Antojo de media noche

Jan 16, 2008 01:52

Pero antes que el miedo lo consuma, es Oishi quien da el primer paso y lo besa.

Es un beso simple, casi un roce de labios, sin lengua, sin saliva, sin esos toques que ha visto dar a los chicos mayores, y si su cabeza volviera a funcionar la idea de encerrarse con él en las duchas regresaría sin saber por qué.

Pero su mente ya no trabaja, por lo menos no hasta que Syuichirou se aleja asustado, y cae en la cuenta que no ha hecho nada porque anda más preocupado preguntándose si está listo, si Oishi lo quiere, si todo es real.

Él va a marcharse, a escapar y a desaparecer de su vida, por lo menos hasta que su madre descubra que en realidad no está mal de la garganta. Tezuka lo sabe, porque ha pensado en lo mismo muchas veces, en cómo evadirlo si lo besara.

Solo que su amigo ha sido más valiente, y eso merece una recompensa.

Así que lo sujeta con fuerza, aunque no está seguro de qué siente, no está seguro si está bien, o por qué le teme tanto a lo que vaya a pasar después.

Y Oishi ha dejado de llorar, pero no lo mira y continúa explicándole sus razones. Entre hipidos que son cada vez más continuos, puede entenderle que se moría de miedo porque nunca ha besado a nadie, y no sabe como hacerlo, y esa vez que estuvieron solos en la sala del cine, quiso hacerlo y no lo hizo porque ¿y si Tezuka le decía que lo hacía mal y que ya no quería volver a hacerlo?

Y luego Yamato buchou, que siempre era tan bueno con él, y que siempre tiene tiempo para escucharlo y preguntarle cómo le va. Y él tenía miedo y se lo contó todo, y como el capitán es amable se ofreció a ayudarlo. Y luego Tezuka que no se había ido de la práctica aún. Y todo pasando tan rápido sin que se diera cuenta, sin que pudiera hablar, porque era más miedo del que podía aguantar.

Tezuka solo pronuncia tonto, y Syuichirou piensa erróneamente que ha sido para él.

Y ahora es él quien lo besa despacio, con calma, como un niño que descubre un nuevo tesoro y lo saborea con delicadeza para que no desaparezca. Porque está seguro que por el momento no necesita encerrarse con él y averiguar de qué hablan los sempais. Porque un beso torpe, un toque de manos que siguen temblando y una sonrisa que siente contra sus labios, sirven para estar seguros de lo que sienten.

Y en ese instante, solo eso basta.

Se me hace bastante difícil mantener sus personalidades en esa etapa, ojalá que no haya cometido herejía... Pero bueno, ahora sí ya puedo dormir en paz U__U.

fanfic, tezuka/oishi, pot

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