-¡No te atrevas a dirigirme la palabra, Samuel de Sagitario!
Este grito lo había pegado una enfurecida Alcyone de Tauro. La Santa estaba enojada, porque el mencionado compañero de armas casi había arruinado la misión que les había impuesto el Patriarca Ixión. Claro, este grito se lo había dado después de la memorable paliza que la mujer le había
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