrible bigote.
Por lo que supieron, la mujer es una amiga del doctor, algo que tuvo que ver con ayudarla a resolver un caso y al final ser amigos. La verdad Sally pensó que el doctor se veía bien junto a la mujer, honestamente después que Holmes simulo su suicidio le daba lástima el pobre doctor, tal vez incluso se arrepentía un poco de cómo trato a Holmes porque repercutía con el doctor Watson, y si algo sabía todo mundo es que el buen doctor no se merecía el trato que todos le dieron después todo el caso Moriarty.
Pero la verdad que nunca tendría esa alegría que Holmes le daba al buen doctor, por muy amable y agradable que la mujer parecía, no creía que ella le daría la felicidad que Watson se merecía.
Después de la muerte de Holmes, ella se puso a investigar el expediente del doctor Watson y le sorprendió la clase de buen médico militar era, vio por primera vez su blog, era raro ver a Holmes desde el punto de vista de Watson, y eso decía mucho del hombre. Mientras todo mundo veía a Holmes como un verdadero dolor en el culo, Watson lo veía como alguien merecedor elogios al ver lo que el resto no veía.
La verdad que desde que John H. Watson apareció en sus vidas, todo había cambiado. No solo en la vida de Holmes, sino en el de todos aquellos que rodearon a Holmes. Y tal vez, solo por primera vez, se alegraba que el bastardo de Sherlock Holmes no estuviera muerto. Solo por ver como iba a congraciarse con el buen doctor.
Si, iba a ser algo muy interesante de ver.
Sally sonrío como el gato Cheshire.
Sra. Hudson
Aun seguía sin saber cómo sentirse, la verdad es que Sherlock Holmes siempre la había sorprendido.
La última noticia sobre su regreso y como logro atrapar y desenmascarar la intrincada red del tal Moriarty aun seguían dando titulares en los periódicos.
Observo la última imagen que apareció en los periódicos esa misma mañana.
No estaba John pero si esa mujer, Mary, la amiga de John y a quien conoció poco después del regreso de Sherlock.
Una foto de noche, donde Sherlock y Mary observaban algo, la mujer mayor chasqueo la lengua, no tenía que ser genio para saber que ambos veían a John.
La chica era agradable, pero ella no se engañaba. Por mucho que se notaba la química entre ella y John, simplemente no terminaban de encajar.
John, su John sufrió más que nadie la supuesta muerte de Sherlock, por más que le rogo que se quedara él se fue. Luego le rogo a ir a visitarla y solo recibió largas y pequeñas llamadas cortas para hacerle saber que estaba bien. John no era malo ni la quería hacer sufrir como su vecina decía, solo que él estaba muy abatido y lleno de dolor. No dudas, nunca dudas, él siempre supo quién era y quien es Sherlock Holmes igual que ella. Solo que el dolor era más fuerte.
Aun cuando les decía en broma que sus desacuerdos eran cosas de enamorados, podía ver el amor que en verdad había entre ellos. Solo esperaba que Sherlock no tardara en convencer a John que él era el mejor.
La verdad es que no le gustaba estar en medio de sus chicos pero si no hacia algo, lo más seguro es que esta chica Mary se llevara lejos a su John y eso es algo que no permitiría así tuviera que dale con un sartén en la cabeza a Sherlock para que haga algo.
Dios sabe que amaba a sus muchachos, pero en ciertas cosas ambos eran tan densos. Supuso que tendría que llamar por ayuda, tal vez el buen inspector podría ayudarla a pensar en algo.
John
John observo la foto de Sherlock.
Era una buena foto, la única que tenía después de haber destruido casi todos los recuerdos que tenía de su pasado en común con su amigo.
Sherlock había cambiado, eso estaba claro. Pero dos habían cambiado reflexiono John. Tal vez él más que el resto, tal vez Sherlock más que él. La verdad no sabía y no estaba seguro si quería saber.
El día anterior recibió un par de llamadas un poco extrañas, no es que una llamada de Greg o la Sra. Hudson fuera extraña, sino que ya no preguntaran o insistieran en que hablara con Sherlock.
Era extraño ya que después del caso de la casa vacía, donde casi sin querer él y Mary ayudaron a Sherlock a resolver el último hilo qué quedaba suelto de la intrincada de red de Moriarty, casi todo mundo quiso que le permitiera a Sherlock explicarse de lo sucedido, y él escucho, claro que escucho después de darle un par de golpes al infeliz de su amigo. Estaba dolido y feliz al saber que Sherlock no había muerto, pero eso no quitaba la horrible sensación de traición que sentía conforme escuchaba parte del relato de lo que había pasado desde la visita de Moriarty a Sherlock y sus amenazas en el tejado.
No era tan inocente como el resto, o tal vez conocía mejor que nadie a Sherlock como para darse cuenta que este hombre, su amigo, le estaba contando una verdad a medias. No sabía con que propósito, tal vez para no asustar mucho a la Sra. Hudson o sorprender a Greg, pero John aun quería la versión completa de los hechos.
Recuerda vagamente que en un inicio Molly estaba en una esquina un tanto asustada confirmando que ella ayudo a Sherlock a huir. ¿Cómo lo hicieron? No recordaba, seguía en una extraña nube visceral, ahora entendía algunas cosas.
¿Cómo no lo pudo ver? No sabía, pero incluso Sherlock le fue dejando una que otra pista sobre lo que iba a hacer, solo que él no lo vio inducido en el dolor de la perdida que sentía.
Se rió, una risa hueca y dolorida.
¿Cómo no se pudo dar cuenta? ¿Cómo era posible que todo mundo viera lo obvio menos él?
Ves pero en realidad no ves John.
Y era cierto, se suponía que Sherlock era el negado para los sentimientos, se suponía que John tenía experiencia en cuanto a relaciones. Las pequeñas bromas de todo el mundo, su constante negativa a que él no era gay, la nula negación o aceptación o poco interés de Sherlock en ese tema.
Y tenía que ir Sherlock a arrojarse de un edificio para que por fin él, John H. Watson se diera cuenta de la verdad. Amaba a ese loco, insensato y larguirucho hombre. Pero su muerte y posterior resurrección lo tenían destruido.
No sabía en qué punto se encontraba con Sherlock y tenía terror de no saber cómo actual frente al hombre, era su Sherlock, pero a la vez ya no lo era. Este nuevo Sherlock era un hombre atormentado, inseguro de su entorno y hasta un poco amable, no era el loco que amaba.
Estaba asustado, muy asustado. Sabía que seguía siendo Sherlock, y sabía que lo seguía amando, de eso no le cavia duda pero tenía miedo en que punto estaban. El no era un hombre de temer. Pero por otro lado, la emoción del caso de la casa vacía le hizo sentir vivo, vivió como cuando conoció a Sherlock y eso le asustaba.
¿Qué pasaba si Sherlock no lo quería de regreso en el piso?
Porque sabía que Sherlock había regresado al piso de Baker Street.
El no era un hombre de miedo, él iba a enfrentar a Sherlock y de una vez por todas aclarar este asunto.
John tomo su cazadora y salió del piso dejando en una mesa la fotografía de Sherlock Holmes, en su mente, nunca apareció la imagen de Mary Morsan y sus anteriores planes para intentar algo formal con ella.
Sherlock
Sherlock observo la imagen que tenía en el celular.
Maldito Mycroft, pensó con enojo. Y comenzó a buscar por las cámaras que tenía por costumbre esconder su hermano en su piso.
Era frustrante para él ver una imagen como esa. Su propia cara y el perfil de John, sabía perfectamente en qué momento fue tomada, fue cuando John recibió un mensaje de esa mujer, Mary. La verdad que esta mujer sí que había aguantado sus acostumbradas formas de ser con una sonrisa en su rostro.
No le gustaba, era como si ella supiera algo que él no y es
o lo irritaba.
Le irritaba la familiaridad con que trataba a John, mientras que John a él lo trataba como una basura, cuando él fingió su muerte para salvarlo, él desapareció durante unos años para limpiar el mundo de una posible amenaza contra John.
Frunce el ceño al escuchar una alerta de mensaje.
- Morsan no es Adler, pero Morsan tiene el mismo efecto sobre ti, que Adler tuvo con John. MH
Maldito y mil veces maldito Mycroft. ¿Qué significaba esto? Ni siquiera él sabía cómo se sentía. Solo sabía que quería a John de regreso en su piso, regresar a esa vieja camaradería y resolver casos como rompecabezas. Quería que John le gritara por dejar ojos en el microondas, que le regañara por terminarse la leche.
Quería de regreso su vieja vida, pero sabía que sus decisiones lo llevaron a donde estaba ahora, en punto muerto.
Mary no era como el resto de las mujeres con las que salió John, si podía ser sincero con él mismo incluso aceptaría que le gustaba, tal vez un poco más que Sara. Sara fue parte de uno de sus primeros casos y soporto muy bien sus desplantes. Incluso se convirtió en una buena amiga de John, y si algo Sherlock estaba seguro que la amistad era valioso y solo se le podía dar a unas pocas personas.
Pero lo molestaba que no entendía el mensaje que Mycroft, o tal vez si pero no quería aceptarlo.
Irene había sido una buena contrincante, inteligente, astuta y una buena aliada en su auto exilio, mejor no hablar de ella con John, no ahora con Mary en el cuadro.
¿Así se sintió John cuando Irene apareció? ¿Pero él lo negó a la propia Irene cuando falsifico por primera vez su muerte? Incluso el negó cualquier tipo de sentimiento a la mujer. Aun que siendo honestos, John se negaba a cualquier sentimiento, ni siquiera podía entender la extraña dinámica que existía entre él y Harry.
Cualquiera hubiera dejado de lado a Harry y darlo como un caso sin solución, pero no John, John que a pesar de casi nunca hablar con ella o interactuar se preocupaba por su bienestar cuando era John quien a penas y tenia lo suficiente en entradas para sobrevivir.
Frunció el ceño, tendría que hablar con Mycroft sobre eso. Se suponía que le iba a dejar a John una de las cuentas abiertas para su uso.
- Te lo dije, el no quiso tomar los recursos, sabes lo orgulloso que es para gastar solo lo que ha ganado con su esfuerzo. MH
¡Maldito Mycroft!
Y escucho unos pasos por las escaleras.
Mary
Era una buena foto, y estaba sobre la chimenea al lado de la calavera.
Ella sabía que John era un alma atormentada, como muchas otras. En un principio no entendía ¿De dónde tanto dolor? Era como un fantasma cuando lo encontró en ese parque vacio hace seis meses.
Le llamo la atención el dolor que veía en sus ojos, pero no solo eran sus ojos sino todo su ser, su cara demacrada y ese caminar lento ayudado por su bastón. Normalmente nunca se hubiera acercado a un extraño con esa pinta pero John, sentía que John le llamaba con su sola apariencia.
Ella acabada de regresar de la India después de la muerte de su prometido. No había sido fácil, incluso por eso regreso a Londres. Y tal vez fue eso lo que la impulso a sentarse y comenzar a hablar con John. Sentía que su dolor era mutuo, la pérdida de un ser querido y cercano.
Observo una nueva foto, esta era de John con Sherlock y el hermano de Holmes, según lo que le dijo la Sra. Hudson.
John se veía que no era fácil de confiar, pero el tiempo paso y un día, cuando ella lo invito a su departamento a tomar un café John termino hablando y sacando todo el dolor que sabía tenía dentro, nunca dijo nombres solo hechos, tal vez fechas, era complicado entender entre todo lo que dijo. Ella nunca pregunto el nombre, supuso que fue una mujer increíble si había dejado una huella tan profunda en John. Poco se imaginaba la verdad que no era una “ella” sino un “El”. No que sea homofóbica o algo parecido, no señor, en su vida había visto muchas clases de amor, el amor de una madre a sus hijos, de un amigo a otro o una amiga a otra, en fin no. Lo que le sorprendió es el dolor que dejo esta persona en alguien como John.
Y en cierta forma se sintió celosa, celosa al ver la diferencia entre su amor por su prometido y el de John por esta persona. Era desgarrador el ver a John en tanto dolor. Y para más no era algo reciente, su pérdida tenía ya un año o más de haberla sufrido y aun estaba tan expuesta, tan dolorosamente presente en John.
John le contó que tuvo que ir a terapias después de regresar de la guerra herido, cosa entendible. Que después de la muerte de esta persona tuvo que regresar a estas terapias peo que verdaderamente no le había servido de nada. Le conto que casi tuvo que huir de donde vivía pues todo le recordaba a él, incluso corto lazos de amistad con todos sus amigos en común, todos menos la Sra. Hudson.
En un principio no entendió nada de nada, sabía que el dolor seguía a pesar que John se veía más tranquilo, sabía que John no le había contado todo y no mencionaba nombres. Pero debió ser algo terrible lo que le ocurrió a su ser querido si el dolor era tan profundo.
Así que se decidió a buscar en internet. En un principio no pensó encontrar algo pronto, su sorpresa fue mayúscula cuando abrieron varias páginas que mencionaban a John y un tal Sherlock Holmes. Incluso había un blog creado por el propio John hablando de casos resueltos por el detective consultor.
Se indigno al saber en qué termino todo, llego a odiar a ese tal Sherlock Holmes por haberse ganado el amor de un hombre como John sin condiciones a base de mentiras. Nunca hablo con John sobre lo que descubrió, nunca dijo nada en contra o a favor si llegan a su oído algo relacionado con el detective.
Habían comenzado a sanar ambos y no valía la pena tirar sal a la herida.
Hasta que Sherlock Holmes reapareció. Si era honesta con ella misma tenía que ser sincera y aceptar que Sherlock Holmes no era un fraude como lo hizo creer esa reportera sin escrúpulos.
Fue emocionante ayudarlos a resolver ese caso que John llamo el caso de la casa vacía, pero la verdad que no volvería a intentar ayudarlos otra vez.
Y ahora estaba en esta casa, en esta sala sola mientras John y Sherlock arreglaban ese punto muerto en el que se encontraban. Ella no era tonta y sabia cuando había perdido antes de comenzar a luchar por alguien, y extrañamente se sentía feliz.
Así que salió de la casa cerrando la puerta tras de sí. Tal vez algún día iba a tener la suerte de encontrar a alguien que la quisiera tanto como esos dos se querían.
Mycroft
Saco una fotografía reciente de uno de los cajones de su escritorio.
Ya habían pasado unos tres meses desde el regreso de Sherlock, las cosas poco a poco iban cayendo en su lugar.
Era raro, para él que no se preocupaba por nadie sino era Sherlock, al ver una fotografía con tanta gente tan diferente y al mismo tiempo unido entre ellos por una u otra persona.
Y lo más curioso que él, el frío Mycroft Holmes ahora no solo se preocupaba por Sherlock y John, o la Sra. Hudson, ahora también tenía un ojo sobre la doctora, Molly, aun que su vida era en verdad muy aburrida, Greg era un poco más entretenido, incluso esa mujer Mary, ella les dio una buena sorpresa a los hermanos Holmes, si no hubiera sido por ella, lo más seguro es que Sherlock seguiría cuasi arrastrándose tras de John, John seguiría con su miedo al rechazo de Sherlock y el resto inventando nuevas formas para reunirlos.
Honestamente, Mycroft estaba un poco molesto que todos se quisieran meter en la vida de esos dos, no que John no le agrade, le agradaba, un bueno hombre pero demasiado fiel a su hermano, más de lo humanamente posible.
Pero el buen doctor también tenía su carácter y era uno de los pocos que logro entrar la coraza que Sherlock creó a su alrededor.
Saco una copia de la misma foto, junto con un grupo más que logro obtener del mismo piso de Sherlock y los metió en un sobre.
Estaba seguro que a mami estará más que encantada de tener copia de cada una de esas fotos, con los perfiles de cada uno de los cercanos de su niño.
Solo esperaba que no hiciera una aparición como las que acostumbra, no creía que el bueno de John estaría a la altura como para tratar a tres Holmes tan complicados y únicos como lo eran ellos.