Pero antes que el miedo lo consuma, es Oishi quien da el primer paso y lo besa.
Es un beso simple, casi un roce de labios, sin lengua, sin saliva, sin esos toques que ha visto dar a los chicos mayores, y si su cabeza volviera a funcionar la idea de encerrarse con él en las duchas regresaría sin saber por qué.
Pero su mente ya no trabaja, por
(
Read more... )