Mcdanno de regalo para vismur!! parte cuatro

Nov 08, 2012 14:31



Deambuló por la playa hasta que sus piernas le pidieron correr, sentía el ardor por dentro de cada músculo y su cuerpo estaba electrificado con la desesperación de no saber qué hacer o donde dirigirse, corrió en la única dirección a la que podía llamar acertada o con sentido. Descalzo y con falta de aire, tocó a su puerta con números dorados en ella una hora después, la golpeo sin medir su fuerza, casi tirándola abajo cuando la niña de coletas lo paró en seco al aparecer en la puerta y él estaba hecho un desastre parado frente a ella.

- ¡Hola, tío Steve! - Gracie le saludó y miró hacia dentro llamando a su papá.

- Hey... Monkey...- la nena lo toma de la mano haciéndolo entrar al departamento mientras sigue llamado a su papá.

- ¡¡Dannooo!! Tío Steve vino a comer...- y Steve miró a todos lados, el departamento era decente pero de un solo ambiente.

- Dile que no está invitado, nena, estoy ocupado aquí.- se escucha de fondo, trasteando en la cocina.

- ¡¿Como que no está invitado?!... espérame aquí tío...- le dice con la determinación de sacar a su padre de las orejas si es necesario.

- Ok...- dijo escuetamente frotándose las manos, estaba hecho un desastre, traspirado por la carrera que se hizo hasta allí, ¿Cuanto había tardado? ¿Hoy debía cuidar de Gracie? Demonios estaba con los pies llenos de arena.

Unos murmullos después Danno sale de la cocina y Gracie pasa corriendo detrás de él, sacando el mute del televisor y sentándose en el sillón cama, el mira a su compañero con un delantal de langosta colgado de su cuello y se queda mudo.

- Porque estás aquí...- preguntó mientras se limpiaba las manos al ver que el Seal no decía nada.

- Danno creo que deberíamos hablar más al respecto...- le dice en tono bajo solo para que su compañero le escuche.

- No hay nada de qué hablar, como verás, Rachel decidió dejarme a Gracie de improvisto y no quiero que se entere de nada así que... por favor vete.- le pide dando un paso hacia la puerta con su brazo en alto tratando de sacarlo del departamento.

- ¡Dannoooo! - le protesta Gracie.

- Grace, esto es cosa de mayores.- Danno se voltea y le hace un gesto para que guarde silencio.

- Danno...- le llama suavemente y el detective voltea a mirar al Seal.

- Por favor no me llames así... solo mi hija me puede decir así - la inflexibilidad en su postura como en su palabras lo empujaban paso a paso a la entrada, no quería irse... de eso estaba seguro.

- No quiero...- espeta apartándose de la puerta y Daniel gira los ojos exasperado agarrándose de la cabeza.

- No me interesa si no quieres, Mcgarrett, solo vete...- la mirada celeste le cala por dentro.

- Danno si quieres pretender que nada pasó podemos hacerlo, pero eres mi mejor amigo... no quiero perderte... - Daniel sopesó la idea, bajó la mirada y miró la puerta detrás del hombro de Mcgarrett.

- Yo tampoco Steven pero fuera de la grabación no recuerdo nada, ¿sabes?, solo tengo esta sensación de rechazo de hace unos momentos y solo quiero sacudírmela, además no creo tampoco que sea buen momento tampoco para hacer esto... de hablar de ello.- le confesó quitándose el delantal de cangrejo.

- Danno...- Steve se le acercó y buscó su mirada hasta que el detective la alzó y le miró directamente.- Cenemos juntos, miremos una película los tres... si es muy raro, lo dejamos para otro momento...- Daniel bajó la mirada nuevamente, la indecisión nunca estuvo tan clara frente al Seal que expectante notó las pestañas claras cortitas completamente adorables y retuvo la respiración.

- Ok... pero hice pasta con albóndigas y no digas nada de mi salsa ok, no he preparado esto en un tiempo...- Steve alzó las manos y se sonrió pero con la preocupación en la cara.

- Por mi está bien.- acotó, no quería presionar más la situación. Fue a seguirlo a la cocina pero Danno lo empujó hasta el sillón y lo sentó en él a la fuerza junto a su hija, tenerlo demasiado cerca lo ponía nervioso.

- ¿Que pasó con tus zapatos?- pregunto la niña.

- Me los olvidé.. - sonrió y Danno, que le miraba también, giró los ojos cansado, la risa de Gracie se ensanchó cuando Steve le miró sonriente.

Pasaron la cena sin imprevistos o discusiones sobre el tema, el Seal se enteró de que tanto Danno como Gracie extrañaban la comida italiana, todo parecía estar donde estaba antes de todo ese embrollo, las marcas en el cuello de Danno estaban más tenues pero seguían allí, mientras lavaban los platos y guardaban las cosas, Steve notó que volvían a estar cerca compartiendo su espacio personal como si nada, lavando y secando los platos hombro con hombro, Gracie hacia su deberes antes de la película en la cocina junto a ellos y todo estaba normal de nuevo.

En mitad de la película se perdió en la trama, era duro de matar cuatro punto cero, pero él estaba recargado en el sillón cuando Danno se movió y él lo vio estirar a Gracie en la parte libre del sillón acercándose más a él dejándola cómoda sin darse cuenta, con la niña bien acostada se dio la vuelta y le miró, trató de poner una distancia que habían mantenido al empezar a ver la película pero Steve no le dejó.

- Déjate de cosas, ven...- y lo empujó contra él, pasando su brazo por sus hombros para que Danno apoyase su cabeza en su hombro al igual que la noche anterior.

Daniel se mordía el labio inferior nerviosamente, no podía enfocarse en la película porque las únicas imágenes que revolvían su pensamientos eran la de Steve empotrándolo contra la pared de su casa, besándole el cuello sin reparo alguno. Él no recordaba haberlo sentido, no recordaba el haber experimentado eso y sin embargo ahora se sentía dolido.

La garganta se le cerró en acto reflejo al sentir cómo su compañero dejaba caer su peso a un lado de su cabeza, el susurro en su oído pidiéndole perdón por su reacción de esa tarde, Danno tragó con dolor lo que sintió en ese momento, los brazos de Steve lo rodearon abrazándolo por completo y con fuerza, haciéndolo más pequeño de lo que ya se sentía cerca el Seal.

La película paso a ser trasfondo cuando empezaron a susurrarse lo que les pasaba por dentro, con las frentes juntas, mirándose a los ojos, intentando ser lo más sigilosos posibles teniendo a la pequeña tan cerca de ellos, sus voces les atravesaban el cuerpo con cada sentimiento que expresaban y parecía que la mínima distancia que aún conservaban era tonta y entrometida, están bien juntos, sonriéndose al fin embriagando el aire con sus alientos chocando en sus rostros, el Seal le pregunto al rubio si quería probar un beso suyo de repente a media conversación.

Y la mirada celeste brilló, el Seal parpadeó muchas veces con gran velocidad por no estar alucinando esa reacción en el detective, la clara mirada, en medio de la oscuridad que les daba la habitación y la pobre iluminación del televisor.

Danno asintió a la pregunta y esperó a que el comandante hiciera el movimiento sacando una sonrisa del mismo algo pícara, su mano derecha rozó el nacimiento del cabello rubio tan suavemente que el detective cerró los ojos con el cariño que percibió en el toque. Incluso antes de apoyar sus labios en los de su amigo podía sentir cómo su alma se expandía de más, fue probar los finos labios, sentirlos en extremo tiernos y no pudo evitar atraerlo más hacia él.

Besarle barrió con cualquier inseguridad o problema que hubiera tenido, inclinó su cabeza profundizando el beso, aplastando un poco al detective contra el sillón, sintiendo las manos grandes y tibias poco a poco subir por su brazos para enroscarse en su cuello, dejó su mano en el pecho de Danno solo para regodearse de los latidos acelerados en ese pecho fuerte, sabiendo que era él el que le provocaba tal agitación.

El timbre sonó de repente y ambos se miraron preguntándose quién sería con el aliento perdido en algún rincón, pero la voz de Rachel los hizo saltar del sillón, la mujer apenas abrió la puerta empezó a discutir con Daniel y Steve se quedó a un lado esperado. Según entendió tuvo un desacuerdo con Stanley y lo dejo a mitad del restaurante, solo, Danno se quejó de que no podía dejar llevar y traer a la niña como un paquete, pero la mujer no se dignó a escucharle. Con Gracie en brazos dormida se marchó sin siquiera darle las gracias por cuidarle a la pequeña.

Un silencio reino por unos minutos en que Daniel se quedo mirando la puerta, ni siquiera las luces pudo encender antes de que entrara como un torbellino Rachel, solo sale de su nebulosa cuando escucha los pasos desnudos de Steve dirigiéndose a el, voltea lentamente en la mediana obscuridad de ese pequeño departamento y le mira acercarse lentamente casi meditando cada paso.

Solo alli se percata de lo que sucedía unos minutos antes en la trémula oscuridad, una involuntaria bocanada de aire entro por su labios entre abiertos mientras su ojos solo seguían a la sombra gigante de su compañero estar cada vez mas cerca, la sensación del beso, el calor intenso de la boca del hombre frente a el lo abrumo, lo sedujo completamente en un santiamén.

Pero las palabras dichas en aquella playa le azoraron de repente esquivando repentinamente y escapando de la cercanía del otro, camino hasta la cocina hasta que sintió el tirón en su brazo, miro sobre su hombro cuando las luces de la pantalla alumbraban a Mcgarrett.

- No... solo tengo lo que dijiste rondándome, el dolor que me causo, la tonta confianza que te tenia me relajo esta mañana pensando que pasase lo que pasase no dejaríamos de ser nosotros Steven...- Danno lo empujo un poco pero el Seal lo abrazo con mas fuerza aprisionándolo.- Steve suelta... por favor. - murmuro levemente cuando se hallo a cinco centímetros del piso, con la frente de su amigo en la suya nuevamente.

- Que tengo que hacer para que me perdones Danno, estaba shoqueado... solo la idea de perderte peso mas que lo que paso sin saberlo nosotros... perdóname, por favor.- el Seal hundió su nariz en el cuello del detective, uso su fuerza tanto como pudo para trasmitirle lo que ahora se percataba que sentía por ese hombre del continente.

- yo... yo no quiero que hagas nada Steve, solo tengo que pensar, sacarme de adentro esta sensación, por favor bájame.- poco a poco, pudo soltarse del apretado abrazo colgándose del cuello de su compañero.

- No tenia idea de que... pudiera sentirte asi abrazándote, dándote un beso Danno...- siente como al fin los brazos de Danno le devuelven el abrazo y dejando la resistencia de lado, juntar su cuerpos en ese sentimiento que parece invadirles cuando se acercan mas y mas.

- Steve estas drogado... en serio vas a terminar de lastimarme o que... no creo que soporte algo asi de nuevo...- el Seal lo deja en el suelo y le miro la mirada celeste estatico por esa reacción, noto como el Seal trataba de decir algo, sin encontrar las palabras moviéndose nervioso por la sal sin encontrar las palabras.- Steve me estas asustando.-

- Jamas, jamas, de los jamas... me refiero... nunca quería hacerte daño Daniel, es... recuerdas cuando lo de Rachel, que me contaste que lo intentarían...- y Daniel le miro de costado desconfiado.

- Si...-

- Reafirmo lo que te dije ese dia Danno, yo, yo solo quiero que seas feliz.- y el detective volvió a mirarlo asustado con la duda en su rostro.- no se si yo pueda hacerte feliz... pero yo no quiero sacudirme este sentimiento de encima, me gusta tenerte merodeando mi casa por cualquier razón... demonios compro esos chocolates y los meto en el frizer a pesar de que nunca los como!-

- ¿No lo haces? Pero son deliciosos...-

- A ti te gustan, por eso lo compro.-

- Me, ¿Me compras chocolates?...-

- A lo que me refiero... es que no creo que haya otra cosa, quiero verte feliz, no se si yo pueda, pero haria lo que fuera porque...- Steve se calla cuando ve a Daniel hacer ademanes en el aire de que es suficiente.- Que...-

- Solo ayúdame con esto...- Daniel empuja el sofá cama y Steven lo imita poniéndolo a mitad de salón para abrirlo.

- Pero...-

- ¡shht! solo hazlo.- cuando al fin lo tiene abierto le colocan unas sabanas limpias y acomodan el televisor a un lado, Danno se acomoda sin sus zapatos en la cama y vuelven a poner la película.

- Danno no entiendo...- Steve cree que iba bastante bien con su monologo pero Danno tenia la mirada tranquila, se veía como el Danno de siempre y no el no sabia si se había hecho entender del todo.

- Puedes dejar de pensar no me dejas ver la película.- golpeando la cama a su lado para que se acomode junto a el.

El obedece, gatea sobre la cama hasta sentarse junto al detective que toma su muñeca y deja su brazo sobre sus hombros, recostándose finamente sobre el, una vez mas la película pasa desapercibida por sus pensamientos, una vez mas en todo lo que puede pensar es como abraza a Daniel fuerte mente con ambos brazos y se van deslizando en la cama hasta quedar completamente extendidos en ella.

Como rosar su cuello con su nariz libera descargas de necesidad por toda su piel alterando todo su sistema nervioso, sentir las manos esas manos grandes recorrele el costado levantando su camisa y camiseta al tiempo se se cuela con la otra por dentro de su ropa le da un indicio de que Daniel si le entendió vio algo entre todas sus palabras que dedica mas de un pensamiento racional en el.

La idea de hacerle el amor dulce y lentamente a ese hombre que adora la idea de ser querido de verdad, intensamente y con todo el corazón por otra persona le llena el pecho, porque la verdad se muere de ganas de ser él y solo él el que pueda hacer eso, mientras que su poco tacto le arranca la camisa con la protesta verbal de su compañero.

Luego de eso el solo puede arrancarse sus propias vestiduras de un tirón porque Danno se toma demasiado tiempo recorriéndole, no es que no le encante como le gusta también que le mire desnudarse para el, pero simplemente no tiene tanta paciencia como debería, al recorrer su clavícula y subirse a su cuerpo, siente de improvisto como el latido de la carótida se dispara en su mejilla al rosarse con el cuello ajeno y su ímpetu dejar un fuerte beso allí, absorbiendo la piel salada mezclada con esa colonia que a él le encanta oler cada vez que va a buscar a su amigo para ir a la oficina.

La sensación de sus vientres juntos meciéndose levemente uno en el otro y los llamados de Daniel en su oído cuando se aferrar a su cuello en aquel respingo que da cuando mete su manos dentro de su pantalón de vestir, tomando con posesividad su fuerte y redondo glúteo lo excita a un mas, y sabe que esta aun segundo de arrancar esa prenda, pero el quiere verle, verle en todo el esplendor que la poca luz y la piel completamente desnuda puede darle.

Por lo que cuando sujeta las manos de Danno retirándolas de su cuerpo Daniel le mira confundido, pero el pasa su manos por su cuello admirando la fortaleza y lo masculina imagen que saca a flote su lívido como nunca lo sintió, deseaba cada centímetro de ese cuerpo con ansias atroces y los suspiros entrecortados del hombre debajo de el lo armaban de paciencia, Danno se merecía una noche de amor y miles de mas, por lo que el haría lo que fuera por hacerlo feliz...

Sentado sobre sus tobillos entre las piernas del rubio con ambas manos recorriendo el abdomen y el corto vello que presentaba en el, toco el huequito tierno del lada interno de hueso de la cadera haciendo retorcerse al detective antes de poder tomar el botón del pantalón, seguido del cierre, no perdiendo oportunidad de acariciarlo descaradamente mientras hacia ambas cosas, provocandolo con sus acciones, retirando la tela y deslizándola por sus piernas.

Jamas se le había ocurrido que los muslos del rubio fueran asi de tentadores o que su musculatura le provocara apretarlos al verlos libre de prenda, excepto por los boxers gris oscuro algo deformados por una notoria y gustosa erección, los pantalones volaron pero nunca los escucho caer, mientras volvía a acercarse a el, sus manos recorrieron su piernas, notando las curvas mas pronunciadas y firmes, tan diferentes a las de Cath, demonios, el no debería estar comparando pero ya se veía teniendo una charla acalorada con la mujer.

De mala manera y con toda las intenciones de alterar mas a su amigo recorrió esos muslos llenos de bellos dorados por la cara interna tan suave y tierna presionando con su pulgar hasta donde esta terminaba y el sexo tomaba forma.

Con su codo a un costado de su cabeza y la mirada de Danno algo asombrada por la manera en que le tocaba le sonrió, todo el cuerpo del rubio se arqueo contra la mano que apoyo sobre su miembro pegando su piel a la suya en un solo movimiento que le encanto, lo acaricio levemente y con fuerza en un vaivén provocativo y lo beso mientras le sacaba jadeos.

Cuando la mano impaciente de Daniel lo llevo a acariciarle por dentro de la ropa interior, sus ojos terminaron de oscurecerse, tomo su cuello como anclaje y lo masturbo por un rato mientras el hombre debajo de el se retorcía de placer por su causa, incapaz de mantenerse quieto su cuerpo empezó a moverse sobre el otro, las manso de Daniel intentaban quitarle los pantalones cargo que terminaría odiando de por vida si no lograba sacárselos.

Pero un cambio mas desbordo su mente cuando el rubio abrió su piernas en tu totalidad, las alzo por sus costados y con la punta de los dedos empujo las prendas con éxito, pateándolas lejos de al llegar a sus rodillas, nada de ropa interior quedo en el paso y su propia erección se poso junto a la ajena, el calor que desprendía le asombro alta a él, notando que su cuerpo estaba húmedo por completo al no haber mas que una ventana semi abierta como medio de ventilación.

Sus cuerpos resbalaban entre si, ahora su manos se ocupaban de recorrer la fuerte espalda y los muslos que le envolvían, los pies de Danno lo empujaban contra el presionando sus glutios contra si. Quería tomarlo, sentirlo al competo y por dentro, probar su estreches y el solo pensamiento lo hizo saltar de la cama, Daniel protesto con un maldición por el repentino cambio y cuando su apellido sonó en el reclamo, volvió con el único aceite que encontró, el de oliva.

Danno se le escapo una pequeña risa ahogada al verlo volver, desnudo a su cama con el pequeño fresquito que consiguió a ultimo momento en el mercado para cocinarle algo a su hija, no pudo pensar mas en ello ya que tenia a un Seal loco acomodándose sobre el, besandole tanto que los labios le dolían, el sabor que tenia en la boca ese hombre le empezaba a resultar adictivo y ni el mimo podía cansarse de buscarle cada beso y cada caricia que pudiera ofrecerle, se sentía hambriento de afecto como jamas admitirá pero necesitaba eso y podía pedir rudamente mas sin recato a su seal, necesitaba que Steve le quisiera tanto así, que pensara en el así, por lo que cuando nombro los chocolates simplemente supo que esto no era reciente, solo se ocultaban dentro de su propia amistad sin siquiera saberlo.

Los nervio lo devoraron al sentir el tacto del Seal en ese lugar, deslizándose en circulos con el aceite de oliva, podía notar como lo entretenía sonriendole entre besos, mientras apretaba su glúteo y sujetaba su cadera cuando sintió la yema de esos largos dedos, sintió como le inundaba el estremecimiento desde allí recorriéndole por completo hasta llegar a sus mejillas, tiro del cuello de Steve con ganas, con desesperación ser tan pasivo le costaba pero dejarle el control absoluto de su propio cuerpo al Seal era embriagante.

Las sensaciones desconocida y tan jodidamente placenteras sin duda no las había contemplado la escucharle entrar a su casa, pero solo puede ver de refilon el hombro de Steve, lleno de gotitas de sudor por donde se sostiene, mientras con dos dedos en su culo esta casi llegando al limite de su fuerzas, una mordida en su mandíbula lo alerta y le hace prestarle atención al rostro de su amigo.

El Seal apoya su frente contra la de el diciendo lo necesario para que sus manos le recorran el pecho, los abdominales hasta sentir la tierna carne de su ingle, respirando el aliento del otro y el rubio toma la erección del otro para darle algo de atención tanto como preparación, sintiendola latir en su palma al ritmo que el Seal le penetra con tres dedos, acariciando sus paredes internas casi deleitándose por lo que vendrá, sintiendo tanto deseo por el otro expresado en cada toque.

En el momento en que siente en toda su espina que no soportara mas, la angustia de que no lo penetre de una vez el Seal este se yergue entre su piernas apartando sus manos de su cuerpo para colocarlas sobre su cabeza, sosteniéndolas allí, sus bíceps tensos completamente estirados dan una imagen por mas erótica, la boca de su compañero toma entre su labios uno de su pezones y lo succiona con ganas, la distracción le vale en grande cuando el Seal con su mano libre dirige su ya ardiente pene, apoyándolo en la entrada que poco a poco quiere cerrarse viéndose interrumpida por la rígida carne intrusa y empuja de apoco dentro del cuerpo de Danno.

Los ojos celestes cerrados unos segundos antes cuando jugaba con sus tetillas se abren de golpe al sentir la presión allí, lo mira directo a los ojos, ninguno de los dos aparta la mirada, sumergidos en la sensación de ambos al entrar poco a poco, un poco de ardor mientras la piel y los musculos se estiran ante la intromisión que invade a Daniel, quiere soltarse en un acto reflejo de miedo que aun alberga, liberar sus manos y empujar a Steven porque le duele, pero el Seal solo pega su rostro al de él y lo agarra mas fuerte sin dejarle soltarse.

Lo quiere completamente concentrado en lo que el le hace a su cuerpo, como lo abraza su calor interno, como los músculos le aprietan dándole mas placer, pero su corazón da un fuerte latido que arrastra con en el susurro de dos palabras que significan todo para el y que jamas a dicho en vano, las dice mirándole menos agresivamente como lo estaba haciendo, se le escapan del aliento volcandolas directamente en labios de Daniel, siente la piel de Daniel chocar contra su ingle y allí suenan claras.

- Te amo Danno...- recorre su rostro dejando pequeños besos en el, siente el raspar de su barba contra la suya mientras se esta quieto, dejando que el cuerpo de su amigo le acepte. Pero abre lo ojos de sopetón al escuchar su respuesta del fondo de la otra garganta.

- Yo también te amo Seal desquiciado...- murmura mientras su manos ya libres le abrazan el cuello y sus piernas descansan un momento al rededor de Steve.

La danza no se demora mucho mas, el impulso es fuerte y certero, hacerle el amor con la persona adecuada siempre es mas una danza que un acto carnal, pero eso no quieta la osadía, la pasión o el desenfreno, el cuerpo para este entonces siente simplemente demasiado, cada nervio esta en carne viva, y sus gemidos deben de escucharse en todo el edificio...

Sus cuerpos completamente mojados resbalan entre si y deben de hacer mas presión, sostenerse con as fuerza dejando la piel roja en primer instancia, el hombro de Danno muestra con orgullo las mordidas de su amante, no duran mucho y no es que no lo deseen así, pero es difícil ponerse a pensar en otra cosa cuando lo único que ocupa tu atención durante el día y parte de la noche esta enredado en tu cuerpo, Danno sin miedo pide su cuerpo cuando quiere mas, cuando le pide a su amante que le de la vuelta y lo abrase con todas sus fuerzas.

Al final la orquesta la dirigió Daniel, Steve estaba completamente nulo en un estado autómata, solamente concentrad en el cabello rubio desordenado en la almohada y como sus músculos colisionaban con esos redondos glúteos a los que el deseo de morderlos y dejar marcas por toda la piel blanca que veía.

Danno se corrió contra el respaldar del sillón cama al sentirle tan hondo, tan enterrado en el con la fuerza impresa en cada movimiento, con Steven detrás de el empujando su hombría muy dentro de el, abrazando con su excitación mas aun cuando sintió verterse ese liquido en el, sabia lo que era lo sabia por el calor que parecía meterse mas dentro de el de lo que jamas hubiera creído, lo sabia por la profunda exhalación en su oído y como se abrazo a el quedándose quieto, mientras los dos disfrutaban de su orgasmo por igual.

Caer en la cama enredados tirando el uno del otro fue genial, se reina porque uno quería algo y el otro otra posición distinta, luego de que se acomodaron se dieron cuenta de calor que hacia en la habitación y decido el detective que el Seal abra mas la ventana, Daniel observo como lucho para que la vieja ventana se abriera, su cuerpo contrastando con la claridad exterior de la luz artificial y sonrió.

Cuando volvió y se tendió junto a el cubriéndolos con la sabana Steve también sonreía, como si de un niño se tratase, ninguno de los dos sabe como terminara eso o como atravesaran por su nueva relación, pero están seguros de que lo harán juntos, superando cualquier sea el caso, misión o inconveniente que se presente.

Fin.

slash, fic para, steven mcgarrett, alex o'loughlin, experanzas, inspiracion, scott cann, corajes, daniel "danno" williams, romanticos, love, personal, frendship

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