Knock, knock.
Me gusta Noviembre.
Me gustan los meses finales del año y también los del inicio. Nunca he sabido diferenciar a Junio y a Julio. Agosto está asociado con el calor. No sé bien qué pensar de Marzo. Tal vez en Abril me siento un poco más nostálgica. En mayo me siento indiferente. Septiembre y Octubre están ahí pero no molestan.
Pero estos finales y estos inicios... me gustan, no sé bien porqué. Quizá porque me hacen pensar en todo lo que se está acabando y en lo que se viene. Sobre todo este año, que ha sido excepcionalmente pletórico de acontecimientos y emociones que tal vez no vuelva a experimentar de nuevo. Hubo despedidas, pero también encuentros. Y esta vez cuando me toque hacer un balance, me daré cuenta de que todo ha valido la pena porque las piezas han ido encajando como deberían a pesar de que nada estaba planeado con antelación.
Quedan un montón de cosas en el tintero aún, pero hay tiempo. Nada peor que intentar apresurarse y no dejar que todo sigue sucediéndose. Por el momento, en serio, me siento bastante agradecida con la vida que me ha permitido tener éxitos y una, ¿qué será, suerte?, que la verdad qué miedo. Ojalá no se acabe pronto.
Pues eso gente. Estamos en Noviembre y estos días grises dan mucho en que pensar. Llegará Diciembre y veremos qué pasa. Por lo pronto, ¡a seguir disfrutando!
Me gustan los meses finales del año y también los del inicio. Nunca he sabido diferenciar a Junio y a Julio. Agosto está asociado con el calor. No sé bien qué pensar de Marzo. Tal vez en Abril me siento un poco más nostálgica. En mayo me siento indiferente. Septiembre y Octubre están ahí pero no molestan.
Pero estos finales y estos inicios... me gustan, no sé bien porqué. Quizá porque me hacen pensar en todo lo que se está acabando y en lo que se viene. Sobre todo este año, que ha sido excepcionalmente pletórico de acontecimientos y emociones que tal vez no vuelva a experimentar de nuevo. Hubo despedidas, pero también encuentros. Y esta vez cuando me toque hacer un balance, me daré cuenta de que todo ha valido la pena porque las piezas han ido encajando como deberían a pesar de que nada estaba planeado con antelación.
Quedan un montón de cosas en el tintero aún, pero hay tiempo. Nada peor que intentar apresurarse y no dejar que todo sigue sucediéndose. Por el momento, en serio, me siento bastante agradecida con la vida que me ha permitido tener éxitos y una, ¿qué será, suerte?, que la verdad qué miedo. Ojalá no se acabe pronto.
Pues eso gente. Estamos en Noviembre y estos días grises dan mucho en que pensar. Llegará Diciembre y veremos qué pasa. Por lo pronto, ¡a seguir disfrutando!