-Te quiero, tu siempre me escuchas.- murmuró el pequeño convocando a su único amigo.
-Te quiero.- le contestó este - te has quedado conmigo más tiempo que ningún otro.-
El niño había entrado corriendo en la casa, tirando la mochila y la cazadora al suelo. Había subido los escalones de dos en dos, intentando llegar a su cuarto antes de que su
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