Dulce Soledad

Sep 01, 2013 17:58


Vengo a dejar esta carta aquí porque tal vez en la marea de gente, volvamos a encontrarnos.

Anhelado tú: Me doy valor para escribirte porque busco que no sea la última vez. Necesito respetar el protocolo y hacerte saber que nos hemos perdido días y hazañas del grosor del corazón. Entérate que me siento muy contenta en el trabajo y ahora hasta me mandan a otros estados como apoyo, que ya estoy por cumplir un año otra vez en Puebla y me resulta increíble todo lo que ha sucedido en tan poco tiempo, que ahora que tengo cocina, preparo papas a la francesa una vez a la semana; que te extraño; que no hablo de ti porque cuando lo hago me da por soñar contigo durante días seguidos; que he perfeccionado aquel truco "4x7 litros"; que mi mamá me dijo que si pudiera esconderme el hígado, lo haría y solté la carcajada de mi vida por sus ocurrencias, que me pongo sensibilísima cuando escucho alguna canción que me recuerda a ti; que todas las películas del mundo que hablaban de amor y amistad me daban risa porque no sabían lo que tú y yo y que me duele el alma porque me faltas tú. Ojalá tuviera pretextos para justificar mi estupidez, ojalá pudiera decir que cuando te falté no había comido, que tenía resaca o enferma, ojalá pudiera decir que cuando te falté no estaba en Puebla o mi mamá me había hablado de urgencia, que perdí una pierna o se robaron mis zapatos, ojalá pudiera decir que cuando te falté me habían secuestrado o tenía que llegar a mi casa porque mi gato llevaba dos días sin comer, pero no, recuerdo que acepté mi culpa y me fui, y aún la acepto, pero ya no la quiero porque te quiero a ti. Me gusta pensar que somos dos tontos esperándonos en el aeropuerto o en el andén de alguna estación de autobús. Me gusta pensar que si estamos lejos es porque una bomba cayó entre nuestras ciudades. También que ya no nos escribimos porque somos tan clásicos que preferimos volvernos a encontrar un día y platicar todo de frente. Prefiero pensar que si estamos separados es porque tú eres todavía más sabio que yo. Perdóname, anhelado tú, perdóname todo. Y cúlpame también, cúlpame de todo amar, cúlpame del gasolinazo, del insoportable frío que hace a finales de verano, del aumento en la canasta básica, del alto índice de desempleo; puedes culparme de todo, pero jamás decir que nunca te quise. Te escribo porque no sé (y no quiero) decirle a un amor de mi vida que tiene que dejar de serlo.

#dulcesoledad

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