[EXO/Baeksoo] Hund

Mar 30, 2014 22:30

Autor: joker_coker
Palabras: 4.067
Rating: PG +18
Resumen: Baekhyun  y Kyungsoo tienen una relación especial, pero solamente pueden verse tras las puertas de Delirium, el local dónde Kyungsoo trabaja.
ATENCIÓ: Este fic está escrito para la quinta edición de exo_12eyes
Comentario:  Este fic es una side  de Delirium, un serial Sekailu que escribí hace poco. Gracias a todas las personas que me han ayudado  y animado a escribirlo. Y espero que a todo el mundo les guste. Se lo dedico a ontokkishi , sarang_unnie y haru_inparadise, que siempre me aguantan chillando por el Baeksoo xD




La mañana se había levantado despejada, era un tiempo perfecto para salir a correr. Baekhyun no era muy dado al ejercicio pero hacía poco había decidido ponerse en forma. El joven de cabello castaño se levantó, desayunó y ordenó de manera sutil su habitación tal cual le caracterizaba. Cogió del montón de ropa usada que estaba encima de la silla de su escritorio el chándal y fue al baño para prepararse. Se quitó el pijama, se revolvió el pelo y hundió la cara en el agua helada que había llenado en el lavabo antes de desnudarse.

A Baekhyun le costaba despertarse, por ello siempre sumergía la cabeza bajo el agua para que el choque de frío le trajese a la realidad. Levantó la cara y agitó la cabeza como un perro hacia los lados, dejando que las gotas de su flequillo volasen por toda la habitación, se vistió y respiró hondo.

-Vamos allá Baekie -se animó frente al espejo- ¡A por todas!

Salió de la casa trotando, quería doblar el recorrido que había hecho la semana pasada, esta vez sería 10 kilómetros, no podía bajar el ritmo. Pasó por su barrio tranquilamente y llegó al parque de la ciudad, donde todo el mundo se reunía para correr, montar en bici, y realizar diversas actividades deportivas. Baekhyun decidió que ese día se uniría a ellos, porque siempre es más fácil hacer ejercicio en compañía. A lo lejos pudo divisar a Luhan, que corría tranquilo con los auriculares puestos. Cuando consiguió alcanzarle le dio un suave golpecito en el hombro para llamar su atención. Luhan se giró sorprendido y le devolvió la sonrisa, se quitó el auricular de la oreja izquierda y le saludó.

-Has madrugado, ¿no? -bromeó el chino.

-He conseguido habituarme a las ocho de la mañana.

-Te veo genial, hacía bastante que no nos encontrábamos -Luhan giró en una curva y saludó a un par de chicas que le llamaban a lo lejos-. Me alegra ver que sigues adelante con lo del deporte, ¿cómo lo llevas?

-Bueno -rió nervioso Baekhyun-. Es más duro de lo que pensaba pero los esfuerzos luego se ven recompensados.

Luhan asintió y sonrió antes de cambiar de dirección de manera repentina lo que obligó a Baekhyun a frenar y girar torpemente para alcanzarle.

-La recompensa siempre es lo más delicioso.

-No podría estar más de acuerdo -rió Baekhyun, tan solo él sabía que su recompensa tenía nombre, Kyungsoo.

Después de unas cuantas carreras con su amigo y de sentir que las piernas ya le fallaban por obligarse a seguir el ritmo de Luhan, Baekhyun se despidió de él y volvió a casa caminando. Era martes, y como todos los martes vería a Kyungsoo. Entró en la casa canturreando, dejó a un lado la chaqueta del chándal y subió a ducharse silbando una canción bastante animado.

La ducha fue una agradable caricia después de todo el ejercicio de la mañana. A Baekhyun le encantaba llenar la bañera con agua y espuma y estirarse en ella relajado. A veces incluso jugueteaba con los patitos de goma que le había regalado la novia a Chanyeol. Cuando salió del baño escuchó que su compañero ya estaba en casa, bajó las escaleras dando saltitos y entró en la cocina. Chanyeol se había mudado hacía unos meses, cuando los padres de Baekhyun tuvieron que irse a otro país para trabajar, él se había negado a ir y por eso Chanyeol se había ofrecido voluntario con una de sus frases ingeniosas, «Sacrificaré mi alma por el bienestar de un amigo»

Baekhyun y Chanyeol siempre habían sido amigos, pero cuando el más alto consiguió pareja el mayor quedó en un segundo plano. Las salidas rutinarias de los dos muchachos se habían convertido en encuentros ocasionales en la casa y esporádicamente algún que otro día en un bar, cine o local de la ciudad. Baekhyun se había sentido solo hasta que una noche había conocido a Kyungsoo.

Cuando entró en la cocina, Chanyeol estaba cocinando, mientras canturreaba, o al menos lo intentaba, la canción que sonaba por la radio.

-Huele genial.

-¿Verdad? Es una nueva receta especial -sonrió y le miró orgulloso antes de volver a la olla-. Hoy viene a comer Sulli y quiero dejarla boquiabierta.

-Lo harás -Baekhyun se acercó a la nevera y cogió una lata de refresco, se sentó en la mesa para hacer compañía a Chanyeol-. Acuérdate de que esta noche no estaré, tenéis la casa para los dos -bromeó-. Pero recuerda, nada de hacerlo en mi cama, ¿eh?

-Vaya -Chanyeol bajó la cabeza fingiendo decepción-. Era el sitio que habíamos planeado para esta noche.

Los dos chicos estallaron en carcajadas y la radio quedó silenciada por bromas y chistes verdes de los dos. Baekhyun decidió ayudar a Chanyeol con el gran banquete que le preparó a su novia, cortó algunas de las verduras y puso la mesa, también fregó los platos mientras Chanyeol terminaba de vestirse.

La velada de tres pasó rápido, fue entretenida, Sulli les había hablado de los planes de estudio que tenía y juntos habían hablado de viajes y sueños que siempre habían tenido. Baekhyun les había contado su sueño, desde muy pequeño quería ser veterinario, amaba los animales, cuidarles y curarles le parecía algo emocionante y genial. A Sulli le había parecido adorable la confesión de Baekhyun y Chanyeol se mostró algo celoso al respecto, intentó arreglarlo con algunas historietas de cuando él era un niño y rápidamente Baekhyun le ayudó, no quería que su amigo se sintiese mal por una tontería como era su sueño frustrado.

El más bajo de los dos chicos había perdido la oportunidad de convertirse en veterinario debido a sus bajas notas, en vez de eso trabajaba en una cadena de restaurantes de comida rápida, sirviendo hamburguesas y patatas fritas. Por suerte, el jefe se había apiadado de él y había aceptado la oferta de que todos los viernes a la noche Baekhyun pudiese librar, aunque él no supiese la verdadera razón por la que Baekhyun quería esa noche libre.

La tarde pasó entretenida, Sulli, Chanyeol y él decidieron que sería mejor quedarse en casa y ver una película. Todos estuvieron de acuerdo en que lo mejor sería una comedia así que las risas estuvieron aseguradas durante toda la velada.

Cuando el reloj de la cocina marcó las ocho Baekhyun se despidió de los chicos y subió al piso de arriba a arreglarse para su salida nocturna.

Escogió los mejores vaqueros y una sudadera que había comprado la semanada pasada, bajo la sudadera se puso una camiseta blanca, algo sencilla, pero que le marcaba la figura. Los vaqueros que había escogido también eran algo ceñidos, no porque le gustasen así, sino porque sus caderas eran demasiado anchas y la mayoría de los pantalones le hacían ese efecto. Se peinó con cuidado, alisó su flequillo y cogió de uno de los cajones de su escritorio el estuche con su eyeliner. Con mucha precisión se dibujó dos perfectas líneas por encima y debajo de los ojos que profundizó todavía más su mirada. Baekhyun cogió el teléfono móvil, lo desenchufó de la corriente y rápidamente tecleó el código para desbloquearlo. Sin prestarle atención ninguna a las notificaciones viajó hasta una sala de chat conjunta y entró para dejar su mensaje.

Delirum´s chat room:

Eos: Atlas voy de camino, espérame ~ ヾ(*´∀`*)ノ

Atlas: No creo que me vaya a ningún lado.

Eos: Lo sé, porque sólo puedes estar with me e.e

Atlas: …

Baekhyun sonrió y guardó el teléfono en el bolsillo de su sudadera, agarró la cartera y salió despidiéndose de sus dos amigos. Todavía le quedaba un buen recorrido hasta el local, caminó lo más rápido que pudo hasta el metro, compró el billete y esperó en una de las esquinas hasta que llegó. Por suerte encontró un asiento en uno de los vagones, se sentó y se mordió el labio impaciente. En ese momento deseó que el metro fuese más rápido de lo que ya era.

Cuando el megáfono anunció su parada, el joven se levantó y salió de la estación rápidamente, mezclándose con los pocos pasajeros que también abandonaban el lugar. El olor fuerte de la calle le golpeó, tosió para intentar sacarse aquel amargo sabor de la boca, y caminó sin detenerse demasiado. Sabía que aquel lugar no era el más seguro del mundo, pero Kyungsoo trabajaba allí y tenía que verle, era la única manera de estar con él.

Cuando llegó al final de la calle, el edificio blanco con unas letras demasiado sofisticadas que llamaban la atención bajo toda la vulgaridad de los locales cercanos le estaba esperando, las letras de Delirium brillaban en la cima como una estrella. Baekhyun entró ansioso, el corazón le latía fuertemente en el pecho y le picaban las manos de lo nervioso que estaba. Siempre que se acercaba el momento de volver a encontrarse con Kyungsoo su estómago se encogía y se sentía muy pequeñito. Pero le gustaba esa sensación.

Tao, un joven extravagante con un carácter un tanto extraño que trabajaba en el local le saludó como acostumbraba.

-Buenas noches Baekhyun -le miró de manera dulce tras el mostrador- Kyungsoo te está esperando.

-Imaginaba -sonrió mientras le entregaba a Tao sus objetos personales- ¿En la habitación de siempre?

-Así es, sabes que Kyungsoo es de costumbres.

Baekhyun rió ante el comentario acertado de Tao y se despidió de él caminando por el pasillo hasta la puerta blanca del final a la derecha. No era una habitación VIP, ni una suite, pero aquel cuarto para Baekhyun era el mejor de todo Delirium. Abrió la puerta despacio y entró sin dudarlo, deseoso de que la mirada analizadora de Kyungsoo cayese sobre él.

El cuarto estaba iluminado con una luz rojiza perfecta para el ambiente, al fondo de todo sentado al borde de la cama estaba Kyungsoo, iba vestido tan sólo con el albornoz, con la D de Delirium dibujada en el pecho y sujetaba una bolsa entre las manos. Baekhyun se acercó y se sentó a su lado, sonrió y estiró un brazo acariciándole una de las manos. Kyungsoo se giró y le miró seriamente, clavándole esa mirada poderosa como si supiese que de esa manera Baekhyun se rendía a su merced.

El menor alzó la bolsa y se la ofreció a Baekhyun, quien suspiró y se sentó en la cama.

-Cámbiate -le ordenó casi sin pronunciar las palabras.

Baekhyun dudó unos segundos si hacerle caso, agarró la bolsa y la abrió para descubrir lo que había en su interior. Dentro había unas orejitas de perrito, puntiagudas y peludas que terminaban en unas pinzas para poder sujetarlas perfectamente a cualquier pelo sin que pareciesen de mentira. Además de las orejas había un collar que como pudo comprobar tenía una pequeña placa con su nombre, Eos. También había un dildo pequeño, que terminaba en una cola peluda de color marrón, el mismo color de las orejas. Baekhyun levantó la vista de la bolsa para decir algo pero no pudo, la mirada seria y firme de Kyungsoo en medio de la habitación lo dejó sin palabras. Pensar en qué podía pasar después de cambiarse le llenaba de curiosidad, una curiosidad tremendamente agradable a su parecer.

Se levantó rápidamente de la cama, se acercó al armario y comenzó a quitarse la ropa. Kyungsoo le siguió con la mirada, con su expresión seria, inexpresiva, el rostro que siempre llenaba de preguntas a Baekhyun, Pero que de una manera inexplicable le encantaba. El castaño respiró hondo cuando Kyungsoo se acercó a él y le agarró las manos.

-Mejor deja que lo haga yo -susurró y sujetó los brazos de Baekhyun alzándolos hasta dejárselos en cruz.

Baekhyun cerró los ojos y asintió, el simple contacto de las manos del menor creaba en él una pequeña corriente eléctrica que lo encendía, y cuando aquello sucedía necesitaba más y más.

Kyungsoo rozó todo su cuerpo, con mucho cuidado le acarició el pelo colocándole las orejas en el lugar correcto, le besó suave por el cuello y deslizó las manos por sus costados, cogió de la bolsa el dildo con cola y le miró una vez más, Baekhyun sentía como sus piernas perdían la fuerza anterior.

-Date la vuelta.

Baekhyun no lo dudó y se giró al momento, sintió como Kyungsoo le pasaba el pequeño aparato por la espalda y rozaba sus muslos. Lo golpeó suavemente para indicarle que separase las piernas, Baekhyun hizo todo lo que Kyungsoo le ordenaba y se preparó para sentir un dolor intenso por culpa de la intrusión del aparato por su recto pero no fue así. Kyungsoo se había alejado, el castaño no podía mirar qué era lo que iba a hacer porque estaba de espaldas a él, lo que provocaba que se sintiera más nervioso todavía.

Baekhyun no pudo reprimir un suspiro cuando sintió el frío acariciar su entrada. Kyungsoo derramó en su entrada una gran cantidad de lubricante, lo extendió y acarició la zona con un par de dedos, que fue introduciendo suavemente, despacio, con la calma que lo caracterizaba. El cuerpo de Baekhyun aceptó los dedos de su compañero fácilmente, el mayor luchaba por contenerse y no mover su cuerpo para sentir más profunda la intrusión de las falanges.

Baekhyun gimió suavemente y jadeó cuando los dedos de Kyungsoo fueron sustituidos por el dildo que se introdujo con una facilidad increíble.

-Como siempre Eros, no me decepciona -susurró Kyungsoo antes de pegar su cuerpo al de Baekhyun-. Ahora sólo falta el toque final.

Kyungsoo volvió una vez más a la bolsa y sacó el collar de ella, se acercó a Baekhyun y se lo colocó con cuidado, lamió sus labios y éste los abrió como respuesta. Las lenguas de los dos jóvenes se encontraron, la húmeda de Kyungsoo sacó a bailar a la de Baekhyun y ambas comenzaron una danza retorcida llena de sensaciones increíbles.

-Ahora estás listo Eos -respondió Kyungsoo-. Vamos, ven a satisfacer a tu amo.

Kyungsoo se alejó despacio de Baekhyun pero antes de que éste diese un paso volvió a hablar. Esta vez con una sonrisa burlona en los labios.

-A cuatro patas como el puto perro salido que eres.

Baekhyun se arrodilló y colocó las palmas de las manos en el suelo, respiró hondo y agachó la cabeza, avergonzado. El dildo que hacía de cola se clavaba cada vez que se movía, le costaba seguir un ritmo sin que de sus labios saliese algún sonido orgásmico. Kyungsoo se alejó, cogió una pequeña correa de la estantería y se sentó en la cama esperando a que Baekhyun se acercase. Eos caminó despacio hacia su amo, que lo esperaba mirándole fijamente, como a él le gustaba. Su cuerpo estaba ardiendo, y la cola no ayudaba porque en cada movimiento rozaba contra su zona sensible, cuando llegó a los pies de Atlas su miembro palpitaba como nunca y su respiración acelerada se convirtió en la melodía de la habitación.

Kyungsoo se inclinó y agarró a Baekhyun por el collar colocándole una pequeña correa de cuero a juego. El castaño respiró hondo y tragó saliva.

-Atlas… por favor -suplicó para obtener como respuesta una cachetada en su nalga desnuda que provocó que la cola vibrase en su interior.

Baekhyun no pudo reprimir un gemido lastimero, sabía que a Kyungsoo no le gustaba verlo sufrir, así que se mordió los labios y decidió continuar con el juego de Atlas, si se portaba bien recibiría su premio. Kyungsoo tiró de la correa y obligó a Baekhyun a trepar por su cuerpo, lo empujó suavemente para que Eos quedase encima de su cadera, lo que provocó que la cola se clavase finalmente en su interior por completo y Baekhyun no pudiese evitar gemir.

-Vaya vaya -murmuró Atlas mientras acariciaba toda la longitud de Eos-. Parece que sólo el paseo ha divertido demasiado a mi perro faldero.

Baekhyun reprimió un gemido cuando Kyungsoo apretó con fuerza su extensión y se abrazó a él lloriqueando como un cachorrito. Sin apenas darse cuenta las caderas de Eos comenzaron a moverse, logrando que su miembro chocase con la mano de Atlas que le regalaba caricias esporádicas.

-Está tan cachondo, dilo, dime lo cachondo que está -dijo Kyungsoo antes de comenzar a masturbarle de una manera suave, lenta y torturadora.

-Ah… sí, estoy muy caliente, tu perrito está caliente.

Las mejillas de Baekhyun ardían como nunca, se sentía avergonzado pero a la vez algo en su interior le impulsaba a moverse más, a jadear sobre las caderas de Kyungsoo. No pudo reprimir un gemido, más alto que el resto, cuando Kyungsoo juntó los dos miembros y comenzó a masturbarlos a la vez. Rozó las extremidades, bajó las pieles de sus longitudes y acarició con la palma los dos glandes, algo que nunca antes había sentido Eos. La sensación de estar tan cercano al miembro y la mano de Atlas provocó que Baekhyun se tensara un poco más, mientras que el dildo chocaba con su interior reclamando que el joven castaño se derramara.

Kyungsoo entonces cesó en su masturbación conjunta y sujetó a Baekhyun por las caderas para evitar que se moviera. Le besó nuevamente, posesivo, goloso, ansioso por saborearle completamente, Baekhyun siguió los lametones y mordiscos que Kyungsoo le regalaba, porque en cada beso el joven que se hacía llamar Eos le entregaba un poco más de él.

-Es hora de comer -le ordenó Kyungsoo después de agarrarle el rostro con sumo cuidado e inclinarse sobre la cama.

Baekhyun comenzó a lamer el cuerpo de Kyungsoo, despacio, lo besó, se paró a atender zonas que sabía que a Kyungsoo lo volvían realmente loco, deslizó su lengua por el pecho, se paró y lamió uno de los pezones, lo mordisqueó y Atlas gimió indicándole que estaba haciendo un buen trabajo. Cuando se dispuso a darle la misma atención al otro pezón, Kyungsoo agarró la cola de Baekhyun y comenzó a dar tirones suaves, sacando despacio el dildo de su interior. Baekhyun lloriqueó como un cachorrito, quería que siguiera dentro, quería sentir como ese objeto duro y frío le golpeaba una y otra vez su zona volviéndole loco.

Kyungsoo se detuvo cuando Eos apretó entre sus dientes su pezón ya erecto y lo chupó dejándolo todavía más oscuro, el menor levantó una de las piernas y rozó con el muslo la entrepierna completamente dura e hinchada de Baekhyun. Eos comenzó a frotarse contra ella cuando deslizó su lengua por el abdomen de Kyungsoo y agarró voraz el miembro de éste entre sus labios. Las caderas de Kyungsoo no tardaron ni un sólo segundo en comenzar a moverse provocando que la erección chocase contra la garganta de Baekhyun, que tragaba con una maestría increíble. Eos gimió de forma torpe cuando Kyungsoo lo agarró del pelo y tiró suavemente de su rostro hacia arriba para que su miembro pudiese sentir al completo los músculos de su garganta contraerse. Baekhyun continuó frotándose, apretando su polla contra la pierna de Kyungsoo, sintiendo como el aparato le regalaba pequeñas corrientes de pasión cada vez que golpeaba su fondo de placer.

-Detente Eos -ordenó Atlas.

-Pero… -lloriqueó lastimero Baekhyun sumido ya en un éxtasis de placer incontrolable para cualquiera- Yo quiero continuar….

-Lo sé… -Kyungsoo le acarició suavemente como si fuese de verdad un pequeño cachorrito, hizo un movimiento rápido y logró que Baekhyun quedase debajo de él-. Terminarás, pero quiero que sea gracias a mí -le susurró al oído antes de lamerle suavemente la oreja-, y no por un frío y sucio objeto de plástico.

Baekhyun reprimió un gemido cuando sintió la cadera de Kyungsoo golpear contra la suya. Atlas lo besó goloso, deseoso de hacerlo suyo y Eos no pudo más que dejarse hacer, por mucho que quisiese luchar contra él, no podía. Su presencia, su mirada, su voz, todo en Kyungsoo lograba desencajar a Baekhyun. Sacarle de ese papel dominante y travieso y convertirlo en un tierno y dulce cachorrito, sumiso y obediente.

El menor agarró la cola de peluche y tiró de ella con fuerza, sacándosela sin cuidado, Baekhyun gimió y re revolvió bajo el cuerpo de Kyungsoo, éste volvió a besarlo y le acarició la parte interna de los muslos para relajarlo.

-Dilo Eos -le miró de esa manera que le volvía loco-. Dilo y lo haré.

Baekhyun gimió suavemente, lloriqueó en señal de protesta y respiró hondo.

-Fóllame Atlas, fóllame duro -suplicó frotando sus caderas contra las de Kyungsoo-. Este perrito salido quiere que le des por culo, que le jodas como sólo tú sabes hacer.

Kyungsoo sonrió satisfecho, lo besó una vez más y colocó las piernas de Baekhyun sobre sus hombros. Con cuidado Atlas penetró a Eos arrancándole un gemido placentero, y sin dilación comenzó a embestirle rápido y sin pausa.

Ambos jadearon con fuerza, el placer de sentir el miembro duro, grueso y palpitante en su interior provocó que Baekhyun no se contuviese y se moviese excitado apretando esas caderas voluminosas que tanto le gustaban a Kyungsoo. El menor agarró las caderas de Eos y lo penetró bruscamente haciendo que su extensión chocase sin piedad contra el interior de Baekhyun. El cuerpo del cachorro se tensó y después de unas cuantas embestidas terminó por derramarse entre los dos. Kyungsoo no se detuvo y se folló la entrada de Baekhyun hasta que se derramó en su interior. Esperó unos segundos y salió de su interior tumbándose al lado.

-Has estado increíble -afirmó Baekhyun girándose sobre su costado para poder mirar a Kyungsoo, que todavía luchaba por regular su respiración-. Esta noche me has dejado sin habla.

Kyungsoo se giró para colocarse frente a Baekhyun, le acarició suavemente el rostro y lo besó.

-Quiero decirte algo Baek -suspiró suavemente.

A Baekhyun se le encogió el corazón, nunca antes le había llamado así y como le había dicho muchas veces Chanyeol “cuando alguien te pone un diminutivo es porque realmente le gustas”. El castaño se sentó en la cama, no le importó sentir todavía las molestias de la esencia de Kyungsoo en su interior, y abrió los ojos atentos.

-¿Sí? ¿Qué es lo que quieres decirme? -rió algo nervioso- ¿No será que quieres que doble el pago no? Porque si es así creo que deberás encontrarme una habitación para que empiece a trabajar -bromeó intentando sacarle importancia al asunto.

-No, no es eso -Kyungsoo se sentó en la cama y se apoyó contra el respaldo-. Es que, esta es mi última noche aquí.

Baekhyun se sintió como si le hubiese echado encima un cubo de agua fría. Rápidamente se puso pálido y la sonrisa desapareció de su rostro para mostrar claramente un gesto de preocupación. Gateó por el colchón y se subió encima de Kyungsoo, colocando las piernas a cada lado de su cadera.

-Pero… si te vas ¿ya no podré verte? -le miró asustado, temiendo la respuesta de Kyungsoo, no se imaginaba los días sin él, no quería pensar que la persona que lo hacía sentirse realmente importante iba a desaparecer. Sus ojos se llenaron de lágrimas y bajó la mirada para ocultar el miedo que sentía hacia la respuesta del menor.

-No podrás verme dentro de Delirium -respondió serio y despacio, casi con cautela-. Pero he encontrado un pequeño piso cerca de donde vives. Creo que me mudaré allí, si te parece bien.

Baekhyun abrió los ojos sorprendido, por acto reflejo lo abrazó y rió muy alto. Kyungsoo también soltó una carcajada y le devolvió el abrazo estrechándolo contra él. Que aquella noche fuese el último día de Atlas no significaba que Kyungsoo dejaría de existir, después de ese día Kyungsoo sería algo más que un trabajador demasiado importante para Baekhyun. Éste le había demostrado lo que muchas veces después de sus sesiones el castaño le había dicho entre bromas y chistes malos. Ahora Baekhyun sabía que Kyungsoo le quería tanto como para compartir una vida con él.

Baekhyun rió travieso y le robó un beso a Kyungsoo.

-Si esta es la última noche de Atlas, creo que se merece una paga extra -susurró antes de volver a besarle y comenzar a frotar de nuevo sus caderas contra él-. Vamos Atlas, haz que Eos se sienta orgulloso de su chico.

Kyungsoo sonrió divertido, sujetó a Baekhyun por la cintura y giró rápido, dejando al mayor debajo de él, iniciando de nuevo un juego de besos, caricias, gemidos y, sobre todo, de descontrolado amor.

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