Volvieron a abrir la Biblioteca del Instituto Cultural Ruso. Gentilmente Sv. me escribió un e-mail avisándome que aún no he respondido. Quería antes tener leido todos los libros que me permitió llevarme y, además, el aislamiento en que nos tiene Transantiago no da muchas ganas de salir de la comuna.
La última vez había querido llevar un libro de poemas de Lermontov ya que tenía a través de
akniga.com algunos recitados por Oleg Dal. Además, fuera de lo que había leido en enciclopedias, referencias, o búsquedas relativamente infructuosas, practicamente no lo había leido directamente. Curiosamente, casi no había libros de poemas de él (al menos entonces no los vimos) y llevé "El héroe de nuestro tiempo" (
Герой нашего времени) que contenía además algunos poemas, libro que solamente seguí a duras penas con uno (o dos) poemas que encontré que también estaban recitados en el disco que poseía. La semana siguiente devolví casi inmaculado el libro y me avisó que estarían de vacaciones por algunas semanas, estando en ese período la biblioteca cerrada. Llevé varios libros y, casi al irme, vi que había una versión en castellano precisamente de "El héroe de nuestro tiempo", el mismo libro que llevé para que conociera mi casa.
Como suele ocurrirme, me entusiasmé y pensé llevar el libro en español junto a la versión original para -ingenuidad imperecedera en mi- leerlos simultaneamente, consultar aquellas partes de la traducción que me parecían extrañas o, finalmente, una vez leida la traducción, centrarme en el original ruso. Sv. me permitió llevar ambos. De más está decir que el libro ruso se mantuvo bien guardado sobre una mesa.
No obstante, por breve que sea ese libro, a medida que avanzaba en su lectura, me daba cuenta de lo pueril de mi plan. La enumeración de costumbres y zonas desconocidas para mi me hacían volver varias veces sobre lo ya leido.
Ya en la primera página, tenía que figurarme que la acción ocurría en Tiflís, entraba en el valle de Koishaúr, el cochero era un osetino "y abajo, abrazándose a un riachuelo anónimo, que escapaba tumultuosamente de un negro y umbroso desfiladero, se extendía el hilo de plata del Aragva, brillante como una serpiente de bruñida escama"
Continuando, a pesar de lo amena de la narración, se sucedían como destiino Stávropol, hablar mal de los osetinos, Alexei Petrovich Ermólov, el Gud, las saklias, el monte Krestóvaia, kabardinos y chechenos, una fortaleza cercana a Kámenni Brod, la "buzá", el Terék, los kunaks, dzhiguits, el Kubán, una salvaje circasiana, la lengua de los tártaros, Transcaucasia, otra vez el valle de Koishaur, el sabio Gamba, una comparación con "Sarátov, Tambov y otros dulces lugares de la patria", el aullido y silbido de Solovéi-Rasbóinik, el paso de Pedro I por el Caucaso y la corrección de que él pasó solamente por el Daguestán, la estación de Kobi, el Baidara, el traspaso de los desfiladeros del Térek y del Darial y un desayuno en Kazbek, el té en Lars y la cena en Vladikavkaz; Ekaterinongrado (según nota "stanitsa cosaca de Ekaterinográdskaia en el Cáucaso del Norte. Posteriormente se convirtó en la ciudad de Ekaterinodar, hoy Krasnodar") los convoyes a través del Kabardá, el vino de Kajetia, como sobresale el Kazbek "con su blanco capelo cardenalicio", la acusación del héroe Pechorin a Tamán "Es el villorio más infame de todos los pueblos costeros de Rusia", Guelendzhik, "un tártaro de Crimea, un banquero de Kerch", el fuerte de Fanagoria; Piatigorsk, el Mashuk, los cinco picos del Beshtú, el bicéfalo "Elbrús" , el pabellón del arpa de Eolo, la cruz soladesca de San Jorge, los montes Beshtú, Zmeínaia, Zheléznaia y Lísaia, "caballeros atavioados mitad al estilo circasiano mitad al estilo Nizhni Novgorod", Kislovodsk, el Podkumok, la stanitsa cosaca de Esentukí...
(Perdonen esta larga enumeración que seguramente no interesara a nadie, pero en vez de ver cada palabra en una enciclopedia o buscarla en la web y olvidarla al par de horas siguientes, prefiero dejar, al menos, una constancia. Me sirve como la cachetada que recuerda mi ignorancia. Cada cierto tiempo, vale la pena recibir una)
Y, entre tantas cursilerías que seguramente se escucharon el 14 de Febrero cito un párrafo parcialmente al azar:
"Desde que los poetas escriben y las mujeres los leen (cosa que se les agradece profundamente), se las ha llamado ángeles tantas veces, que ellas, en su simplicidad, han creído de veras lo que no pasa de ser un halago, olvidando que esos mismos poetas, por dinero, dieron a Nerón el calificativo de semidios.
(...)
"Las mujeres debieran desear que los hombres las conociesen tan bien como yo, pues desde que dejé de temerlas y descubrí sus pequeñas flaquezas las amo cien veces más"
(Capítulo II del diario de Pechorin. Pag. 127)
"С тех пор, как поэты пишут и женщины их читают (за что им глубочайшая благодарность), их столько раз называли ангелами, что они в самом деле, в простоте душевной, поверили этому комплименту, забывая, что те же поэты за деньги величали Нерона полубогом...
(...)
Женщины должны бы желать, чтоб все мужчины их так же хорошо знали, как я, потому что я люблю их во сто раз больше с тех пор, как их не боюсь и постиг их мелкие слабости."
Para finalizar el asunto (quizás algunos lo noten, pero no escribo desde mi PC y probablemente pasará un buen tiempo antes de que vuelva a hacerlo. Espero equivocarme...) dejo constancia bajo el "cut" de uno de los poemas recitado que tengo en disco. Probablemente muchos ya lo conozcan demasiado bien, pero a mi me sirve como recordatorio y me evito tener que buscarlo en la red la próxima vez...
Saludos!
Михаил Лермонтов
Родина
Люблю отчизну я, но странною любовью!
Не победит ее рассудок мой.
Ни слава, купленная кровью,
Ни полный гордого доверия покой,
Ни темной старины заветные преданья
Не шевелят во мне отрадного мечтанья,
Но я люблю - за что, не знаю сам -
Ее степей холодное молчанье,
Ее лесов безбрежных колыханье,
Разливы рек ее, подобные морям;
Проселочным путем люблю скакать в телеге
И, взором медленным пронзая ночи тень,
Встречать по сторонам, вздыхая о ночлеге,
Дрожащие огни печальных деревень.
Люблю дымо спаленной жнивы,
В степи ночующий обоз
И на холме средь желтой нивы
Чету белеющих берез.
С отрадой, многим незнакомой,
Я вижу полное гумно,
Избу, покрытую соломой,
С резными ставнями окно;
И в праздник, вечером росистым,
Смотреть до полночи готов
На пляску с топаньем и свистом
Под говор пьяных мужичков.
1
Выхожу один я на дорогу;
Сквозь туман кремнистый путь блестит;
Ночь тиха. Пустыня внемлет богу,
И звезда с звездою говорит.
2
В небесах торжественно и чудно!
Спит земля в сиянье голубом...
Что же мне так больно и так трудно?
Жду ль чего? жалею ли о чем?
3
Уж не жду от жизни ничего я,
И не жаль мне прошлого ничуть;
Я ищу свободы и покоя!
Я б хотел забыться и заснуть!
4
Но не тем холодным сном могилы...
Я б желал навеки так заснуть,
Чтоб в груди дремали жизни силы,
Чтоб, дыша, вздымалась тихо грудь;
5
Чтоб всю ночь, весь день мой слух лелея,
Про любовь мне сладкий голос пел,
Надо мной чтоб, вечно зеленея,
Темный дуб склонялся и шумел.