Algunas anotaciones

Nov 27, 2007 23:01


Tan pronto conseguí algo de consciencia vi todo el enorme almacén oscuro y ennegrecido en el que me encontraba. Unos minutos después se sumó una ténue pintura naranja, orinando las paredes con su cálida presencia. Unos minutos después advertí que las consecuentes uretras que lo expulsaban no eran otra cosa sino farolas.

Tan pronto gané plena consciencia me encontré en un calle cubierta de noche.

Ya había comenzado, y apenas al haberme dado cuenta de ello, se me había vuelto a olvidar. Un esfuerzo más, tan sólo uno, corto, doloroso, y lo recordé de nuevo. Son años de práctica. Arruinar la película, dicen algunos que se revuelcan en el error de creer que, como ellos, deseo ver o interactuar con elementos de mi propia voluntad. El azar en este mundo es impagablamente valioso para mí, es lo único que me satisface, lo único que sé que encierra desconocidas o medio aprendidas profundidades debajo.

Y hoy, mi buen Señor, me has puesto en esta calle.

Mi ventaja es que mi espíritu no se ve subyugado por la pesada carga de la alucinación. Sabe que lo que experimenta no es real, dirían algunos otros, de nuevo errando y pecando de juicio fácil y rápido, mas poco creo que sepan ellos lo que es real y lo que no, pues las cosas que toman lugar en este ámbito son tan reales por sí mismas que mientras se desarrollan el mundo exterior no es otra cosa que una pantomima virtual.

No es cuestión de qué es real o no. Es cuestión de distinguir dos consciencias diferentes y paralelas, y sin embargo, muy estrachemente relacionadas.
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