Bueno, como no tengo ni idea de dónde va esto -si en fanfiction o en fiction press- porque sé que
dryadehdijo que quería un original pero la idea de regalarle esto me pudo pues seguí adelante con la idea. También dijo que como no sería un one-shoot podía ir publicando, ahora que por fin me he decidido por el prólogo pues voy a colgarlo.
La idea es escribir sobre todos aquellos personajes que Homero nombra en la Iliada en plan "X mató a Y" y yo me preguntaba por la familia de Y, y esa familia es la que importa. Excepto, creo, en el primer capi que me lleva visitando en sueños durante un tiempo xD...
Con todo mi cariño -porque como repita de nuevo lo que pienso de tí me matas por pesada- aquí va el prólogo.
Pero antes -odiadme xD, porque me lo merezco por no dejaros leer el cut- quería dar las gracias a
laura_sommeilspor decirme cómo evitar destrozar la idea que tuve. :) Te quiero gemelis, te adoro Dryadeh, F-lis, os amo *o*
Ya nadie habla de ellos. La tierra y el tiempo se han tragado la historia de esos niños que vivieron hace tanto tiempo. El mundo recuerda lo que quiere y ellos no están en su lista. No tienen nombres de héroes, ni de tiranos, ni de reyes.
Muchos no sabían más del mundo que lo que les contaban sus madres y nodrizas a la hora de dormir. Los cánticos que se alzaban a los dioses en una plegaria eterna les relataban historias que ni en sus fantasías podían llegar a imaginar.
La vida da muchas vueltas y, en ocasiones, su poder te alcanza. Como les pasó a ellos. Sólo era niños, ángeles de un jardín en el que alguien se olvidó de cerrar la puerta. Una puerta que no sólo prometía libertad, sino que también dejó entrar a las más monstruosas criaturas que habitaban en el Inframundo.
Y las lagrimas de aquellos que una vez fueron inocentes regaron el mar; las risas de aquellos que jugaban a atrapar el sol con sus dedos, se extinguieron; y su memoria quedó sepultada bajo el trágico manto del olvido.
Pues Homero, cegado por los dioses y los hombres, no pudo ver más allá de las leyendas que conocía. Y escribió las aventuras de Aquiles, de Héctor, de Ulises, de Helena, de París… Pero no de los que quedaron atrás.
Pasto del fuego Ilion ardió. Sus llamas se elevaron hasta el cielo, donde Zeus lloró y se lamentó por la suerte de los hombres. Eneas y algunos troyanos más huyeron, protegidos por Afrodita y Apolo. Mas otros no tuvieron tanta suerte.
Porque la auténtica historia es aquella que se esconde tras los entresijos de lo que pasa de boca en boca, de pluma a pergamino, de poesía a relato. Una historia que, aunque el mundo fingió olvidar, sigue ahí; esperando que alguien la rescate.
Y fue mientras Ilion se consumía cuando alguien -quizás un dios, una ninfa, una de las siete musas- se entregó al canto de una hermosa canción. La que, entre los azares del destino ha llegado hasta nosotros, envuelta en el mismo halo de belleza que tuvo una vez. Cuando se dedicó a acunar a aquellas almas, a aquellos que decidieron acoger el destino del lugar que amaban como el suyo propio.
Y así, el fuego de las leyendas les alcanzó, demasiado cerca
¿Qué me dices, chiquilla?