[Trad] (IM)Pulso - Cap 2 3/3

Oct 30, 2013 16:53



Jongin intentó alejarse, diciendo en alto palabras sin sentido en un intento de explicarle al demonio que dejase de llamarlo por un mote tan bobo e infantil, pero cuando alejó sus manos de su cuerpo, el humano sintió un vacío, algo que recordaba decepcionante.

-Me cuentas todo sobre tu nueva vida… ¿Cómo es? ¿Eres feliz?

Observando la sonrisa del demonio no había manera de negarle cualquier cosa. ¿Cómo alguien podía tener los ojos tan grandes y adorables? El joven le contó todo lo que conseguía recordar desde su llegada a aquella casa, como eras los hábitos de la familia, su nueva escuela, como eran sus amigos… Todo era bueno, sólo existían dos cosas que le molestaban a Jongin: Primero,  que le obligaban a usar ropa extraña en comidas importantes y eso realmente le resultaba incómodo.

-¿Y la otra cosa? ¿Qué es lo que más te molesta? -preguntó Kyungsoo levantando un poco las cejas, como si tuviese curiosidad.

-Todo es genial, mis padres adoptivos y mi hermana son estupendos… Pero nunca consigo sentirme parte de la familia, ¿entiendes? Me siento como un huésped al que quieren. No consigo sentirme a gusto, como si estuviese en casa,  en un hogar.

Kyungsoo parpadeó un par de veces sin saber que decir. ¿Por qué eran tan complicadas las emociones humanas?

-Jonginnie, si crees que aquí no te sientes como en casa… ¿Te vas a sentir bien en el Infierno?

El humano parpadeó un par de veces y sonrió.

-¿Ahora no tengo muchas más opciones, no? Voy a ir de cualquier forma -sonrió tristemente Jongin y recibió una leve carcajada como respuesta.

-Por lo menos estás entrenado para ir al Infierno… -dijo Kyungsoo riendo, observando la parte baja del vientre del joven y este le miró confuso antes de entender la indirecta y sentir sus mejillas calentarse una vez más.

-¡C...cierra la boca, Kyungsoo! ¡Deja de hablar de eso! -el humano estaba demasiado avergonzado. ¿Por qué tenía que aparecer el demonio justo ahora?

-No tienes por qué avergonzarte de hacer esas cosas… ¡Y mucho menos de mí, Jonginnie!

-¡No estaba haciendo nada! -gritó Jongin, desviando la mirada.

-¿Puedo contarte una cosa? -preguntó Kyungsoo con una sonrisa traviesa y cuando vio que el humano asentía con la cabeza, continuó- . Soy un Grimorio, un demonio que hace pactos con los seres humanos. En el Infierno, moro en el Valle de los Vientos, en el segundo Círculo Infernal, y el pecado que rige ese círculo es el de la lujuria… Sabes lo que es eso, ¿no?

-He leído sobre los siete pecados, así que… sé lo que es la lujuria -murmuró Jongin sintiéndose algo avergonzado. ¿Por qué él y Kyungsoo siempre terminaban en ese tipo de asuntos?- . Vives ahí… ¿Por qué?

-El demonio que me llevó hasta el Infierno pertenecía al Valle de los Vientos, pero digamos que yo (probablemente) acabaría de cualquier manera ahí después de mi muerte.

Jongin estuvo en silencio durante unos segundos, procesando la información.

-¡Espera! -gritó, sorprendido- . ¿Fuistes humano?

Kyungsoo soltó una risotada y revolvió el pelo del adolescente una vez más.

Para el demonio era increíble como aquel niño de apenas catorce años podía aparentar ser más mayor, aunque sus actitudes y su leve inocencia revelasen su poca edad.

-Sí, fui humano hace mucho, mucho tiempo. Hice un pacto con un demonio cuando tenía quince años, creo... Estaba en peligro y sólo tenía dos opciones, morir en una hora o en diez años. No es difícil adivinar cuál escogí, ¿verdad? -el Grimorio sonrió de medio lado y siguió- . Pedí muchas cosas, Jongin. Tú fuiste mucho más inocente pidiéndome tan poco en el momento en el que firmamos el pacto, viví muy bien en aquellos diez años y puedo decir que (digamos) aproveché muy bien todos los placeres que la vida me podía ofrecer.

Jongin estaba con los labios entreabiertos, sin percatarse de su acción.

-No pareces lujurioso, Kyungsoo. Tienes un rostro inocente, casi infantil…. -dijo sinceramente el humano y el demonio sonrió con malicia.

-Tú tampoco tienes cara de ser alguien lujurioso, pero cuando entré en tu  habitación estabas...

-¡Ya está! ¡Te he entendido! -gritó Jongin antes de juntar sus labios en un mohín, y Kyungsoo se levantó de la cama.

-Estoy tranquilo sabiendo que estás bien, Jonginnie...

El demonio caminaba en dirección a la puerta cuando el humano se levantó de la cama sobresaltado y le pidió a Kyungsoo que se parara, que no se fuese todavía.

-¿Ya te vas? -preguntó Jongin parado frente a Kyungsoo.

Los dos tenían casi la misma altura. El demonio nunca fue alto, pero se impresionó de lo rápido que había crecido Jongin en estos cinco años.

Las miradas estaban fijas uno en el otro cuando Kyungsoo sonrió y se inclinó, acercándose un poco más a Jongin.

-Acabo de recordar una cosa, Jonginnie... Me prometiste que me darías algo a cambio de mi visita, ¿recuerdas?

El joven tragó saliva.

-¿Qué es lo que quieres? -murmuró Jongin mientras su corazón martilleaba contra sus costillas.

El demonio llevó sus dedos hasta el pelo de Jongin, acariciando los mechones mientras sus manos se resbalaban hasta la nuca del adolescente, causándole escalofríos.

-Un beso -susurró el demonio contra la piel morena del rostro del joven- . ¿Puedes concederme ese deseo, Jongin?

Las respiraciones se mezclaban y, antes de que el humano respondiese, sus labios se rozaron exactamente igual que cinco años atrás. Jongin gimió suavemente cuando sintió las uñas cortas del demonio hundirse en su nuca, empujándole para que se acercase.

Fue la lengua de Jongin la que pidió permiso primero, de manera tímida y sutil. Kyungsoo sonrió de medio lado antes de hundir su boca en la de Jongin, profundizando el beso, abusando de su cavidad húmeda, probando su sabor.

Ah, cómo deseaba el demonio sentir el sabor de aquel humano.

Jongin se agarraba firmemente a la cadera de Kyungsoo, todavía confuso por lo que estaba haciendo. Se sentía incómodo e indefenso cerca del demonio.

Por no hablar de que esos pantalones le presionaban levemente la piel y eso no ayudaba nada.

.

Los cuerpos estaban pegados, abrazándose y acariciándose, mientras las lenguas se encontraban urgentemente dentro del beso, como si aquello fuese algo que ambos estuviesen esperando durante años.

Una de las manos de Kyungsoo se deslizó por el tronco de Jongin, pero antes de que pudiese llegar a donde quería, el joven se apartó, asustado.

-¡K...Kyungsoo! -murmuró jadeante. Todavía en medio de las tinieblas, el demonio podía observar los labios del humano húmedos y rojizos.

-Aprovecha estos cinco años, ¿sí? Nos veremos pronto, Jonginnie... -murmuró el Grimorio  antes de morderse el labio inferior. Caminó hasta la puerta de la habitación del adolescente y salió, sin decir nada más.

Jongin parpadeó un par de veces, todavía quieto. Su corazón latía rápido y su respiración estaba descompasada. ¿Qué le había hecho Kyungsoo? ¿Qué eran todas esas sensaciones?

El adolescente corrió hasta la puerta  y la abrió rápidamente, buscando al demonio por el pequeño pasillo de su casa. No había nada y el fuego se desprendía de las velas del candelabro, que estaba sujeto al techo de su habitación, tembló debido a un aire que venía de algún lugar. Jongin suspiró y volvió al interior de su cuarto, cerrando la puerta sin fuerzas.

El joven todavía se sentía extraño y cuando miró hacia abajo comprobó que necesitaba alivio, suspiró pesadamente.

Antes de acostarse en su cama y seguir con lo que había comenzado antes de la visita repentina (secretamente ansiada) de Kyungsoo, Jongin fue hasta su escritorio y cogió, de uno de los cajones, una pequeña navaja que su padre adoptivo le había regalado en uno de sus cumpleaños.

El joven se agachó en el suelo, al lado de la cama, y se arrastró un poco para poder entrar bajo el mueble. Antes de seguir lo que había comenzado Jongin necesitaba hacer una cosa…

Una cosa muy importante.

C O N T I N Ú A

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