Después de forcejear un poco, la puerta cede y al fin ha llegado a casa. Apenas cerrar la puerta tras de ella se quita los tacones - tenía ya un tiempo de no usarlos, pero no está ni de lejos tan cansada como pensó que lo estaría al llegar el final del día. El suelo se siente fresco al tacto de sus plantas conforme ella se dirige al baño. Extiende
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