Salimos otra vez con
dessaborizada. Primero a una fiesta en una casa agradable, después a un lugar donde tocaba una banda. En el fondo de esa otra casa, tras un patio, y antes del lugar donde tocó la banda, había dos peceras, una con un ajolote. Por supuesto mi ocupación obvia, tras unos minutos, fue contemplarlo y sentirme un tanto tonto por emular la acción
(
Read more... )