Llueve sin cesar sobre Santiago. Llueve y no ha parado. Llueve con fuerza, llueve como si fuera un diluvio.
Mientras venía en el Metro la lluvia no dejaba de caer y pensé, correctamente, que cuando saliera de la estación, me mojaría (Soy anti-paraguas) y que esperando la micro que me dejaría en mi casa, me mojaría y que mientras caminara a mi casa
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