Titulo: Un Destino Extraño.
Autora: Elghin.
Betas: Evian y Nem.
Ranquing: NC-16.
Fandom: Crossover.
Pring: Misha/Damon.
Personajes adicionales: Stefan, Elena,Caroline, Bonny, jensen,jared. uhmmm Alaric Saltzman, Jeremmy, y nadi e mas creo a y mención de la perra de Katerine,Yemma(pony).
Resumen: Misha es un profesor de equitación en el pueblo de Mystic Falls, y alli nadie sabe guardar secretos.
Descargos de racionabilidades: los personajes no me pertenecen ni las personas descritas en el tampoco solo se deben a sus autores originales y a las personas con libre albedrío.
Wrninga: nada del otro mundo solo amor y recelo y mucho poni suelto.
NOTA:los arts son por la pura amabilidad de Evian que me vio compungida cuando no encontraba un modo de relacionar a estos dos personajes jejeje.
Capitulo 3
Damon revolvía libros en su casa, uno a uno los tomaba de la biblioteca principal y los arrojaba hacia atrás sin importarle donde caían, hasta que uno de ellos le dio de lleno en la cara Stephan.
- ¿Se puede saber que te pasa?- reclamo molesto y adolorido su hermano pequeño.
- Nada que me ha de pasar.-
- Algo te pasa definitivamente - era una afirmación mas que una sugerencia.
- ¿Qué...? ¿Estas de psicólogo, hermanito? - se voltio a verlo con un libro mas pesado y grande que lanzo de inmediato a Stephan.
- Hablar no te haría mal, de vez en cuando... ¿es por Katherine?- pregunto acercándose lentamente a el.
- Por favor, ahórrate sus dotes de hermano preocupado y ocúpate de tus asuntos....- camino hasta el bar molesto con el entrometido de su hermano y se sirvió una copa completa de bourbon.
- Damon...si estoy preocupado...en especial porque Elena se preocupa y eso me molesta...- dijo derrotado.
- ¡Uhhhh! Elena gastando minutos de su corta vida, pensando en mi, ¿eh? Debes estar tan frustrado hermanito, el hermano guapo usurpando minutos de tu novia...que regocijo, para mi, claro. - soltó chulo y se paro frente al fuego de la chimenea.
- Damon...
- No te gastes hermano, no me sacaras una palabra...- Damon bebió de su copa con avidez y se sirvió un poco mas.
- Esta bien lo he intentado...- se dio la vuelta alejándose de su insoportable hermano mayor, depositando el enorme libro en el estante vacío.
- ¡¡Tus intentos son patéticos Stephan!! ¡Ah! Y dile a Elena que la veré mas tarde, para sacarla de la incertidumbre de pensar en mi.- acoto.
- Eres insoportable,¿ lo sabias?-
- ¡Claro que si! Me licencie en eso, Stephan. - su hermano menor sube las escaleras y abandona la biblioteca, y Damon se incorpora mirándolo irse. - ¿Qué no quieres ver mis títulos? ¡¡Me los he ganado a pulmón!! - le grita y sonríe satisfecho al ser inaguantable.
Minutos después la copa en su mano tibia, vuelve a tocar sus labios, la idea de Misha no le abandona y sus ansias por su sangre tampoco, ese hombre le trae muchas preguntas a la cabeza y todas relacionadas con su sangre, porque no puede borrarle los recuerdos. porque no pude manipularle a pesar de no tener verbena en su poder, se pregunta si la tendrá en su sangre, pero no hay un solo lugar de su anatomía que huela siquiera un poco a esa hierba, piensa en sus ojos azules, piensa en esa boca y en la manera de caminar tan particular, piensa que no debería estar pensado en el y si, tanta hambre tiene de el debería levantarse de su sillón ponerse una chaqueta e ir a matarlo, disfrutar de su sangre que tanto deseo le provoca y terminar con el asunto.
Pero se mantiene en su sillón, se queda estático y rompe la monotonía llevando nuevamente mas bourbon a su sistema sanguíneo, el cual le provee de el falso calor corporal del cual carece, cierra los ojos recordando su aroma y su palpitar y la sed de sangre se agudiza en su cuerpo, haciéndola insoportable, sus ojos cambian puede sentirlo como sus pupilas palpitan, queman y se tiñen de rojo, recuerda de repente como le dijo que lo odiaba.
Fue lo único que alcanzo a escuchar cuando el torrente de Misha tomo velocidad por su enojo.
La boca se le seco y tomo el ultimo sorbo de su copa, se levanto perezoso y camino de nuevo a la barra, dejo el bourbon a un lado y tomo un trago directo de la bolsa de sangre de hospital, la degusto y le supo tan insípida y repugnantemente fría que casi la escupe, no podía alejar de su cabeza al profesor y eso le fastidiaba mas, a pesar de que no quería pensar en el y era en lo único que estaba ocupándose esa noche, su olor, su mirada, su sangre, su boca y ese cuello de piel blanca, y cada pensamiento le carcomían cada neurona en su cabeza. Lanzo la copa contra la pared haciéndola estallar en miles de pequeños pedazos y golpeo la barra con odio.
Esto tenia que detenerse ya, el no iba a obsesionarse con un profesorcito, mañana mismo lo torturaría hasta que le dijera la razón de su fuerza mental, por la cual no sucumbe ante el y después se daría un festín; con la solución de sus problemas en la cabeza decido irse a la cama, ya pensando en como lo mataría y lo que le haría, pensamientos llenos de Misha, pero desde un ángulo donde el deseo no tenia cabida para el.
La mañana siguiente, el y Yemma llegaron a las caballerizas y se preparaban para las clases teóricas y las practicas mas tarde en ese día, se sentía mucho mejor después de ver a sus amigos y dormir mas placenteramente, la voz chillona de su alumna no viva, lo saco de su paz y del cubículo donde desmontaba a Yemma.
Miro fuera y por el pasillo de la caballeriza, notando la figura de Caroline que venia saltando y corriendo con un panfleto, agitándolo en el aire, esa chica distaba de cualquier macabro estereotipo de vampiro, porque seguro que no se puede ser mas alegre, eso era imposible.
- ¡Profe! ¡Profe! ¡Al fin lo encuentro! ¡Mire!.- le sostuvo frente a los ojos un panfleto con la propaganda de una feria que organizaba el colegio.
- Una feria... ¿en serio? - la sonrisa de la rubia podría desmayar lo de lo radiante de la misma.
- Sip, yo me perdí la ultima, generalmente las organizo yo, pero fue el día que me morí, así que.... esta no pienso perdérmela ¡y será espectacular! - alzo su mano deslizándola a un lado mostrando una cara de futuro éxito en su semblante.
- Esto realmente te gusta, ¿no es cierto?- la miro con su cejas levantadas y una sonrisa divertida, esa chica era un personaje en toda regla.
- ¡¡¡Si!!! ¡¡Amo organizar eventos!! Y que salga todo bien claro - da mas saltitos de la emoción riendo tontamente - ¡oh! Si, antes de que se me olvide, venia a pedirle si nos ayuda con Yemma en la feria, habrá muchos niños por el pueblo y les encantaría dar una vuelta en un poni tan lindo o algún otro caballo... ¿Qué dice? ¿quiere participar, profesor Collins? - a la rubia solo le falto ponerse de rodillas y suplicar.
- Ok, si, a Yemma y a mi nos encantaría entretener a los niños por la tarde...porque será por la tarde ¿no? - ya se sentía mas como el mismo, alegre y servicial, una feria era una manera de despejarse; aunque la anfitriona de la misma sea una vampiro; exceptuando eso todo lo de la feria era una regalo que no desperdiciara.
- ¡Si! Si, claro vayamos con el director y arreglamos los detalles, muchos detalles - la rubia lo agarro del antebrazo y tiro de el apresurada para empezar con los preparativos.
Las clases habían sido suspendidas, todos colaboraban para la feria en beneficio del colegio para terminar el nuevo gimnasio y demoler le viejo para hacer canchas de deportes al aire libre, los alumnos perseguían a los profesores por los pasillos, en vez de ser al revés, pidiendo materiales y herramientas, todo el ambiente era apresurado, montarían un día entero de feria, desde la mañana hasta entrada la noche, los juegos y entretenimientos eran todos organizados por Caroline, tenia que admitir que la chica estaba en todos lados y sabia todo lo que se necesitaba y seguro recaudaría mucho dinero con esa actitud de líder que le salía por cada poro, todo en beneficio del establecimiento claro.
Tenían un día antes de abrir la feria y tener todo listo para los concursos, los paseos, los túneles del amor y del miedo, la casa de los espejos, las golosinas, lo juegos mecánicos y de azar y por supuesto la Noria, Caroline había conseguido una noria espectacular de 20 metros de altura, hace ya unos meses, la chica tenia la perspicacia de adelantarse a los hechos y superar con creces la feria que su amiga intento armar para ayudarla la ultima vez.
Los caballos mas mansos fueron a parar al centro de la feria, liderados por Yemma que estaba mas que acostumbrada a la gente en general y al ruido de la muchedumbre, el poni parecía mandarlos y dirigir el circulo de monta, era el único que andaba suelto y en la practica que Misha monto con los hermanitos pequeños de los estudiantes voluntarios, probo la capacidad de los caballos ante los pedidos inexpertos y demandantes de los niños, para ver que no tiraran a nadie; Yemma tiraba de los caballos cada vez que eran montados dictaminando el ritmo para el paseo.
Todo el mundo quedo maravillado con su pony y el estaba muy orgulloso de ella, entrada la tarde las cosas parecían estar en su punto para el día siguiente, pero Caroline seguía corriendo, con detalles - como los llamaba ella....- y Misha la veía correr de un lado al otro del recinto, empujando gente para que hicieran los mandados y para que se terminaran las pancartas y repartieran bien los premios.
La verdad no la vio venir, cuando el estaba guardando al ultimo caballo en su cubículo correspondiente, lo sorprendió de la misma manera que venia haciéndolo Damon y en un instante en que su corazón casi se le sale del pecho pensando que si era el, termino escuchando a la rubia y asintiendo sin pensar realmente lo que decía la chica, solo se quedo allí unos instantes pensando que de verdad había herido al vampiro por sus palabras de desprecio y odio.
El ya se arrepentía de ellas.
Y ahora por la insistencia de Caroline y su inconsciencia al responder, estaba caminando a la estructura que seria el túnel del amor para las parejas de entre 16 y 18 años, había accedido sin quererlo, el día había trascurrido rápido, pero había hecho muchas cosas y aparte de que el mantener en forma a los caballos era un trabajo arduo, al distraerse pensando en Damon termino aceptando una tarea mas.
Damon se paso todo el día pensando cuando atacaría a Misha, lo observo todo el día, desde que salió de su actual residencia y se monto en su pony para llegar al colegio y aun así no había movido un musculo en su contra, lo vio reír con los niños, lo vio cepillar a cada uno de los corceles, incluyendo esa miniatura rubia, lo vio revisando los cascos de cada pata, lo vio sentirse orgulloso de su pony, lo vio charlando con Caroline y los otros alumnos, ir y venir con gracia y alegría y el solo quería arrancarle el corazón del pecho y acariciar el palpitante musculo mientras se apaga la luz del profesorcito frente a el, pero sus pies se negaban a dar los paso que lo acercarían a el y tal vez por verse flaquear y no hacerlo.
Stephan se paro detrás de el con una caja llena de adornos y se quedo allí hasta que el noto, lo que en realidad estaba mirando su hermano mayor.
- Misha Collins, ¿eh?, ¿es eso lo que te tiene tan malhumorado?- dijo intentando conciliar algún tipo de relación con su sangre, su hermano.
- No se de que hablas...-dijo sin apartar la mirada del profesor, que cruzaba el campo entre las taquillas de juego de azar.
- Por qué no le sacas el ojo de encima entonces, ¿eh?- continuo indagando.
- Stephan....Sabes...- se da la vuelta para mirarle de cerca, pero un enorme caja de adornos se lo impide y lo mira con reticencia tomando algo que cuelga de la caja y metiéndolo dentro con asco.
- Si...- Stephan espera paciente esperando una respuesta mejor que la de la noche anterior.
- Si tu...uhmm...si tu tuvieras que...- dijo pensándose cada palabra, sin parecer débil ante su hermanito menor.
- ¡¡¡STEPHAN!!!- se escucho el grito de Caroline detrás de ellos, esta arrastraba a Elena por todo el campo y la morena no podía tener mas cara de cansada porque Caroline no le dejaba desmayarse en el pasto.
- ¿Si?- se volteo a verle e interrumpiendo lo mas cercano a una conversación con su hermano mayor que nunca tuvo.
- ¡¡Estoy esperando esas cajas!! ¡¡Y esta chica esta que se muere por irse, pero no lo hará hasta que coloquen todo eso!- reclamo mandona como solo ella podía ser.
- Bueno porque no la dejas ir y yo terminare esto y todo lo que tu quieras, Caroline, sabes que podemos hacerlo en un instante, déjala ir...- le pidió amablemente con toda esa ceremonia caballerosa que lo caracterizaba.
- Ok - la rubia sonrío soltando la muñeca de Elena que en silencio y sin fuerzas le agradeció con la mirada.
- ¿Que hacías? - pregunto la morena al ver que Caroline se alejaba feliz de tener a su disposición un vampiro mas viejo y veloz que ella.
- Estaba aquí...- se volteo a ver a su hermano - hablando...- soltó con aire desinflado y mirando para todos lados se quedo interrogante.
- ¿Con?...- se acerco a el ya asustada de que otra amenaza los aceche.
- Damon....- miro al horizonte tratando de sentir el aroma de el profesor, pero no noto nada en el aire y apoco a su hermano que se esfumo en el aire, como siempre.
- ¿Damon?...hablaste con el o no. - dijo Elena cruzándose de brazos frente a Stephan.
- Lo intente...- la miro y asintió que no lo había intentado del todo bien.
- Stephan, sabes que cuando Damon fue traicionado del todo por ya sabes quien, que no quiero ni nombrar porque me da grima.- tomo aire para seguir hablando a toda velocidad - tu hermano se pone...peligroso...e inestable y se le da por matar todo lo que se le cruza....- susurro lo ultimo para que la gente que aun estaba a su alrededor por casualidad no les escuchara.
- Lo se, pero no es eso, es algo distinto pero te prometo que averiguare de que se trata, ok?- se inclino como pudo para besarle pero la caja se lo impidió y Elena dio un saltito hacia sus labios terminando la tarea con una sonrisa - bueno, si me dices donde tengo que poner esto terminaremos y nos iremos....- dijo mas a gusto con su chica.
- Ok sígueme - le dijo coqueta.
- Sabes que tengo mucha suerte de tenerte, ¿no?- le dijo caminando a su lado sin perder detalle de su chica.
- ¡Lo se! Je, espera lo dices por Damon, ¿verdad?
- Si...el amo mucho a Katherine.., y ella nunca lo quiso, eso aunque el no lo diga lo lastimo para siempre, a veces pienso que no encontrara el amor nunca...- menciono distraído con el edificio frente a el.
- ¡Stephan!- le reto.
- ¿Que?-
- ¡Nunca es mucho tiempo!... alguien seguro sucumbirá a el...por propia voluntad...y no le temerá...y tal vez si tiene suerte se enamore de el...a pesar, de todo, su… emm, tu sabes...comportamiento - dijo haciendo ademanes con las manos, intentando explicar su sanguinaria conducta.
- Si...percances vampíricos...- la miro inocentemente viéndola sonreír dulcemente y ella se colgó de su brazo.
- ¡Sip! No hay que perder las esperanzas, Stephan, hasta puede que se case y se vaya lejos, bien lejos de nosotros dos…
- ¡Ojala! - ambos rieron por la broma pero tenían que admitir que Damon no era fácil de llevar...pobre del alma que pusiera sus ojos en el.
En el túnel del amor Misha se peleaba con los clavos y las decoraciones luminosas rosas y lilas del lugar, no llegaba al maldito tirante y todo ese papel mache con formas de corazones y estrellitas y rosas, como cascada no se lo facilitaban nada.
Estaba acalorado allí adentro, aun no habían colocado las ventilaciones al exterior y hacia bastante calor o tal vez era el que estaba cansado, traspirado, con olor a pony seguramente y solo quería una cerveza fría, “Si....” pensó en algo frío y refrescante atravesando su garganta y cerro los ojos imaginándolo.
- Mucho trabajo, ¿eh? - dijo Damon a sus espaldas y Misha pego un salto del susto.
Se volteo a verlo dispuesto a maldecirle por seguir asustándolo, pero apenas vio esos ojos se le olvido toda la bronca y sintió el arrepentimiento de decirle a ese hombre que le odiaba, que no le soportaba y que detestaba su presencia; lo miro unos minutos y ninguno de los dos pareció notarlo, Damon dio un paso y su mano temblaba y no lo entendía, tomo el cable con las lucecillas miro hacia arriba y lo fijo a la viga, solo eran unos centímetros en los que Damon pudo estirarse mas que Misha y con su otra mano libre, tomo de entre los dedos de Misha el clavo y colocarlo donde debía, solo empujo con su pulgar hacia adentro hasta afilar su objetivo.
Bajo los brazos ya habiendo terminado la tarea y noto que Misha no despego sus ojos de él, el olor de Misha era mas fuerte y mas tentador y dio otro paso mas arrinconando a Misha contra la pared, colocando sus manos a ambos lados de la cabeza del profesor y reclinándose sobre el, inspiro suavemente, pero de manera larga y perezosa, llenándose los pulmones de esa esencia y lo miro con la intención de controlarle, pero nada paso.
Misha fue a abrir la boca, pero un hilo de aliento se le escapo antes de pronunciar palabra y esto saco a Damon de su poco auto control y coloco rápidamente sus manos alrededor de su cuello, apretó con ganas y Misha solo lo miro, lo miro sin miedo, sin nada malo en esos hermosos ojos azules, solo sosteniendo el martillo en su otra mano y sin pensar en defenderse con el, y dijo su nombre.
- Damon... - soltó en un hilo de aire.
- ¡Tu!... ¡Cállate! Déjame matarte....- soltó haciendo fuerza con el mismo, por que quería matarlo, pero su manos no le obedecían ni siquiera hacían la presión necesario para cortarle el oxigeno.
- ¿Quieres matarme? ¿Por qué? - pregunto, ladeando algo la cabeza... un movimiento imperceptible para cualquiera no para Damon.
- Porque, porque, porque....eh… porque...- se perdía en los movimientos de esos labios, al pronunciar las palabras y acercándose mas a el.
- Damon....hazlo anda....- dijo Misha tan tranquilo que saco de sus pensamientos conflictivos al vampiro, asustándolo por primera vez en su vida, porque no sabia lo que le estaba pidiendo en realidad.
- ¿Quieres que te mate? - le pregunto incrédulo y viéndose incapaz de hacerlo, soltando solo un poco el agarre.
- No, quiero que me beses de una vez...- dijo sinceramente y sin tapujos.
- ¿Como?- claro, estaban a milímetros de la boca del otro, pero Damon no se había dado cuenta.
- Bésame, Salvatore, hazlo...- la mirada de Misha le penetraba inclemente, podía sentir cada uno de sus huesos vibrar descontroladamente, podía sentir como su muerto corazón latía sin necesidad de sangre o alcohol, y eso no era posible.
- Estas loco.... ¿Porque habría yo de besar a un tío?, eres un tío, lo sabias, ¿no? - Misha se le quedo mirando, mas sorprendido aun cuando el vampiro parecía trastabillar hacia atrás.
- ¿No quieres? - dijo desilusionado, dolido.
- ¡NO!... ¿Tu si? - le pregunto con incredulidad, con todo su cuerpo pidiendo algo que el no entendía para nada.
- No... ya no....- Misha soltó el martillo y salió del túnel del amor, con una fuerte puntada en el pecho y con la cabeza a gachas, metiéndose la manos en los bolsillos para ocultar sus puños cerrados y casi blancos por la presión.
Salvatore lo miro y con su velocidad camino hasta colocarse frente a el en un instante, mirando su abatido rostro.
- ¡Podrías irte, no quiero verte ahora mismo, Damon!- le exclamo con fuerza y se lastimo la garganta, carraspeando la palabras mientras seguía su curso a las caballerizas.
- Sabes desde que tengo memoria eso es un aberración, lo que pides, se que en estos tiempos hay de todo y todo es normal, pero yo soy un antiguo y no creo que... - Misha se detuvo y levanto mirada.
- ¿Qué edad tienes?- susurro.
- Hm 176 años....- lo miro, se miraron y Damon de verdad quería tocarlo, pero eso no cabía en su mente...aun.
- Ah....- dijo y siguió camino, pero paro y se volteo a ver al vampiro que se había quedado quieto, allí en su sitio sintiéndose viejo - ¿y no te da curiosidad? - replico con un hilillo de esperanza.
- Tu...de verdad… ¿eso es lo que quieres??- no entendía a Misha, no entendía porque en vez de auto tenia un pony, no entendía su necesidad repentina, de el para “eso”.
- ¿Tan raro es? Se que puede que no lo entiendas pero...- Damon agiganto sus pasos y en menos de cinco pasos estuvo junto a el.
- ¡No! ¡No! El que no entiendes eres tu... - se acerco a el, invadiendo su espacio personal de nuevo- ¡es que no puedo creerlo! ¡Eso es todo!, hace 150 años intente que una sola chica se enamorara de mi y no de mi hermanito y he deseado que ella desee que la corteje y tu quieres un beso. Así, nada mas...- lo miro incrédulo con el corazón en la garganta y las manos le temblaban mas.
- Ehmmm... yo no se que habrá pasado en tu vida, Damon...pero, no me importaría escuchar de ella y si quiero. Desde que te vi, no he parado de pensar en ti y me esta volviendo loco, necesito que me beses y ver si es así de fuerte lo que siento o solo es por que no estas en el plano natural de la cosas - argumento decidido y directo, ya no podía pasar mas días expectante de que Damon le mate o no, sin saber lo que de verdad siente por el.
Damon estaba atónito, sin habla, sin coherencia, no lo soportaba mas y apago el swicht de su conciencia, aquel que le permitía matar a todas esas pobres víctimas y las destazaba por gusto, sin arrepentimientos, lo apago y se adelanto lo que sobraba de espacio entre ellos y lo beso, solo coloco sus labios sobre los de el, sosteniendo su figura frente a el con ambas manos a los lados del rostro de Misha. Frunció el ceño ante la sensación de la barba sempiterna del profesor y le escucho suspirar, eso lo empezó a relajar, sentirse un ser completo por fin, era uno como lo recordaba, centrado, balanceado, un maquina de matar y destruir vidas.
Misha movió su labios captando mas la atención de Damon y disfruto del contacto, sus piernas flaqueaban y su corazón se disparo completamente fuera de su ritmo normal de latidos, su sangre corría tan veloz que le vibraba en el cuerpo y se sintió flotar, Damon se aparto uno milímetros de el para dejarle respirar y apoyo su frente contra la de Misha y lo observo unos instantes, Misha permanecía con los ojos cerrados en ese atardecer y así se quedo el profesor... sumido en su contacto, y el no pudo, no quiso, resistirlo mas y se fue.
El profesor Collins exhalo desesperado, mirando perdido a su alrededor, sin saber que paso, se encontró solo en un solo instante, y supo que no se repetiría, que Damon si se arrepentía de ello y que no quería volver a verlo.
Cuando pudo dar un paso, después de eso, ya estaba la noche cerrada sobre el, camino lento a las caballerizas y se tendió en la paja junto a Yemma, el caballito se acerco a el y lo consoló mordiendo los mechones de su pelo negro, suavemente y pellizcando sus mejillas con los labios, notando lo salado de estas, relincho muy fuerte alterando a los caballos de la cuadra por esa sensación salada en su dueño.
No se aparto de el y dejo que se durmiera en su compañía, algo le había hecho daño a su amigo y no sabia que, pero el pequeño animal empático por naturaleza, le acariciaba el cuello y le mordía el pelo de a poquito mostrándose comprensiva con el.
continuara...