[Trad] (IM)Pulso 5 (FINAL) 1/2

Jan 04, 2015 17:15

Bueno ... ¡POR FIN! Ya está aquí el último cap de (IM)Pulso. He decir que la espera merecera la pena, ya lo veréis xD Y hasta aquí hemos llegado. Gracias a todos los que leen las traducciones y comentan. He de decir que no volveré a traducir nada más, porque apenas tengo tiempo y como pudistéis comprobar una de mis betas tampoco. Espero que aun así le déis oportunidad a mis escritos, y si alguno os gusta por favor me lo digáis. Cualquier cosa,  comentario, duda, opinión, crítica constructiva lo que sea aquí estoy xD

Y bueno sin más dilación....  aqui os dejo el último cap.

Capítulo escrito por: Anna (@AnnaSooPimpa)
Capítulo corregido por: Carol (@carolsandt)
Link original: Nostalgia
Traducción del portugués: joker_coker ( @JokerCoker)
Revisión: deernicorn ( @XOXOT12) y jaystomp_virus ( @JayStomp_virus)




(IM)PULSO
Capítulo Cinco -  NostalgiaCorría el año 1930 cuando un niño coreano que había desaparecido (intentando salvar la vida de su madre), recibió la visita de un demonio de piel blanca y ojos grandes y negros. Oh Sehun. Ese era el nombre de aquel niño de poca edad al que Kyungsoo le compró el alma en una noche lluviosa.
Sehun no pensó demasiado antes de aceptar el contrato y firmar un pacto que sellaría su destino. Diez años más tarde Kyungsoo lo visitaría y  se llevaría su alma al infierno, lo quisiera o no.

Y eso fue lo que sucedió.

Los diez años pasaron sin pausa en el mundo humano, pero en el Infierno transcurrieron como si no fuesen nada. Y realmente, diez míseros años no eran nada para los demonios que pasan siglos como si fuesen días. Cuando Kyungsoo se dio cuenta de que la hora se acercaba, le sonrió a Jongin. Porque, en realidad, Sehun era un hilo de esperanza para los dos.

Una esperanza para que pudiesen estar juntos de nuevo.

Como parte del contrato realizado, el humano y el demonio se acostarían en la misma cama y sus cuerpos se volverían uno. Las pieles cálidas se encontraron y el mortal vio cómo el ser de las tinieblas lo tomaba a pesar de no tener pleno consentimiento. El Grimorio supo guiar bien lo que hacían, todos los siglos de experiencia estaban a su favor.

Llovía mucho la noche en la que Sehun se entregó al demonio y después de eso murió, dando un último suspiro mientras miraba fijamente a los ojos totalmente negros que tenía frente a él.

- Bienvenido, Sehun -dijo Kyungsoo con una sonrisa sincera, abriendo la puerta de su habitación, asustando a Jongin con la invasión repentina en la habitación.

- ¿Este es Sehun? -Preguntó Jongin y enarcó una ceja, recibiendo un gesto de confirmación del menor-. Soy Kai, puedes estar tranquilo; mientras estés con nosotros, te protegeremos.

Sehun, ya adulto, miró a los dos demonios e intentó mantener una expresión seria, como acostumbraba. Su infancia y adolescencia le habían enseñado que una expresión sombría y la ausencia de una sonrisa provocaban más respeto que su verdadero rostro alegre y casi infantil.

- ¿Por qué? ¿Por qué insististe en que me uniese a vosotros, Kyungsoo? -preguntó Sehun, desconfiado.

Los dos demonios se miraron.

- Vamos a ser sinceros contigo, Sehun -comenzó a decir Jongin- . Queremos que te quedes con nosotros, te transformes en un demonio Grimorio y tomes el lugar de Kyungsoo. Queremos que hagas pactos con los humanos en su lugar.

- Quiero ser un Baal. Un guardián, como lo es Jongin -completó Kyungsoo y Sehun miró hacia ambos lados, confuso.

- ¿Quién es Jongin? -preguntó el humano y Kyungsoo suspiró, cansado.

- Es mi verdadero nombre, pero todos tienen que llamarme Kai, incluido tú, Sehun -murmuró con una pequeña sonrisa, mirando de reojo al más bajo de los tres.

- ¿Y por qué me necesitáis? -preguntó el humano con una ceja levantada-  ¿Por qué no cambias… No es eso lo que quieres?

Kyungsoo apretó los labios en una sonrisa triste.

- No es tan sencillo, Sehun… El infierno necesita tener un número mínimo de demonios que hacen pactos. Es para evitar perder humanos contra algún ángel por falta de personal y, sé que parece confuso, pero básicamente: para que pueda cambiar, lo mínimo para conseguir cambiar de nivel en la jerarquía de los demonios, necesito que un humano se transforma en Grimorio y que ocupe mi lugar. Ya conseguí que un humano se quede en el lugar de Jongin cuando este fue rebajado y se convierta en  Baal, pero te necesito para que ocupes mi lugar, ¿entiendes?

Sehun parpadeó un par de veces, intentando absorber todo lo que le habían dicho. Todavía en la Tierra, el demonio de pelo negro le había pedido que lo siguiese en el Infierno y se quedase a su lado, con la promesa de que su estancia en el submundo no sería tan horrible como en las historias narradas por los padres con tanto ahínco a sus hijos inocentes y estúpidos.

El humano miró a un demonio y después al otro y se permitió sonreír.

- ¿Entonces soy un tipo de chivo expiatorio para vosotros? ¿Queréis que sufra las consecuencias para que podáis estar juntos, es lo que queréis?

Kyungsoo abrió los ojos y sus labios, iba a negar y a defenderse ante la pregunta del humano, pero Jongin fue más rápido.

- ¡Eso es! -Exclamó Jongin con una sonrisa- . Eres muy inteligente, ¡me gusta este chico! Somos demonios, somos egoístas, ¿qué esperabas que hiciéramos? ¿Querías que te protegieramos sin ganar nada a cambio?

- ¡Jongin! -Dijo Kyungsoo en voz alta, caminó hasta el moreno y le golpeó suavemente el hombro, mostrando su frustración- . ¡No se habla así con las personas!

- ¡Pero es verdad! -susurró Jongin, intentando entender por qué había sufrido una agresión repentina del menor.

- ¡Pero no le hables así! -murmuró Kyungsoo entre dientes.

A pesar de tener un cuerpo de adulto, Jongin podía ser muy infantil cuando quería.

- Me quedo -dijo Sehun de repente, asustando a los dos demonios, que habían olvidado su presencia en la habitación-.  No tengo nada que perder, ¿no? Mejor eso que quedarme en el Anteinfierno, solo y sin ver nada por las tinieblas… Y me parece que si no me quedo con vosotros podré acabar en algún lugar peor en el infierno. Realmente no estoy dispuesto a sufrir toda la eternidad…

- Y ser Grimorio te asegura sexo gratuito -dijo Jongin con una media sonrisa y recibió otro golpe del menor.

Aquel día, Kyungsoo ganó un nuevo protegido en el infierno. Tenía un niño más para tener en cuenta e intentar protegerlo de las manos malignas de otros demonios (principalmente de Baekhyun.)

○●○●○●○●○

Baekhyun no fue un problema. El demonio parecía diferente, más recatado y quieto. Kyungsoo se preguntó si su «amigo» estaría enfermo, pero eso era imposible, ya que los demonios nunca enfermaban, no formaba parte de la naturaleza de las criaturas del submundo.

Sehun se convirtió en demonio mucho antes que Jongin y eso causó algunas peleas infantiles entre los dos, y el menor de los tres siempre los separaba en las discusiones. Kyungsoo, Jongin y Sehun tenían una relación muy buena y parecían una pequeña familia, si no fuese por el hecho de que compartieron la misma cama algunas (muchas) veces durante mucho tiempo.

Después de todo, eran demonios pertenecientes al Círculo Infernal regido por el pecado de la lujuria.

Jongin siempre intentaba mantener el control  durante el sexo que mantenía con los otros dos, haciendo que Sehun quedase entre sus brazos y no tocase demasiado a Kyungsoo, lo que irritaba al menor. Después de todo, Kyungsoo también quería sentir placer.

Nunca habían discutido el asunto, pues siempre que Kyungsoo comenzaba la conversación, Jongin lo intentaba distraer de repente, normalmente le daba algunos besos suaves en el cuello,  mordía puntos estratégicos, obligándolo a olvidar lo que quería decirle.

Los tres llevaron ese tipo de rutina en el Infierno hasta que Kyungsoo fue a pedirle a Minos, su jefe y juez del Infierno, que Sehun ocupase su lugar como demonio de pactos. Kyungsoo le explicó que el mismo se había cansado de eso y que Sehun era bastante competente. El demonio de piel blanca prácticamente le imploró para que lo rebajase a Baal, y así poder estar al lado de Jongin.

Minos le dijo que parase de suplicar, pues no estaba en el Cielo y pedir algo de rodillas era un gesto ridículo que ni siquiera Dios exigiría. Pero, increíblemente, a pesar de los inconvenientes, Minos aceptó su petición.

Kyungsoo, de ese día en adelante, había sido degradado en la escala de los demonios. Su deseo se había hecho realidad y ahora se encontraba en la misma posición que Jongin, sería un demonio Baal -guardián de la entrada de la Torre de los Vientos del Segundo Círculo del Infierno.

Y Sehun sería un Grimorio. Un demonio de pactos.

○●○●○●○●○

- Su nombre es Luhan -murmuró Sehun de repente, y los dos guardianes le miraron confusos- . La última persona con la que he hecho un pacto.

Los tres demonios estaban frente a la Torre de los Vientos y Sehun había estado callado mientras Kyungsoo contaba las últimas novedades que conocía de los otros Círculos Infernales. Sehun permaneció demasiado pensativo hasta que decidió abrir la boca para hablar del humano con el que había hecho un pacto poco tiempo antes.

- Ah, ¿ya estás hablando del niño otra vez? -preguntó Jongin, desinteresado- . Todavía no me creo que maldijera al jefe por mandarte hacer un pacto con un niño. Por el amor, Sehun, ¿hiciste el pacto cuando él tenía qué? ¿Ocho años?

Sehun afiló la mirada, irritado.

- ¡Pero es diferente! Deberías de haberlo visto… Era tan frágil, fue casi inhumano lo que hice, estafar así al pobre, haciéndole creer que era mejor hacer un pacto que vivir prisionero en una cama…

Los dos demonios Baal se miraron y suspiraron.

- No somos humanos, Sehun… Es normal que hagamos cosas consideradas hum…inhumanas -murmuró Kyungsoo, sin saber si lo que dijo ayudaría a calmar al chico más joven de los tres.

Lo que pasó fue que Sehun había sido mandado a la Tierra, en una de sus primeras misiones, y volvió atónito. Estaba perturbado porque le habían obligado firmar un  pacto con un niño tan inocente como aquel pequeño ser humano, fue lo que dijo. Hacía poco tiempo que el demonio de facciones rudas había vuelto de la Tierra y todo lo que conseguía hablar estaba relacionado con el niño que ahora todos conocían, y que se llamaba Luhan.

- Aún así no es cierto -dijo Sehun, mientras recordaba con claridad los ojos de Luhan- . Voy a invitarlo a unirse a mí en el Infierno cuando vaya a buscarlo. ¿Me ayudaréis a ir a la Tierra a echarle un ojo de vez en cuando? -el demonio de expresión seria se rascó la nuca, nervioso- . So… solo para comprobar que nada lo mató, tenéis que ver el caos que es la Tierra en ese siglo… XXI, ¿no? ¡Tengo esa corazonada!

Jongin y Kyungsoo se miraron y una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del moreno.

- No conozco a ese Luhan… - comenzó a decir Jongin y se ensanchó la sonrisa en sus labios- . Pero estás hablando tanto de él que pareces una niña emocionada. ¡Kyungsoo, apuesto cualquier cosa a que Luhan se va a follar a Sehun si alguna vez tienen relaciones!

Sehun abrió los ojos y los labios, sorprendido. Kyungsoo suspiró, pues (una vez más) sus protegidos se molestaban.

- ¡Qué te jodan, Kai! Está claro que voy a ser yo…

- Luhan... Lu...- murmuró Jongin con una voz más suave que la de él, entre gemidos forzados, una imitación de lo que sería un imaginario y dominado Sehun durante el sexo.

- ¡Cierra el pico! -gritó Sehun muy alto, levantó su puño y Kyungsoo se dio cuenta de que era mejor intervenir.

- Os recordaré que los dos ya fuisteis pasivos conmigo, más de una vez.
Los dos demonios más altos dejaron de enfrentarse y giraron las cabezas rápidamente, mirando a Kyungsoo. El demonio de pelo negro y corto sonrió de medio lado.

- ¿Qué? -Dijo el menor, e intentó parecer inocente- . Sólo quería que dejarais de discutir, y ha funcionado, ¿no? Sólo lo comentaba.

Sehun pensó en continuar la discusión, pero sabía que iba a perder de una manera u otra. Al final, Kai conseguía ser muy molesto cuando quería.

- Ni siquiera me mires así -murmuró Jongin cuando Sehun dijo en voz alta algo sobre su carácter molesto- . Todo es culpa del tiempo que pasé cerca de Baekhyun.

Kyungsoo puso en blanco los ojos, se dio cuenta de que otra discusión estaba a punto de comenzar, pero Baekhyun surgió de la nada y les dio un golpe fuerte en la cabeza a Sehun y Jongin.

- La próxima vez que oiga a alguien decir mi nombre en vano, morirá -dijo el demonio de pelo castaño con una mezcla de seriedad y broma, haciendo que Kyungsoo riera.

Baekhyun parecía que había vuelto a su normalidad, por increíble que pareciera, Kyungsoo estaba aliviado.

- Kyungsoo, sabes que odio a todos y cada uno de los demonios Baal, pero puedo hacer una excepción, ¿no? -dijo Baekhyun con una media sonrisa, bromeando.

- ¡Apártate, Baekhyun! -exclamó Jongin, y se colocó en frente al más bajo de todos-  ¡Vete a buscar a otro y deja a Kyungsoo en paz!

Una sombra de tristeza pasó por el rostro del demonio de pelo castaño, que pasó desapercibido por los demás. Baekhyun sonrió levemente algo forzado y entró en la Torre de los Vientos, sin decir nada más.

Kyungsoo tragó saliva, y se preguntó que le sucedía a su amigo.

- ¿Dije algo malo? -preguntó Jongin inocentemente, y los otros dos demonios pusieron los ojos en blanco.

○●○●○●○●○
Después de que Sehun volviese a la Tierra y hablase de Luhan, Jongin parecía más malhumorado de lo normal.

Los dos demonios Baal estaban en la habitación que compartían en la Torre de los Vientos y mientras Jongin estaba acostado en la cama, irritado al parecer, Kyungsoo estaba en el armario y sacó dos capas para que las usasen, ya que tenía que salir para una reunión importante.

Sehun no compartía la habitación con ellos desde que se se había convertido en demonio Grimorio. Pudo conseguir un cuarto propio en otro nivel de la Torre, y eso entristeció a Jongin por lo que entendió Kyungsoo, pero estaba totalmente equivocado.

- ¡Vamos, Jongin! ¡Sehun debe de estar esperándonos ya en la reunión! -dijo Kyungsoo con un mohín en los labios, y tiró la capa encima del más alto, que estaba todavía acostado-  ¿Quieres ser uno de los últimos en llegar? Sabes que los otros demonios no ven con buenos ojos a los Baal…

Jongin se sentó en la cama y se frotó la nuca, como si estuviese pensando en algo.

- ¿Luhan será el humano de Sehun? -preguntó el más alto en un murmullo, esto hizo que Kyungsoo le mirase confuso.

- ¿Por qué… dices eso? -el más bajo sujetó la capa en las manos y apretó el tejido suavemente entre los dedos.

- Porque si Luhan fuese su humano… -comenzó Jongin, torció suavemente sus labios, como si estuviese pensando qué decir- . Sehun dejaría de necesitarnos.

Kyungsoo levantó una ceja, no entendía lo que estaba diciendo el más alto.

- ¿Para protegerlo, quieres decir?

- ¡No, Kyungsoo! ¡Para follar! -dijo Jongin, algo nervioso-. Aunque si Luhan no se convierte en el humano de Sehun, podemos mandarlo a aliviar a algunos Incubus que viven por aquí, hay a montones.

Incubus es el nombre que se les da a los demonios masculinos, que se alimentan de la energía emanada por los humanos durante el acto sexual. Esa categoría de demonio solo se encuentra en el Valle de los Vientos, en el Segundo Círculo Infernal, el de la lujuria.

Pero Kyungsoo no podía creer lo que escuchó salir de los labios del más alto.

- ¿Por qué estás diciendo eso ahora? Pensé que tú… -Kyungsoo fue interrumpido por un Jongin serio, más serio de lo que lo había visto jamás.

- No me gusta que te toque -admitió Jongin, se levantó de la cama y dejó la capa sobre la mesa.

Kyungsoo dio un paso hacia atrás y sonrió juguetón.

- No te gusta que me toque, pero te encanta tocar todas las partes de su cuerpo, ¿me equivoco? -Habló el más bajo, cínico, lo que hizo que sintiera una sensación extraña dentro de él, algo que jamás había sentido.

- Es diferente -continuó Jongin serio mientras se acercaba cada vez más al otro.

Los cuerpos estaban a centímetros de distancia, separados solo por la capa en frente a Kyungsoo, que sujetaba con fuerza entre las manos.

- ¿Por qué es diferente? -murmuró el menor, manteniendo el mentón alzado, mirando fijamente los ojos castaños del más alto.

- Porque tú eres mío -susurró Jongin, acercó sus dedos hasta la capa que impedía que se acercase más a Kyungsoo, agarró el tejido, tiró con fuerza y este cayó lejos de los dos.

Jongin colocó las dos manos en la superficie del armario que estaba detrás de Kyungsoo, pegó su cuerpo al de este y abrió sus labios para besar el cuello del menor.

Pero Kyungsoo se echó a reír y el mayor se asustó y se separó unos centímetros, mirándolo fijamente.

- ¿Por qué te ríes?

- Porque no soy tuyo -murmuró Kyungsoo mientras dejaba de reír- . Tú eres mío. Tu alma es mía desde que me la vendiste, ¿recuerdas?

Jongin sonrió suavemente, deslizó los dedos por la superficie del armario, descendió hasta la altura de la cadera de Kyungsoo y lo capturó con las manos.

- Pero fui yo quien decidió venir hasta aquí, y quedarme contigo. Y es mi nombre el que murmuras todas las noches mientras te toco o cuando descansas, encerrado en el mundo de los sueños. Y soy yo quien va a hacerte gemir ahora, Kyungsoo… Vas a suplicarme y vas a admitir que eres mío en poco tiempo.

- No soy tuyo, Jongin. No pertenezco a nadie -dijo Kyungsoo, intentando parecer serio, pero las manos del más alto le apretaban la cadera y le nublaban la mente.

Jongin ejercía este tipo de poder en Kyungsoo. Hacía que se olvidara de las cosas con un simple roce, un simple beso. Desde que se encontraron la primera vez, cuando Jongin todavía era un humano (un niño), él ya hacía que Kyungsoo se sintiera así… Provocaba que se olvidara de las cosas que realmente importaban con  solo una mirada.

Kyungsoo solía ser un demonio inquebrantable…

Pero el suelo se abrió con solo una sonrisa de Jongin. E incluso después de siglos juntos, el efecto que el mayor causaba en él seguía siendo el mismo.

- Vas a cambiar de idea después, te lo prometo -murmuró Jongin, con una sonrisa maliciosa, acercándose lentamente antes de atrapar la piel con los dientes, lo que provocó que el menor tuviera escalofríos.

Kyungsoo soltó el aire por la nariz, sonrió con desprecio y Jongin mordió más fuerte su cuello, lo que lo obligó a gemir más bajo, de dolor.

- ¿Qué te apuestas? -preguntó Jongin con confianza y Kyungsoo no pudo evitar sonreír.

○●○●○●○●○

Jongin sabía lo que a Kyungsoo le gustaba, sabía cómo excitarle, extasiarlo o hasta como dejarlo nervioso. Lo que estaba haciendo en ese momento, dejó al menor nervioso con los roces, con los susurros maliciosos y sus besos prolongados.

Aunque tenían una reunión importante con todos los demás demonios del Segundo Círculo, era realmente difícil para el demonio más viejo concentrarse en sus responsabilidades cuando Jongin atacaba su piel con fuerza, chupando de manera urgente, mordiéndolo en todos los puntos sensibles.

No tardó demasiado en conseguir que el menor se quedase sin ropa, apresándolo contra las paredes de la habitación y el cuerpo desnudo del más alto, que mordió y pasó su lengua por toda la extensión de su mandíbula y cuello.

Kyungsoo intentó no gemir para que Jongin no se diese cuenta de que estaba ganando la «apuesta», pero era realmente difícil con las intimidades rozándose de un modo lento en el bajo vientre de ambos.

- Jongin… -dijo Kyungsoo bajo, hundió las uñas en la cadera de este e intentó controlar los escalofríos que sentía por todo el cuerpo- . Vamos a parar  a…

El menor no consiguió terminar la frase antes de que el más alto tocase sus labios con los pulgares, sintió el tacto blando de aquellos labios carnosos que tanto apreciaba. Las miradas estaban fijas una en la otra y Jongin amenazó con aproximarse para besarle, pero luego se alejó unos centímetros, lo que provocó al menor, dejándolo tentado.

Dejando a Kyungsoo loco.

- Creo que estoy loco por ti -murmuró Kyungsoo e intentó acercarse a Jongin para besarlo, pero fue atrapado contra la pared una vez más- . ¡Déjame besarte, Jongin!

- ¿Loco por mí? ¿Desde cuándo? -preguntó el mayor de manera provocativa, todavía agarrando el rostro de Kyungsoo contra sus manos.

- Desde siempre -respondió el menor, y se acordó de la noche en la que conoció a Jongin en el orfanato-. Desde que te conocí… Y me odio por eso, los demonios no están hechos para ese tipo de emociones.

Jongin entreabrió la boca y sacó la lengua hacia afuera, la pasó despacio por los labios del menor, pero sin besarlo. Kyungsoo intentó profundizar más el roce, pero (una vez más) el más alto se alejó.

- Fuiste humano, entonces tienes derecho a amar -murmuró y gimió bajo, sintió las manos pequeñas del menor arañar la piel de su espalda-  ¿Pero solo tienes derecho a amarme, verdad?

- Estas muy convencido, Jongin -murmuró Kyungsoo como respuesta. Abrió la boca y gimió bajo, esperando el beso que tanto ansiaba.

El mayor sonrió suavemente antes de atender la petición silenciosa del menor.

Aunque los besos siempre son iguales, sistemáticamente hablando, cada uno tenía un gusto diferente para los dos demonios. Cada beso era único, era especial.

Las lenguas se acariciaron lentamente, disfrutaron los sabores del otro, que se mezclaban con sus salivas. Los estallidos ya eran altos y provocadores y el beso tenía un gusto nuevo, algo que Jongin ya había entregado a Kyungsoo, pero jamás había sido recíproco.

Algo parecido a amor.

No un amor melancólico o complejo. Era algo simple y dulce, pero que hacía parecer el beso diferente a todos los que ya se habían experimentado. Kyungsoo dejó, por primera vez, que sus emociones hablasen alto. No era solo sexo, Jongin era más que un protegido.

Jongin era de él.

Y, si dependiese de Jongin, Kyungsoo admitiría que le pertenecía al final de aquello.

El labio inferior del menor fue mordido con fuerza y este gimió alto, mantuvo los ojos entreabiertos, miró a Jongin sonreír de medio lado antes de pasarse la lengua por la zona de la mordedura, como pidiéndole disculpas en silencio.

Jongin se arrodilló delante del menor y separó las piernas. Kyungsoo soltó un suspiro y apartó las hebras del pelo que caían sobre los ojos de Jongin, mientras el mismo acercó los dedos a la intimidad que estaba delante de él.

Ya habían hecho eso más veces de las que podían contar, pero la sensación de Jongin tocándole, masajeándole, mientras le sonreía maliciosamente era siempre un placer inigualable. Kyungsoo había tenido sexo con más personas y demonios de los que se acordaba, pero con Jongin era diferente, era especial.

- Suplica -murmuró Jongin con la boca a pocos centímetros del miembro del menor.

- Ni lo pienses -respondió Kyungsoo y acarició el pelo negro del demonio arrodillado.

- Si no vas a pedir esto ahora, implorarás algo peor después -Jongin levantó una ceja, mientras esperaba la respuesta, pero al ver que el menor no iba a obedecerle se encogió de hombros, sacó la lengua hacia afuera y lamió lentamente la longitud del miembro erecto de Kyungsoo.

El menor se mordió el labio inferior y contuvo un gemido, sintió las piernas flaquear. Jongin rodeaba el glande rosáceo con la húmeda lengua, mientras su mano subía y bajaba por el miembro de Kyungsoo, masturbándolo lentamente.

Kyungsoo quería implorarle a Jongin que parase aquella tortura y lo comiese de una vez, pero estaba controlando ese impulso con todas sus fuerzas, pues no quería darle ese placer al más joven. El demonio decidió apretar los dedos contra  las hebras del mayor y empujarlo con fuerza, obligándole a gemir de dolor, dándole espacio para que Kyungsoo se introdujese en su cavidad bucal.

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