Sobre la muerte y la vida (pero sobretodo la vida)

Dec 29, 2007 11:35

Chinese murió el 24, a las 5:40 pm.

Es curioso esto del cambio de perspectivas, y esto del tiempo.A la china le detectaron el cáncer como en agosto, es decir, hace cuatro meses. En ese entonces, sólo queríamos que salga viva. Salió muy bien de la operación, íbamos a verla y estaba contenta, la primera quimio le cayó muy mal, los médicos dijeron que las siguientes iban a chocarle cada vez menos, no retenía alimentos, la internaron por deshidratación, le encontraron una obstrucción, dejó de comer, descubrieron que el cáncer había comprometido todo el intestino y no se podía hacer más. ¿Hace cuánto fue eso? ¿Un mes, quizás? El 24 por la noche, cuando volvía a casa, me sentía más tranquila que al volver de cualquiera de las últimas visitas. Las prioridades habían cambiado. Sólo queríamos que dejara de dolerle. Las últimas semanas Chinese ya no hablaba (estaba muy débil), los últimos días le costaba respirar. ¿Un mes? ¿Cuatro? Parece que ayer estuvimos burlándonos de nuestra vida romántica en la sala de mi casa, Marauder y yo exigiéndole la botella de tequila que nos debe desde el 2002... Y parece demasiado tiempo, demasiados meses, quedándose en los huesos en esa cama, queriendo irse a casa.

A todos los que llaman les repito el mismo rollo. Estamos todos más tranquilos, porque ya está descansando. Estaba sufriendo demasiado. Se despidió de todos. Se fue en paz. Ya está tranquila. Nada es mentira. Este último año, la china había tomado un rumbo nuevo. Se pasó la vida haciendo cosas por otros, justificándose el hacerlas... obsesionada con casarse (lo que el papá quería), ordenando sus tiempos en función al novio de turno, dependiente emocional sin ninguna necesidad de serlo... y de pronto no. De pronto decidió empezar a hacer cosas por ella misma, a divertirse sin culpas, a preguntar "¿me gustará?" en lugar de "¿le gustaré?", a dejar el matrimonio para cuando venga al caso. Se le sentía libre, más fuerte, contenta de navegar a la deriva (como navegamos todos, Chinese, como navegamos todos). Sólo fueron unos meses... pero Chinese se fue tranquila. No dejó pendientes (excepto, ya saben, ese tequila que nos tomaremos algún día, en algún otro lugar). Los últimos días tenía una lucidez impresionante. Un par de semanas antes, parecía que casi no nos reconocía, pero los últimos días volvió con fuerza. Hablaba con los ojos y me fruncía el ceño si decía alguna estupidez (en un gesto tan típico que era pura esperanza). Dicen que quiso poner una queja contra una de las enfermeras (clásico en ella, hacer el esfuerzo de escribir sólo para quejarse). Supe que se despidió de sus hermanos. Y que finalmente su papá le dijo las cosas que ella se había pasado la vida esperando escuchar (me hubiera gustado que las diga antes... pero no puedo negar lo bueno que es que las haya dicho alguna vez).

Marauder y yo estuvimos con ella cuando murió. Creo que era lo que quería. Siempre fuimos las tres. Una de esas amistades que no dependen del entorno. No estudiamos cosas ni remotamente parecidas. No trabajamos cerca. Tenemos grupos de amigos que no se conocen y no salimos mucho juntas. Pero si necesito un hombro, sé a quien llamar. Y si pasa algo increíble, sé a quien quiero contárselo antes que a nadie.

Las últimas visitas me hacían pensar en Sirius y Remus (deformaciones del fandom, es inevitable). Pensaba en eso que tenían, y en como eran cuatro y de pronto eran dos. En como la muerte de James explica tan perfectamente esa dependencia absurda, esa cercanía a prueba de todo que tienen los dos. En cómo los 12 años que pasó Sirius en el infierno no influyeron ni un poquito en su obsesión por matar a Peter.

El 24 hubo luna llena y estuvo increíble. Y la noche se llenó de fuegos artificiales (a pesar de las prohibiciones). A la china siempre le gustó llamar la atención. No podía haberse ido de otra manera. (Marauder y yo, cada una en su casa, sonreíamos y sacudíamos la cabeza. Ay, Chinese...)

El 24 hubo pavo relleno, puré de manzana, postre de chocolate y galletas decoradas. No quise estar triste, y no lo estuve. No sé si me demoro en procesar estas cosas, si realmente me tranquiliza saber que está en paz, o si es esta sensación de que mi vida tampoco es para siempre, de que los momentos, la familia, los amigos, avanzan y desaparecen, y no quiero perdérmelos mientras pueda tenerlos. A lo mejor es todo junto.

Le regalé este libro a Sammy, y le encantó (siempre me ha parecido curioso que su personaje favorito de una saga en seis entregas aparezca 10 minutos en una sola película). Él me regaló a Bowie. Rilly. (Ok, es un video... pero sale de esta broma que tenemos los dos, y es genial porque tiene historia, y es de los dos, y todo eso.)

Mi madre me regaló dos polos coloridos que me encantaron, uno negro que necesitaba y uno plateado con pretina que grita "mi madre no me conoce" si lo miras fijamente (pero cuando decida colonizar Marte me lo llevo fijo).

Mi hermano me regaló a Sirius Black. No. En serio. Ya ha perdido la varita, pero era de esperarse. No era suya, de todos modos (porque la suya la habrá roto el ministerio, digo yo, y no creo que haya ido con Ollivander por una nueva ¿verdad?), así que no importa demasiado. Va vestido con la ropa de OotP, y es para perderse. Yo le regalé un perchero vienés que compré en un ataque de locura, y le fascinó ^^.

No siento que la china se haya ido del todo. Por aquí dicen que la gente se queda un año en este plano, recogiendo sus pasos. Un amigo dice que la ha sentido en su casa. Mi hija ha estado escuchando cosas en la escalera (yo le digo que no se asuste, que a lo mejor es la china que viene a despedirse, y entonces no tiene por qué tener miedo). Marauder la sentía en el velorio, y dice que seguro va a quedarse un tiempo en mi casa (que era el punto común de reunión); pero como yo no soy de sentir esas cosas, no sé si me tocará darme cuenta. Igual queremos reunir al grupo antiguo en la sala, filosofar con un vaso de ron barato, abrir los roperos y burlarnos de todos los esqueletos, como antes. A lo mejor nos acompaña.

Voy a pasar año nuevo en la playa por primera vez en años. Muero por ver las estrellas junto al mar. Marauder va a la misma playa con otro grupo, pero igual nos veremos. Ya les contaré.

(I need you to set off at once. You are to alert Remus Lupin, Arabella Figg, Mundungus Fletcher - the old crowd... alguien debería escribir ese fic.)

de los viajes por el laberinto

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