Dos años...
Dos años y aún no sé qué decir.
De pronto siento que es necesario que sepas que aún recuerdo las conversaciones durante las horas libres, en los pasillos o en el salón. Que sigues siendo importante para mí, que fuiste parte importante de la mejor época de mi vida. Que me encantaba hablar contigo. Que aún recuerdo la billetera y toda la historia que guardaba. Que aceptabas jugar UNO. Que nos hacías reír. Que siempre estabas dispuesto a escuchar. Que se te extraña montón. Que siempre va a ser así.
Pero... de pronto también quiero que sepas, que ya no recuerdo tu voz. Y eso me da miedo.
Que me aferro a las fotos para no olvidar tu rostro.
Que he hecho lo posible por no llorar, pero no se ha podido.
Que nuestra promo está incompleta, que sólo faltas tú.
Y no puedo con tantos recuerdos.
Y no puedo con estas preguntas.
Porque aún no entiendo qué pasó.
Porque sigue siendo difícil, entender que se ha perdido a un amigo.
Que aún odio cada nueve. Pero el nueve de junio siempre, siempre es el más difícil.
Que me gustaría regresar el tiempo.
Que me gustaría que nos lleváramos mal.
Que hubiéramos tenido una pelea absurda.
Que nunca hubieras estado ahí cuando tenía miedo de no ser parte de la XXVI.
Que hubieras jugado fútbol con el resto.
De verdad, me gustaría llevarme mal contigo... siempre y cuando, aún estuvieras aquí.
Te extraño.
Siempre será así.
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