Número: 015/100
Título: Piezas de un Rompecabezas: Chocolates [03/14]
Fandom: Bokura ga ita
Claim: Takeuchi Masafumi/Takahashi Nanami
Extensión: 540 palabras.
Advertencias: Spoilers hasta el capítulo 65 del manga. Comienza desde la partida de Yano.
Notas: Prompt #02 de la Tabla de los Enamorados de
retos_a_lacarta PIEZAS DE UN ROMPECABEZAS
02. Chocolate
Está nervioso y trata de no demostrarlo demasiado, fija su mirada en la pizarra de color ceniza, trata de concentrarse. Nada da resultado. Sabe que la ha estropeado y bien, lo sabe porque la ha hecho llorar -prometió no hacerlo nunca, ¿dónde estaba esa promesa?-, porque ella apenas y le dirige la palabra y parece deprimida, triste. ¿No debería de estar apoyándola en lugar de causarle más dolor? Yano ha dejado de hablar y él debería de ser quien tome su lugar, no a la fuerza, ni a base de chantajes, cosas que inconscientemente ha hecho, sino naturalmente, como los enamorados comunes.
El día parece largo con esos pensamientos sobre su espalda, pesados y molestos. La campana que anuncia el fin de las clases parece tan lejana como lo está la luna de la tierra y también de como lo está Takeuchi de la realidad que lo rodea, pese a que los exámenes están cerca y debe sacar las mejores notas.
-¿Qué harás el fin de semana, Take-chan? -uno de sus amigos se acerca a él, desperezándose tras un largo día. La sonrisa que tiembla en sus labios anuncia el fin de las clases, con tal esperanza, que hasta él se siente un poquito contagiado de esa confianza.
-Tengo algo que hacer -Takeuchi toma su mochila con la mano casi temblándole, como si su pulso transmitiera el miedo que de nuevo parece atenazarlo contra la seguridad de su pupitre-. Te veo luego, ¿sí?
Llega a oír el comentario de su amigo al salir del salón de clases. Algo así como: ¡Ve a por ella, campeón! Pero en lugar de ruborizarse, se siente un poco incómodo. Todo mundo sabe de sus sentimientos por Nanami, incluso ella misma. Pero eso no ayuda en lo más mínimo para conseguir sus propósitos.
-¡Ah, Take! ¿Buscas a Nana? -Mizuchi lo intercepta a medio camino hacia el salón de la joven, negando suavemente con la cabeza, como si supiera del crimen espantoso que ha cometido y lo juzgara todo mal-. Ya se ha ido, ¿querías decirle algo?
El joven castaño suspira con desesperación, ignorando la mirada inquisitiva de su interlocutora. Toda señal de valor en su rostro se esfuma cuan bruma soplada por el viento.
-Todavía puedes alcanzarla, si te apresuras, está en...
Renovado su ímpetu, Takeuchi nisiquiera llega a escuchar las palabras de Mizu-chin antes de echar a correr. Todavía no puede estar lejos, quizás todavía está en la parada de autobús, si se apresura, si mueve sus piernas un poco más rápido...
-¡Takahashi! -la pelirroja ya va subiendo al autobús cuando Takeuchi logra alcanzarla-. ¡Perdóname! ¡Nunca quise hacerte daño!
-Takeuchi-kun... -las puertas del autobús están por cerrarse. Durante un ínfimo momento imágenes cruzan debajo de los párpados de Nanami, como un dèjá vu demasiado doloroso. No tiene tiempo de contestarle, pronto comenzarán a alejarse de nuevo.
No quieren que sea así.
A la desesperada, cuando ve al autobús cerrándose, como si con él se fuera toda oportunidad de hacer las paces, Takeuchi le arroja su mochila a Nanami, quien la recibe con sorpresa. No hay tiempo para preguntas. Las puertas se cierran, el autobús comienza su recorrido, Nanami es obligada a sentarse.
Dentro de la mochila, además de un montón de libros hay unos chocolates.
Ella sonríe. ¿Cómo no perdonarlo tras todo lo que ha hecho por ella?