Fragilidad

Aug 28, 2012 01:09

Otro Sichul!

Continuación del anterior :3



A veces, Siwon se sorprende de la simplicidad de Heechul y eso lo hace amarlo más fervientemente.

Esa misma tarde, han hecho el amor en el balcón del departamento, como a Heechul le gusta. Le emociona hacerlo en el balcón porque sabe que puede haber alguien, en algún lugar, que podría estarlos observando, por eso le apasiona mucho más que la comodidad de la cama, le gusta empujar a Siwon contra las barras de metal del balcón y sentarse sobre él, le gusta el sentido del peligro que causa ser penetrado por el hombre al que todos consideran el más casto de Corea, en el balcón del séptimo piso de un lujoso edificio de departamentos, que curiosamente, es una de las múltiples propiedades del padre de Siwon.

Ese sentido del peligro le emociona, y a la vez le asusta. Le gusta hacer el amor (Porque Siwon no tiene el corazón ni las ganas de llamarlo ‘sexo’ a secas) en el balcón, le excita hacerlo en el balcón, pero le aterra salir a la calle con Siwon, porque alguien puede verlos, porque la gente puede asumir cosas.

Pero si los vieran desnudos, tan juntos que parecen uno solo, en el balcón del séptimo piso del lujoso edificio departamental propiedad del padre de Siwon, sería más comprometedor que el que salieran a tomar un café o a comer un helado juntos, pero la lógica de Heechul no tiene sentido.

Sin embargo, ese no es el punto, esa no es la simplicidad de Heechul que Siwon tanto ama.

Se trata de su imperiosa necesidad de tumbarse en el mismo balcón donde han hecho el amor y jalar a Siwon consigo, y mirar el cielo, y ver pasar las nubes despacio. Nubes que a ratos se convierten en dragones, dragones que se convierten en palomas, palomas que se convierten en conejos. Se queda largas horas tendido desnudo al sol, con Siwon a su lado, sin decir nada, sin hacer nada, más que ver pasar las nubes perezosamente. Es un lujo que puede darse en las próximas dos semanas y fracción, porque no tendrá nada qué hacer y quiere disfrutar su libertad lo más que se pueda.

Por la noche, las nubles, los dragones, las palomas y los conejos son cambiados por estrellas, y de nuevo hacen el amor en el balcón, mientras las luces de los otros edificios se van apagando una por una y las calles se van vaciando, y luego, Heechul se tiende en el balcón, desnudo, tomando a Siwon de la mano, y le busca figuras a las estrellas.

“No encuentro la Osa Mayor...” Dice de pronto, trazando las formas de las estrellas con sus dedos, y Siwon sabe lo que tiene que hacer.

“Está justo ahí, hyung...” Le pasa el brazo bajo la cabeza, toma su mano, que traza las estrellas despacio, y lo guía, mostrándole con su mano y la de él mismo, cada una de las estrellas. “Justo ahí...”

“Ah, es verdad.” Heechul se acurruca junto a Siwon despacio, suspirando largamente. “Gracias.”

No será la primera ni la última vez que Heechul se quede dormido en el balcón, respirando suavemente contra el pecho de Siwon, pero no se duerme hasta que aquel ritual se ha llevado a cabo, se niega. Siwon no le ha dicho nada sobre la boda de Hangeng, sabe que si se lo dice, no será capaz de dormir, y quiere que Heechul duerma, quiere tenerlo así, imperturbable, y para eso, prefiere no mencionar aquel nombre, el nombre que comenzó aquel ritual.

El día que Hangeng tuvo que irse de Corea para siempre, fue el día más feliz y el más triste para Siwon. Fue el más triste porque Hangeng era su amigo, su hyung en el que confiaba, a pesar de las fuertes negativas de Heechul y de él de acompañarle a la iglesia, Siwon aún los quería a ambos como si los conociera de toda la vida. Triste porque ha escuchado a Heechul gritarle improperios a Hangeng por una hora, improperios que Hangeng no entendía del todo, pero a pesar de eso, duelen, porque el odio del que vienen teñidas esas palabras es fácil de entender venga en el idioma que venga.

Heechul llora, está tendido en el balcón del departamento que Super Junior comparte, y Hangeng se ha ido de sus vidas para siempre el día anterior, Heechul llora y ve pasar las nubes en silencio. Siwon quiere decir algo, pero no se atreve, no puede, ¿qué puede decirle que le haga dejar de llorar? En lugar de decir palabras, se tiende a su lado, en silencio, como un mensaje sin palabras de que él está ahí, y aunque Hangeng se vaya, él no se irá.

Las nubes, los dragones, las palomas y los conejos se convierten en estrellas, y Heechul traza las estrellas con sus dedos despacio, mientras Siwon lo mira atentamente, de pronto frunce el ceño, enjuga sus lágrimas con la mano con la que apenas hace minutos ha estado trazando las estrellas, y luego vuelve su dedo al cielo.

“No encuentro la Osa Mayor...” Dice simplemente, y Siwon sonríe, le pasa el brazo bajo la cabeza y toma su mano.

“Está justo ahí, hyung...” Toma su mano suavemente y la guía por el cielo, trazando todas las estrellas que Heechul busca. “Justo ahi...”

Y Heechul sonríe, se miran largo rato, y rompe a llorar de nuevo mientras se acurruca en sus brazos, y Siwon lo abraza porque no sabe qué mas hacer. Heechul se queda dormido un rato después, y Siwon lo lleva en sus brazos hasta su cama, lo cubre con las mantas como sabe que a Heechul le gusta estar y está listo para marcharse cuando Heechul despierta y lo detiene, se sienta en la cama y lo tira del brazo para que se siente a su lado.

Fue esa la primera vez que realmente besó a Heechul.

El día que Hangeng se fue para siempre fue el día más triste y más feliz para Siwon. Triste, porque su amigo se fue para siempre, feliz, porque fue el primer día de su vida amando a Heechul.

Esta noche no será diferente a otras tantas, lo toma en sus brazos y lo lleva adentro, lo envuelve en las mantas como sabe que a Heechul le gusta estar, pero esta vez no se marcha, como aquella vez hace tantos años. Esta vez, se mete bajo las mantas también, toma a Heechul por la breve cintura (Que sigue siendo la misma, a pesar de que ha pasado varios y largos meses en la milicia) y lo abraza despacio, Heechul despierta, suspira, lo mira largamente y sonríe como siempre, luego lo besa, se acurruca en sus brazos como un gato y vuelve a quedarse dormido.

Vale la pena el riesgo de hacer el amor en el balcón, pues al final, él es capaz de ver una faceta de Heechul que nadie conoce, él es capaz de ver, sentir y tocar el Heechul frágil, el que puede romperse como un vaso de cristal en cualquier momento, y por eso lo deja ser, lo deja hacer lo que quiera y lo deja no avisarle que volverá y no avisarle cuando se irá, porque Heechul también sabe que es frágil, y que Siwon debe manejarlo con cuidado.

Es el Heechul frágil al que Siwon más ama de todos los Heechul con los que se va a dormir todas las noches.

Sabe que de todos ellos, el Heechul frágil también es el que más lo ama. El Heechul frágil es el que exige hacer el amor en el balcón, a pesar de que alguien puede verlos, pero se aterra de salir a la calle con él y tomarlo de la mano. El Heechul frágil es el que demanda que se bañen juntos en la casa, donde cualquier otro integrante del grupo puede escucharlos hacer el amor bajo el chorro de agua de la regadera, pero se niega rotundamente a permitir que le ponga una mano encima si van a los baños públicos. El Heechul frágil es el que demanda atención en público y en privado, pero es más amor lo que exige tras puertas cerradas que cualquier otra cosa.

El Heechul frágil al que ayuda a trazar la Osa Mayor en el firmamento por las noches, ese es el Heechul que ama, y el que más lo ama a él.

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