Nov 03, 2007 18:21
Al mirarle a través de los ojos de John, recordó aquella noche lejana, casi perdida en las nieblas del tiempo, cuando irrumpió en el deprimente motel en que los Winchester alojaban y sumió en sueños a los dos pequeños, dispuesto a esperar al padre con alguna broma pequeña o un reguero de sangre.
Recordó bien la sensación de fuego cuando intentó tocar a Sammy, tan pequeño en ese entonces (¿ocho años, nueve tal vez?). Fue entonces la primera vez que tomó real conciencia de la existencia del tercer vértice.
Dean. El hijo mayor, el que había salvado a Sam aquella vez.
Le miró como quién examina a un perro. Alto, fuerte, con ese cabello lacio y con tan buen olor para ser un Winchester.
“Huele como Mary” Pensó en ese momento.
Inconsciente, con su cuerpo lacio sobre la cama, sin ninguna protección. O a John no le importaba en lo más mínimo ese hijo o al chico no le importaba su propia seguridad.
Considerando las precauciones de sellos, sal y armas que se veían en cada motel… lo segundo.
Había considerado matarlo ahí mismo. O quizás desangrarlo, para darle una sorpresa a John cuando volviera. Era una buena opción, sin duda alguna. Sus propios hijos se veían ansiosos por ponerle las manos encima al niño y a él no se le daba muy bien eso de negarles pequeños placeres.
Sam no se movía, pero Dean se revolvía intentando escapar del sueño forzado.
“Ohh, tenemos un pequeño guerrero”
Y eso fue suficiente para convencerse de que el muchacho sería una entretención más propicia vivo que desangrado.
Sin embargo ya le había dado demasiado tiempo. Dean había crecido, y lo que en aquél entonces iniciaba, ahora estaba en su punto cúlmine, con un cazador experto, frío y certero. Un verdadero Azote.
La diversión no puede durar para siempre. Era hora de acabar con el Winchester y tomar rumbo en las cosas que realmente importaban.
Apartar a Sam no fue difícil. El chico no tenía poder para negarse, la Colt estaba fuera de su alcance, y la única oportunidad que John tuvo para tomar el control de su cuerpo ya la había desperdiciado.
-¿Te parece si conversamos, Dean?
Su sangre roja y brillante tan hermosa, su dolor expresado sin tapujos y su patética súplica.
Sin duda alguna Dean era todo Mary, incluso en su forma de agonizar.
¿Sería como su madre y su padre en todo sentido? ¿Se sentiría con él tan bien como con Mary (a voluntad) o con John (a la fuerza)?
Siguió la línea de la sangre, aunque el grito de Sam lo distrajo, y sin quererlo, le rodeó la cintura y hundió la nariz en el ángulo entre el hombro y el cuello.
Mary, Mary, que jodida forma de ser como ella…
Se deshizo de Sam por ese rato. Inconsciente no gritaría ni interrumpiría. Además sería un buen material de chantaje para presionar un poco más a Dean.
(Presionar, qué gracioso Dean. ¿Quieres más presión?)
Sus gritos eran el condimento perfecto. Ya terminaría más tarde lo que debió hacer tantos años atrás…
…Por ahora podía extender la diversión un poco más…
~+~
supernatural,
slash,
oneshot,
desafío: jalowin