Todo depende del cristal con que se mire

Dec 06, 2019 22:27


(o lo que busco en la fotografía)

Corría el año de 1989. Su segura servilleta estaba en ese entonces en segundo de secundaria y en ese momento estaban de moda unos trebejos que se veían más o menos así





La mía era de color rosa (sí, estimado lector, en algún momento de la vida sí me gustaba ese color) y pasé varias semanas de aquél otoño tratando de capturar de alguna manera lo que entonces me rodeaba. La cosa es que, como se puede ver a simple vista, la cámara en cuestión era más que nada un juguete y el número de fotos rescatables que pude obtener fue casi nulo.

Unos meses después, probablemente patrocinada por el fastidio de mis padres ante la insistencia, llegó a mis manos el siguiente upgrade



Para estar en las manos de una adolescente, la verdad es que no estaba mal. Tuve la fortuna de llevarla conmigo a una excursión a Chiapas, y pude fotografiar parte de nuestro recorrido en el cañón del sumidero, la visita a la pirámide de Pakal (donde la cámara se salió de mis manos y cayó por más escalones que los que quisiera contar pero aún así sobrevivió), el aterrador recorrido aéreo por las cascadas de Agua Azul y las lagunas de Montebello. Esa misma cámara estuvo conmigo unos años después cuando viajé por la sierra norte de Puebla, cuando visitamos el museo de Ciencia y Tecnología de Xalapa , en la visita a Yumká y hasta en esta foto, tomada el día que oficialmente me gradué de la prepa - y que mucho tiempo fué la única foto de mi misma que toleraba.



De ahí hubo un hueco enorme en las fotografías y las historias que pretendo retener con ellas - quizá había poco que quisiera recordar. Ya con la llegada de Fernando primero, de Víctor después, otra vez empezó la necesidad de documentar lo que sucedía. Ocasionalmente caía en mis manos alguna cámara digital prestada e invariablemente eran los pequeños fulanitos el objeto de mis disparos.



Jacinto Metalero, 6 meses de edad

Las cámaras han ido cambiando (una Sony y dos Canon digitales, más lo que sea que venga con el celular en turno), y la intención de mi fotografía me parece que también. Sigo cazando a este par (que ya son sujetos menos cooperativos, al fin adolescentes), pero ahora hay más que intento decir. He sucumbido, como todos en esta época, al afán de documentar cuanto como y bebo pero también hay imágenes que buscan decir "estoy triste"..."estoy feliz"... "te quiero"..."te extraño"... "ojalá sepas que estoy pensando en tí".

Como todos los mensajes, las posibilidades de una mala interpretación son infinitas (vaya que lo constaté recientemente). Pero al final del día no me rindo; dejo que mis imágenes esbocen lo que mis palabras no se atreven. Y quién sabe, quizá un día hasta armoniosas logren ser.

deep into my thoughts, explanation

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