I hate that I love you so

Nov 02, 2011 23:11

Titulo: I hate that I love you so
Fandom: SHINee
Pairing: Jongkey
Rated: M
Summary: Necesitaban odiarse para aprender a quererse.
Nota: Para laeryn como regalo de Amigo Invisible en la KDD de BCN del 2011 :)
Advertencia: Slash y lemon. Cosa rara.



"El odio del contrario es el amor del semejante: el amor de esto es el odio de aquello. Así pues, en sustancia, es una misma cosa odio y amor.”

Los platos de ramen yacían en la mesa vacíos o a medio terminar acompañados de los correspondientes palillos y vasos de leche, limonada y derivados. Jonghyun y Minho se debatían en una dura partida de piedra papel o tijera para ver quién de los dos elegía película mientras los restantes tres recogían poco a poco la mesa del salón habiendo salido elegidos también por aquel juego tan toqueteado en la casa.

Era viernes y no tenían ningún quehacer hasta la mañana siguiente; desde hacía casi dos años era tradición que todas aquellas inusitadas noches las pasaran juntos y vieran una película. Hacía un par de meses que aquellas veladas se habían visto reducidas a la mitad y no eran, ni de lejos, tan confortables como lo habían sido en su día. Todo el mundo sabía el motivo pero nadie decía nada.

-Comedia -decidió Jonghyun con una sonrisa altanera tras haber ganado el juego.

-Otra vez no, joder -se quejó Minho mortalmente enfadado.

-Yo paso de ver otra comedia -decretó Key antes de pasar un trapo por la mesa ya vacía que habían recogido en un par de viajes.

A Key le encantaban las comedias, todos lo sabían y conocían el motivo por el que no quería verla ese día, pero nadie dijo nada.

-Pues te piras -le contestó con veneno Jonghyun.

Y otra vez. La misma historia de siempre.

-Pues a lo mejor el que debería pirarse eres tú.

-¿Por qué? Yo sí quiero ver la peli y no pienso marcharme del salón.

-No me refiero del salón, me refiero de la casa.

-Mira, Kibum, no me toq… -dijo comenzando a levantarse.

Por suerte y gracias al cielo, Onew entró en escena para sujetar a Jonghyun por los hombros y volverlo a sentar, calmando levemente a las masas para, finalmente, lograr convencer a Key para que se quedara a ver la película.

Estaban acostumbrados a aquel tipo de discusiones hasta tal punto de que se habían convertido en prácticamente rutina, por lo que nadie se exaltaba ni fruncía el ceño cada vez que Key y Jonghyun se atacaban. Minho, de hecho, ni siquiera había levantado la vista de un DVD cuya sinopsis estaba leyendo y Taemin, en la cocina, había continuado apilando platos sin dejar de tararear la canción que se le había metido en la cabeza.

Acababan de comer, pero los dos boles de palomitas estaban siendo bruscamente atacados mientras Jonghyun ponía la película y tomaban asiento.

Dicen que la inercia es mucho más que un mero concepto físico. Key empezaba a pensar que así era, porque no importara cuán lejos quería colocarse de Jonghyun, siempre terminaba a su lado. Frente a la televisión había un sofá grande y dos sillones a ambos lados del mismo. Onew había cogido uno de ellos y Taemin se había hecho con el otro. A Key no le había quedado más remedio que sentarse en la otra esquina del sofá y, por tanto, Jonghyun había tenido que colocarse, rezagado, en el centro.

Para cuando la película comenzó los boles de palomitas estaban ya por la mitad y Key ya tenía todo su cuerpo bajo la manta que Minho se había adjudicado para los que se sentaran en el sofá. Jonghyun y él procuraban estar lo más lejos posible, de modo que muchas veces Minho tenía que empujar al vocalista hacia el otro lado porque, de tanto alejarse de Key, no paraba de echársele encima. Se movían como dos imanes de carga contraria y, por más que esforzaran en mantener las distancias, más tentados estaban de romperlas todas.

Quizá por eso se miraban de reojo y desviaban la mirada tan rápido como podían fingiendo que no habían estado echándose de menos; quizá por eso se sostenían la mirada y se miraban con todo el odio que guardaban el uno hacia el otro. Quizá por eso Key apoyaba su mano en el muslo de Jonghyun y éste se tensaba sin dejar de mirar a la televisión por miedo a ser demasiado evidente. Quizá por eso Key le mirara con una sonrisa maliciosa mientras escrudiñaba todas sus reacciones a medida que su mano se movía hacia la rodilla y acariciaba con rudeza su piel por encima del pantalón del pijama.

Era viernes por la noche y no tenían ningún quehacer hasta la mañana siguiente; desde hacía casi dos años era tradición que todas aquellas inusitadas noches se metieran mano bajo las mantas mientras veían la película. Hacía un par de meses que aquellos toqueteos se habían visto reducidos a la mitad y no eran, ni de lejos, tan confortables como lo habían sido en su día. Ellos sabían el motivo pero ninguno decía nada.

Jonghyun tardó un poco más de lo normal en introducir el resto de su cuerpo bajo la manta y dejar las palomitas de lado y la película por abandonada, pero terminó haciéndolo como siempre. Cogió la mano de Key con la suya y la diva sonrió con picardía porque sabía lo que venía, porque el vocalista le apretaría la mano y se la echaría hacia arriba, guiándola hasta su miembro… y entonces se desataría la locura a la que tan adictos eran. Pero, contra todo pronóstico, Jonghyun sólo cogió la mano de Key para apartarla de su muslo y, por un momento, el corazón del segundo rapero dio un vuelco y todo el odio que sentía por dentro se convirtió en temor.

Había un par de razones por las que, desde hacía un par de meses, su relación ya de por sí amor-odio se había acentuado hasta límites insospechados, incrementando de sobremanera el segundo apartado que aquella relación sin contrato previo correspondía. Se querían tanto que se odiaban y se odiaban tanto que terminaban volviéndose a querer, como un círculo vicioso, el bucle infinito.

Se mataban con palabras y se curaban con la saliva del otro; se hacían daño con hechos y se reconciliaban con tórridas caricias bajo la intimidad de una manta. El tiempo pasaba, pero siempre que uno de los dos buscara al otro se encontrarían, siempre que Key le tocaba bajo las mantas con el resto del grupo al lado Jonghyun se dejaba hacer y le imitaba; y siempre que el vocalista cogía la nuca de Key en una situación inverosímil y le comía la boca durante cinco segundos escasos antes de tener que salir al escenario Key no hacía otra cosa que corresponder como si le fueran a dar un premio por ello. Cuando el premio era ese, precisamente.

Quizá por eso daba tanto miedo, quizá por eso Key se quedó estático y en tensión en cuanto Jonghyun le apartó la mano de su piel. Porque cesar el contacto no significaría otra cosa que no fuera terminar con la esencia de esa relación destructiva que llevaban, porque cesar el contacto no significaría otra cosa que no fuera darse cuenta de lo mal que estaban. Si aquel contacto cesaba, Key no tenía nada.

Entonces Jonghyun entrelazó los dedos con los de Key y le acarició el dorso de la mano, haciendo que la diva se relajara de tal forma que soltó un suspiro ahogado por la escena de acción que en la película se desarrollaba y se dejó caer levemente sobre Jonghyun, como si se hubiera desmoronado sobre el asiento, como si acabara de respirar después de un par de segundos sin aire. El vocalista le miró por encima del hombro y le sonrió, pero no fue una sonrisa maliciosa o altanera como las que solía dedicarle, sino que estaba llena de cariño. Key ni siquiera la miró directamente, sino que permaneció estático todavía y pellizcó la palma de la mano de Jonghyun como castigo, a lo que él sonrió con más énfasis.

El resto de la película la pasaron en silencio, agarrados de la mano sin saber muy bien por qué. Ninguno de ellos estaba prestando atención, en realidad, sino que dedicaban toda su concentración a las caricias del otro, a cómo sus dedos se entrelazaban para volver a separarse y acariciarse con las uñas en un roce efímero y superficial que les llenaba de paz. Se reían en las escenas cómicas porque el resto lo hacía, pero a su alrededor se había formado una pequeña burbuja que los separaba del mundo exterior.

Para cuando la película terminó, Key estaba prácticamente dormido apoyado en el hombro de Jonghyun y el vocalista le hacía caricias en círculo en el dorso de la mano, totalmente relajado. Era el efecto que su relación producía, la tensión más absoluta un segundo y la paz más relajante al siguiente, un constante remolino de emociones y montaña rusa de sensaciones.

Se separaron por inercia también, porque Minho se había levantado estirándose y Onew estaba quitando ya la película mientras Taemin encendía las luces. Key fue el primero en levantarse y marcharse en silencio, un poco confundido y casi mareado, continuando con el juego, con el “yo empiezo, pero tú tienes que dar el siguiente paso” al que estaban acostumbrados.

Key no podía pensar con claridad, ni siquiera cuando se hubo mojado la cara en el cuarto de baño y hubo dejado que el agua le resbalara por el rostro, apoyado en el lavabo. Pasó un par de minutos ahí hasta que sintió la puerta del baño abrirse, vio a Jonghyun entrar y cerrar la puerta por el rabillo del ojo y le miró con todo el desprecio que había vuelto a nacerle en aquellos minutos de soledad. El vocalista se colocó tras él y le miró a través del espejo. Permanecieron un par de minutos así, sosteniéndose la mirada, hasta que Jonghyun deslizó una mano por la cintura de Key y éste se la apartó pero, al contrario que el vocalista, no entrelazó los dedos ni le ofreció ninguna muestra de cariño. Simplemente la dejó caer sin apartar la mirada de los ojos rasgados de Jonghyun.

-Si te crees que por cuatro caricias que me hagas me vas a tener comiendo de tu mano, estás muy equivocado -rompió el silencio con la voz ronca por haber estado tiempo sin hablar.

Jonghyun le miró de esa forma tan fija que Key sintió que le podía atravesar con la mirada si quería, pero no le temblaron las piernas en ningún momento, ni siquiera cuando el vocalista hundió una mano entre las nalgas de Key y le abrió las piernas, acariciándole los genitales por encima del pantalón.

El suspiro de Key fue inevitable.

-Tal vez no con caricias, pero está visto que te toco un poco más rudamente y te vuelves loco…

Key le apartó de un empujón y se dio media vuelta sobre sí mismo para atraer a Jonghyun hacia sí agarrándole de la trabilla del pantalón. Se acercó a sus labios de forma sensual pero no le besó en ningún momento, sino que se dedicó a mantener una pequeña distancia entre sus labios, como si estuviera bailando, tentándole, y cuando Jonghyun se acercaba para besarle por fin, Key se alejaba con una sonrisa traviesa. Le desabrochó el pantalón con mano experta y se la metió bajo los calzoncillos directamente, pasándole la mano por el miembro en toda su extensión, haciendo que Jonghyun entrecerrara los ojos y se agarrara a su cuerpo con desesperación.

-Mira quién fue a hablar -susurró en su oído con una sonrisa.

Jonghyun terminó de enfadarse y le miró arrugando la nariz con rabia para coger la mano de Key de sus pantalones y sacarla de ahí apartándola de golpe. A Key ni siquiera le dio tiempo a reaccionar, a preocuparse por su comportamiento, a preguntar qué estaba pasando que se estaban saltando todas las normas que habían establecido en silencio desde hacía un par de meses, porque Jonghyun le comió la boca sin darle tregua alguna hundiendo la lengua del tirón mientras le rodeaba las mejillas con las manos.

Key atacaba, Jonghyun se la devolvía. Key iniciaba un contacto, Jonghyun lo prolongaba. Jonghyun le hablaba con veneno, Key insertaba el doble. Jonghyun comenzaba un movimiento, Key le seguía sin cuestionar. Eran el esquema que habían seguido desde hacía tiempo y se lo estaban saltando en sólo una noche una y otra vez, cuando Jonghyun le había cogido la mano, cuando le apartaba la mano de su miembro para simplemente besarle… Key hiperventilaba, pero correspondió al beso de Jonghyun como si el día de mañana no existiera y su boca fuera una bombona de oxígeno.

Apenas se dieron cuenta, pero de pronto sus cuerpos comenzaron a relajarse a medida que el beso cambiaba de velocidad. De repente las manos de Key rodeaban la cintura de Jonghyun en un contacto superfluo mientras los pulgares del vocalista acariciaban las mejillas de Key, haciendo que este se sumiera en tal estado de relajación y paz que tuvo la determinación de que no había sido más feliz en toda su vida. El beso se tornó pausado, tierno, los dientes no mordían, las lenguas no se atacaban, los labios no se empujaban… y Key tuvo que apartar a Jonghyun de su lado tirándole hacia atrás por el pecho, respirando entrecortadamente mientras le miraba con furia.

-Deja de hacer eso -le advirtió.

-¿Hacer el qué? -preguntó Jonghyun mientras se acercaba a él lentamente.

-¡No se te ocurra acercarte! ¡Te odio!

-Yo también.

-¡Deja de hacer eso! -repitió Key alejándose de él.

-¿El qué?

Key se quedó en silencio un momento y quedó con la espalda pegada a la pared de azulejos. Jonghyun no se detenía.

-Eso… ¡Deja de tocarme con delicadeza, de besarme así! Tú… ¡tú nunca me has besado así! Para.

-No sé a qué te refieres -dijo el vocalista con cara de inocente, pero su sonrisa le delató.

-¡Tú y yo nos odiamos! ¡Deja de tratarme como si fuera todo lo contrario!

-Kibum…

-¡Cállate! -le advirtió y le cogió de la camiseta para atraerle a él y besarle, para que no pudiera decir una sola palabra.

Pero mientras más agresivo pretendía ser el beso de Key, más suave era por parte de Jonghyun y sus manos comenzaron a batirse en una guerra de caricias a distintos ritmos por el cuerpo del otro. Key terminó empujándole de nuevo.

-¡Te odio, te odio, te odio! -le gritó golpeándole en el pecho.

-Kibum, yo…

-¡No se te ocurra decirlo, maldita sea! -le advirtió entre chillidos- ¡Cállate! -volvió a besarle con desesperación.

Pero Jonghyun consiguió apartarle empleando la misma fuerza con la que Key le obligaba a mantenerse cerca. Le apartó y le volvió a coger la cara entre las manos pese a que la diva tratara de impedírselo.

-Ya no estoy con ella, Kibum -le dijo muy rápido, para que le escuchara. Key continuó tratando de zafarse-. Kibum, Kibum -repitió haciendo fuerza para que le mirara-, ya no estoy con Sekyung, Kibum -le dijo despacio, como si fuera un niño de cortas entendederas.

Y tan pronto como lo dijo, Key dejó de emitir fuerza alguna, quedándose estático, como si acabara de regresar de un lejano sueño. Jonghyun le acariciaba las mejillas y sonreía mientras veía cómo el rostro de Key se relajaba tratando de asimilar lo que le estaba diciendo.

-Te quiero, Kibum -le confesó en un susurro Jonghyun, con las mejillas encendidas, y posó los labios sobre los suyos con suavidad.

La confesión fue como un boom interno, no por la explosión correspondiente, sino por la calma que surge tras el impacto. Key no movió un solo músculo mientras Jonghyun le besaba, ni siquiera cerró los ojos un poquito; no escuchaba nada más que el silencio y los latidos de su corazón le indicaban que todavía seguía vivo.

Todo había comenzado mucho, mucho antes de que Sekyung apareciera. No sabían en qué punto exactamente, pero un día simplemente lo habían sabido; habían sabido que tenían algo, que compartían algo especial. El tonteo había sido el inicio del fanservice y, mientras más fanservice, más grande se volvía la tensión sexual que les empapaba de pies a cabeza. La sociedad y ellos mismos fueron su propio impedimento para dar un paso más, aunque tanto uno como el otro como el resto del grupo sabían que había algo mucho más de aquella fraternidad que se esforzaban por demostrar frente a las cámaras.

-¿Kibum? -la voz de Jonghyun le llegaba a lo lejos.

Se besaban. Un par de veces en momentos puntuales. Normalmente tomaban la excusa de pequeñas discusiones en las que se gritaban y se decían lo poco que se soportaban para luego besarse como si no acabaran de decirse lo horribles que eran el uno al otro. Alguna vez, vez muy puntual, se metían mano. Pero nada fuera del límite que ellos mismos se habían establecido. Eran amigos, eran hermanos y el resto de sentimientos que compartían debían permanecer no sólo en un segundo plano, sino en el más absoluto secreto por el bien de todos.

Habrían podido tener el cielo si tan sólo se hubieran atrevido a dar el paso final, el sentarse a hablar, el pronunciar esas dos palabras que tanto se negaban incluso hasta para ellos mismos. Habrían podido tener el cielo si no hubieran sido tan cobardes.

-Kibum…

Entonces apareció Sekyung. Key no le dio tregua a Jonghyun, no le dejo siquiera que explicara el por qué. Era más sencillo odiarle porque sí, era más sencillo culparle de su sufrimiento sin saber que existía quizá un motivo por el cual aquello estaba justificado. Key intuía el motivo, lo sabía en lo más profundo de su alma, pero simplemente era más sencillo fingir que no entendía, era más sencillo que continuara siendo una intuición a que fuera una certeza.

Entonces apareció Sekyung y todo cambió. Los besos desaparecieron, las disputas se multiplicaron y el odio incrementó en sus corazones a una velocidad extrasensorial. Y, de repente, un día porque sí, tras una fuerte discusión terminaron empotrándose contra la pared mientras el aliento del otro era el elixir de la vida que mantenía sus corazones en funcionamiento. Y a partir de ahí, todo había sido un constante juego de “te cabreo y me calientas” con muchas variaciones por las que habían pasado.

Su relación se había vuelto amor-odio desde Sekyung. Key le odiaba por haberse puesto a salir con ella y Jonghyun le odiaba por haberle puesto los cuernos con él. Su relación se había vuelto un círculo infinito de sensaciones contradictorias y sentimientos opuestos. Su relación se había convertido en amor-odio… y si ahora Jonghyun no estaba con Sekyung, Key ya no tenía motivos para odiarle. Y si no había odio en una relación amor-odio…

-Kibum -le zarandeó Jonghyun mirándole con una pequeña sonrisa-. Kibum, te quiero… -le acarició las mejillas.

Y fue la repetición de aquellas dos palabras, el boom interno de emociones, que hizo reaccionar a Key, o al menos enfocar la vista y mirarle, mirarle de verdad y dejar que todo su miedo se le escapara a través de sus ojos de felino. Jonghyun le besó en la frente y trazó un camino de besos por todo el rostro de Key haciendo que este cerrara los ojos respirando el aroma del vocalista y se dejara hacer. El vocalista volvió a besarle en los labios dulcemente y Key le correspondió con una timidez e inseguridad que no le correspondía.

-Para -le dijo apartándole de sí mismo-. Para, para, para…

-¿Qué pasa?

-Te odio -murmuró mirándole a los ojos, porque hablar más alto no le parecía una opción.

-Te quiero -respondió Jonghyun en el mismo tono de voz.

-No… ¡No! Me odias, me odias mucho…

-No, no te odio, Kibum. Te quiero -le repitió como si fuera un niño.

-No puedes quererme, no…

Jonghyun le besó para interrumpirle.

-Te odio, te odio, te odio -se apresuró a decirle Key en cuanto se separaron.

-Te quiero -repitió Jonghyun y continuó diciéndoselo cada dos segundos acompañado de un beso en el rostro hasta llegar a los labios de nuevo, una y otra vez.

Key tuvo que dejarse hacer de nuevo. No le quedaba otra cuando la lengua de Jonghyun era hipnótica y le envolvía en una burbuja de ficticia felicidad que, en cuanto se separaban para coger aire, se rompía. Entonces hubo otro boom, la pompa partiéndose en mil pedazos y saltando los cristales por los aires. Cuando, pasados unos segundos, Key se dio cuenta de que las caricias de Jonghyun eran tiernas y delicadas, por encima de la camiseta, y de que su lengua estaba llena de sentimientos, una oleada de paz sacudió a Key con tanta fuerza que hizo el efecto de una onda expansiva contra su cuerpo y, de pronto, el miedo que aquella explosión conllevaba le ardió en el pecho.

-No puedo, no puedo, para -le separó bruscamente Key.

Necesitaba adrenalina, necesitaba que hundiera las manos en su ropa como si no conociera otra cosa, necesitaba que le empotrara contra la pared, el morbo de hacer lo incorrecto, el placer de lo prohibido, lo oscuro de un deseo, la sed de pasión. Ke necesitaba que Jonghyun le odiara con todas sus fuerzas para poder amarle de vuelta.

-Esto no está bien -le dijo, se dijo y se subió bien los pantalones antes de echar a andar por el baño.

-¿El qué no está bien? Kibum… -le detuvo Jonghyun agarrándole por el brazo-Ahora podemos estar juntos, ahora podemos empezar algo… La he dejado por ti, por nosotros -le dijo en cuanto Key le hubo mirado.

Aquella fue la primera vez que Key sonreía en aquel día. Le acarició la mejilla a Jonghyun, haciendo que el vocalista le soltara de su agarre; y le mordió los labios con fuerza, besándole con lengua de tirón durante unos segundos de forma brusca y sin sentido.

-Precisamente por eso no está bien -murmuró contra sus labios antes de morderle el labio inferior y marcharse del baño.

“El odio es medio, el amor es un fin.”

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