Trapped {5/?¿}

Aug 23, 2011 18:30




Titulo: TRAPPED
Autores: DestielWinchi y Elghin
Fandom: RPS
Parings: Chris/Jensen, Chris/Steve, Jensen/Jared, Alex/Merg.
Rating: + 17, esto puede cambiar y aumentar según avancen los capis.

Warnings: Violencia explicita, sexo gay, death character, no-con, palabras altisonantes.

Estado: En Proceso, pero muy adelantado.

Disclaimer: Ninguno de los siguientes actores mencionados nos pertenece (lo cual es una lástima), los nombres, marcas, títulos de canciones y programas o series pertenecen a sus respectivos creadores y compañías. Nosotros no ganamos nada haciendo esto, mas que una perversa satisfacción al plasmar y compartir nuestras ideas, osea no percibimos ni un miserable centavo por hacer esto. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Summary: Chris Kane y Jensen Ackles han compartido muchas cosas a lo largo de su vida, son los mejores amigos y nada en el mundo podría separarlos, a excepción quizá de un secuestro. Steve ha estado secretamente enamorado de Kane desde que lo conociera en la universidad, ambos comparten su pasión por la música y tienen una banda exitosa, salvo que Steve mantiene una doble vida que pronto acarreara muchas desgracias a la vida de todas las personas a quienes ama.
¿Sera posible amar a la persona que te entrego a las puertas del infierno?, ¿Es posible perdonar a quien arranco de tu lado una parte de tu corazón solo por dinero?, ¿Qué pasa cuando esa persona es tu amigo?.

Capitulo 5

-PESADILLA, CUANDO TUS PROPIOS DEMONIOS ALCANZAN LO QUE MAS AMAS-

Cuando Steve llego al almacén donde la banda de matones se reunía saco la cuarenta y cinco, cargándola antes de volver a esconderla entre su ropa.
El sabía lo que hacía, lo sabía bien, no por nada había sobrevivido tantos años en ese mundo, consiguiéndose la reputación que le precedía haciendo que varios de sus “compañeros” le temieran; tomo el cuchillo que solía esconder en la guantera, metiéndolo en la manga de su chamarra. Salió del Camaro y con paso decidido se metió al almacén.

El vacio lugar contaba con muchas cadenas colgando del alto techo, antes utilizadas para mover maquinaria pesada pero que ahora se utilizaban para otros fines, como colgar gente que no paga lo que debe.
Lorenzo lo miro desde la mesa con suficiencia, disfrutando de la autoridad que aun gozaba sobre el tan solo por haberlo llegar hasta ese lugar.

- Tardaste mucho. - fue el brusco recibimiento que recibió por parte de Lorenzo.
- No me apetecía ver tu inmunda cara tan pronto. - le miro desde arriba con el desdén pintado sus celestes ojos, los hombres a cada lado de Lorenzo le miraron con algo que pudo descifrar como simple y atroz miedo, lo sabía, tanto tiempo metido en ese mundo le permitía percibir ese sentimiento, olerlo directamente del aire.
- No importa tenemos trabajo, Stephan quiere que le hagas un favor a un amigo suyo. - le indico sin siquiera mirarle. - Steve solo alcanzo a proferir una sonora risa que retumbo por todo el local vacio.
- ¿Tú crees que me vas a engañar con eso? - para esos momentos su arma ya había salido a relucir de entre sus ropas y la meneaba entre sus dedos rozando el gatillo cada cierto tiempo. - Hable con Stephan ayer, le deje claro que me iba, ¿Crees que no se dé que se trata esto? - apoyo el cañón del arma en la mesa mirando sin parpadear a Lorenzo, su negro bigote y su gruesas cejas empezaban a supurar sudor....
- Y según tú, ¿De qué trata todo esto? …niño bonito. - se burlo otra vez sin dignarse a mirarle, el juego de cartas que tenía en las manos era mucho más interesante que Steve y su arma, aunque por dentro el miedo estaba comenzando a ganar terreno a su fachada de seriedad e indiferencia.

En un arrebato Steve desmonto la mesa, arrojándola sobre el hombre de su derecha desestabilizándolo, el cual cayó de espaldas contra el suelo, rompiendo la silla en la que estaba sentado en el proceso; el de su derecha estaba acojonado, tanto que su mano temblaba sin control alguno, imposibilitado para empuñar bien su arma. Steve aprovecho su miedo y con un rápido movimiento de sus manos le corto la garganta con el cuchillo que escondía en la manga de la chamarra de cuero y con su arma en pleno vuelo le pego dos tiros en ambos brazos.

Con lo hombres caídos y aquel tercero que no sangraba, pero que visiblemente temblaba del miedo y en un intento de salvar su patética vida corrió, buscando escapar de lo que se avecinaba pero que sin embargo fue atrapado en menos tiempo del que le tomo dar su primer paso; Lorenzo conocía muy bien a Steve y sabia que él no se andaba con rodeos de ningún tipo, era impulsivo y sin lugar a dudas era alguien sumamente peligroso cuando se le provocaba. Steve se sentó sobre su compañero y tiro de su corbata para hacer que lo mirase.

- Esto trata de que quieres mi puesto… Lorenzo. - soltó el nombre con asco en la voz y en su mirada, su mano jalando un poco más la corbata, apretando el ajuste sobre el cuello negando mas y mas el paso del aire a los pulmones de ese hombre tan despreciable. - Ese lugar junto a Stefan que tanto deseas y no es que me importe mucho cederlo, pero no voy a dejar que me maten por un capullo chupa pijas que no hace bien su trabajo. - le escupió en la cara y se guardo la cuarenta y cinco tibia en su cinturón.

El miedo en los ojos de Lorenzo era casi palpable, pero aun así vio algo en ellos que no le gusto nada. Le miro, examinando su rostro en busca de algo que le diera algún tipo de respuestas, pero lo único que encontró fue miedo.

- Ve con Stephan, el te explicara todo. - le susurro antes de que Steve le soltara dejándolo caer contra el piso completamente.

- Eso ya es inevitable, no puedo dejar tantos muertos a mi paso y tú realmente no vas a decirme que pasa. - él sabía que si no iba con Stephan contándole con lujo de detalles su travesías se las vería negras, al muy bastado le encantaba la capacidad de relato de Steve, por eso el era el principal encargado de las letras en la banda, su capacidad para transmitir diversas emociones en sus palabras lo hacía alguien único.
- ¿Que muertos? -rio nervioso- yo puedo ocuparme de Carlos y el otro no hay problema. - una mueca de nerviosismo lo saco de dudas hablaba de él. Steve se llevo el arma a la sien y comenzó a hablar nuevamente.
- ¿Ves? por eso digo que no haces bien tu trabajo, hace mucho aprendí que si hieres a alguien como yo te herí a ti y que aparte asesine a tu hermanito Carlos no tardara mucho y vendrás por mí en busca de venganza y eso es algo que no puedo permitir, yo no mesclo mi vida personal con el trabajo, no dejo cabos sueltos que me jodan la vida. - dijo sin más, pegándole un tiro entre los ojos y saliendo del lugar.

Se metió en el Camaro al tiempo que limpiaba su cuchillo, encendió el motor que ronroneo cuando la llave giro y se fue al restauran donde Stephan pasaba sus días fuera de la cárcel y realizaba la mayoría de sus negocios.

El dichoso restauran era lujoso, tenía un servicio excelente y servían una comida exquisita, a la cual no cualquiera podía acceder por los precios estratosféricos de cada platillo. Pero Steve le odiaba por lo que simbolizaba.
La guarida del lobo como la llamaba habitualmente; durante todo ese tiempo al servicio de Stephan se había vuelto incluso más influyente que él, pero sin embargo jamás había hecho por escalar más alto, simplemente porque él no necesitaba esa mierda, solo el dinero. Dinero que pronto empezaría a ganar de forma constante y honrada con su música. Lo que le abría la posibilidad de dejar todo aquello atrás, pronto ya no tendría que obedecer a nadie en absoluto.

Solo unos cuantos trabajos más y se libraría de todos ellos.

Al llegar a la mesa de su jefe, se percato de que este no estaba solo, cosa muy extraña ya que Stephan no permitía que nadie se sentara con él, a menos que ese "nadie" fuera realmente importante. El hombre en cuestión iba vestido con un traje azul marino, que a simple vista se veía incluso más fino del que tenia puesto Stephan, su cabello era corto y oscuro, con unos ojos verdes que por momentos parecían ir al azul mas frio, tan fríos y despectivos que congelarían de miedo a cualquiera, cualquiera menos a el que estaba tan acostumbrado a lidiar con gente así. Pero lo que en verdad le sorprendió fue el nerviosismo e incluso miedo con el que su aun jefe se movía en su asiento, como si la sola presencia de aquel hombre fuera suficiente como para matarle.

- Al fin llegas Steve. - le saludo con falsa amabilidad pintada en su nerviosa voz. - Quiero presentarte a Alex O'Loughlin, el será de ahora en adelante tu... tu nuevo jefe. - el hombre trago grueso al sentir la mirada complacida del hombre, respirando aliviado por la implícita aprobación en sus ojos verdes.

- Nuevo… jefe.- lo miro atónito ni que él fuera un simple objeto para ser vendido o intercambiando al mejor postor.
- Si, le debo un favor a Alex y él se ha enterado de tus "talentos" y cree que le serás de utilidad para algo que se trae entre manos.

- ¿Talentos? - pregunto sin saber si eso era un alago o solo un insulto disfrazado. - ¿Es productor de música? porque soy excelente con la guitarra. - se mofo sin pena, pero se quedo inmóvil por la sorpresa después de un segundo en que su mirada se cruzo con la de ese hombre, no se creía que ese tipo enchulado hasta los colmillos le sonriera de esa manera tan... perturbadora.
- Soy muchas cosas en esta ciudad Carlson. - esta vez fue el hombre de traje quien hablo, cortando de golpe la burla. - Soy socio mayoritario de la disquera donde tienen su contrato tú y tu banda. - le aclaro.
- ¿Como mi disquera?- la mueca que se le formo en la cara seguro mostro el estado de descomposición de su estomago al ver un cabo de "esa vida” con la de su banda, su vida personal, con Chris.
- Así es. - respondió tranquilo, frio, como si ese hecho no le importara en lo mas mínimo. - Es una de tantas empresas que tengo o de las que soy socio. Pero mi verdadero negocio, por así llamarlo es el tráfico de armas, casi todas las personas en esta ciudad que han comprado una pistola de seguro la tienen a causa mía. Incluso la tuya debió haber sido conseguida a través de uno de mis intermediarios. Con decir que el departamento de policía es mi mayor cliente, bueno uno de tantos, pero eso no lo saben ellos o al menos la mayoría.
- ¿Por qué yo?- su rostro se endureció su pupilas se cerraron al máximo y un odio salido de quien sabe donde por ese hombre que no conocía comenzaba a quemarle en las entrañas, a tal punto que no se creía capaz de soportarlo por mucho tiempo.
- Eso es simple, porque el nuevo gobernador se está metiendo en mis asuntos, bueno, más bien se está resistiendo a mí y eso es algo que no puedo permitir. - el hombre sonrió de tal forma que a Steve se le revolvió el estomago, no por asco ni mucho menos, si no por miedo. Un miedo que no se había permitido sentir en mucho tiempo, la sola implicación del nuevo gobernador de la ciudad le estremecía, pues ese hombre era el padre de Chris.
- Reginald Kane necesita una buena lección para que aprenda a no meterse conmigo y tú me ayudaras con eso. - Alex se recargo contra la ostentosa silla, despreocupado sin ningún ápice de preocupación por la respuesta de Steve.

Podía sentir la loción del sujeto de lo cerca que estaban el uno del otro, la cercanía entre ellos solo sirvió para hacerle notar la contundencia y la seriedad de las palabras de Alex.

- En que podría yo... - comenzó a decir Carlson, pero antes de poder siquiera terminar la frase Alex le corto intempestivamente.
- Secuestraremos a su hijo. - soltó sin más, como si solo le hubiese dado la hora.

La fría realidad de estar atrapado recorrió su piel de cabo a rabo, no podía ser verdad lo que escuchaban sus oídos, no podía ser verdad lo que sus ojos le mostraban, esa sonrisa de suficiencia y satisfacción anticipada de que se saldrá con la suya. No podía ver a Chris en todo eso y de pronto el recuerdo de las palabras de su amigo de que no le esperarían para empezar la gira le alivio en cierto punto, ya que Chris estaría muy lejos de allí para cuando este ser carente de benevolencia se diera cuanta y pusieran en marcha lo que estaba planeando. Pero Steve no conocía a Alex en lo más mínimo y por lo tanto desconocía que ese hombre siempre solía estar dos pasos delante de cualquiera.

- Supongo que partirán para la gira mañana en la mañana, así que lo haremos hoy, llévalo a este bar. - le ordeno entregándole una tarjeta, sin siquiera parar en la cara de desconcierto que aun mostraba el músico. - Les dejaran entrar sin problema, todos mis empleados ya saben de ustedes, y por favor no lleguen tarde. - dijo levantándose de la mesa. - Y una cosa más Carlson, ni se te ocurra intentar algo porque en ese mismo instante esos actores amigos suyos se mueren. - soltó la amenaza con tal convicción y maldad que a Steve se le helo la sangre al escucharle, jamás había conocido a una persona tan desalmada y sin escrúpulos como ese hombre.

Incluso el, con toda esa fama que se cargaba encima pensaba dos veces antes de jalar el gatillo de su arma pero Alex no se tentaba el corazón para nada. Quería contestarle algo, negarse, escapar con Chris a donde nadie pudiera encontrarles, pero no podía, ese hombre lo tenía completamente a su merced a tan solo unos escasos minutos de conocerse y hasta que encontrara la manera de pararle no tenía más opción que... aceptar sus órdenes, aunque estas le destruyeran por dentro.

No podía permitir que les hicieran daño, a ninguno de sus amigos y por lo tanto pensó que tal vez si el... participaba del secuestro y estaba allí hasta el final, aunque Chris se enterara de lo que él hacía y no le viera nunca más, por lo menos sabría que no le matarían. Estaría dentro de esa bestia frente a él y por lo menos podría saber que hace, donde y hacia donde ira con Chris.

No había terminado de recuperarse de la impresión del primer encuentro ni de sus palabras cuando Alex ya se había marchado, dejándolo parado en medio de ese improvisado pasillo creado por las mesas del lugar solamente acompañado de Stephan y fue este quien se encargo de devolverle a la realidad.

- Steve necesito hablar con Lorenzo, dile que venga aquí cuando te vayas. - ordeno Stephan, recuperando su tono altanero una vez que Alex se hubo marchado del lugar.
- No creo que pueda.- dijo mirando la tarjeta, tratando de no mostrar todo lo que le producía ese hombre.
- ¿Por qué no ha de poder? - pregunto con fastidio por la manera en que Steve siempre le hablaba, creyéndose más que él, sin ningún tipo de respeto o miedo.
- Le mate...y a Carlos también así que no te gastes tus monedas en el teléfono que no contestara.- se recompuso lo mas que pudo, dispuesto a marcharse cuando Alex volvió a por su celular que yacía en la mesa, el cual olvido, de manera intencional, de eso estaba completamente seguro Steve, se miraron y Alex sonrió placido.

El hombre no hablo, solo sonrió. Una sonrisa que Steve odiaba desde ese momento en el que le escucho decir lo que le haría a su amigo. No podía creer lo jodido que estaba ahora y ni siquiera lo había visto venir. Se odiaba más que nunca por no haber dejado todo aquello tiempo atrás.

Camino hasta su Camaro con la tarjeta entre sus dedos, moviéndola de lado a lado, se mordía el labio con fuerza debido a la impotencia que le recorría el cuerpo y parpadeaba más de lo normal para no dejar escapar las lagrimas que se agolpaban en sus ojos, se subió al auto y arrojo el cuchillo en el parking del restauran, conduciendo directamente hacia donde el bus de la banda debería estar arrancando para salir de la ciudad.

Steve rogaba que fuera así y que Chris ya estuviera alejándose de la ciudad y toda esa mierda que estaba por caerle encima.

Pero no fue así.

De última hora los de la disquera les habían llamado diciendo que pospondrían un día la salida de la ciudad por quien sabe qué motivos. Steve no necesito pensar mucho para adivinar quien estaba detrás de tan repentino cambio, cuando sus fechas de viaje eran completamente inflexibles e inamovibles. Maldijo al bastardo de Alex por poseer tanto poder dentro de la ciudad.

Resignado regreso al departamento, no sabiendo cómo actuar delante de Chris. No cuando estaba a unas horas de hacerle pasar por el peor de los infiernos; abrir la puerta fue lo mas difícil, inventarse una postura, el fingir que no sabía de la gira detenida por un día e intentar inventar algo para sacarlo de la casa, su casa, de ambos, para arrastrarlo a aquel bar, hacia un maldito destino lleno de horror y miseria, todo por su culpa y su maldita necesidad de dinero.

Al entrar en el departamento se encontró con la imagen de Chris dormido en el sofá, seguramente por la resaca que aun cargaba encima. Se veía tan tranquilo cuando dormía que Steve a veces solía verle, solo por el simple placer de hacerlo, apreciando sus facciones normalmente rígidas y fuertes suavizadas por el letargo relajante que el sueño proporcionaba, haciéndolo aun más guapo de lo que ya era. Ahora agradecía que él estuviera sumido en sueños porque realmente no se creí capaz de enfrentarle.

Diez de la noche a una hora del suceso, Steve lo llevaba en su Camaro al bar en forma de disculpa por haberse ido ese medio día, el auto estaba silencioso, Chris seguía cabreado y Steve intentaba conversar pero su amigo no contestaba, así que al final se sumieron en un silencio incomodo, un silencio que Steve no tolero mucho tiempo.

- Piensas dirigirme la palabra en algún momento de la noche. - pregunto sonriente, intentando conseguir un último buen recuerdo de Chris, porque después de esa noche estaba seguro que le odiaría a muerte.
- ¿Tú piensas seguir siendo un capullo que huye de sus amigos?- contesto sin molestarse en ocultar el disgusto en su voz ni en su cara en lo absoluto.
- Chris por favor. - rogo sin poder evitarlo, no quería discutir. - Te estoy llevando al mejor bar de la ciudad para disculparme. - Steve se odio a sí mismo por decir eso, llegando a sentir asco al ver en que se había convertido, mintiendo sin reparo a su amigo, como si fuera cualquier otro de sus "trabajos."
- ¿Ah sí? Y tú que sabes si soy yo el que te arrastra a ese lugar. - refuto clavándole la mirada
- Lo dudo mucho Kane. - contesto, llegando por fin al maldito lugar.

Steve estaciono el coche y apago el motor, Chris por su parte se bajo del auto, dejando al músico dentro, agarrando el volante con tal fuerza que sus nudillos se tornaron blancos debido a la presión.

Chris rodeo el auto sin molestarse en esperar a que Steve se bajara, caminaba con bronca, miraba al músico que permanecía sentado en el auto tratando de mantener la calma y el, que encontraste estaba a punto de reventar debido a los secretos que su amigo aun le guardaba.

Más que entrar al club quería romperle la cara y arrancarle las respuestas que durante tanto tiempo había estado esperando, para sacarle la verdad que siempre le había ocultado a él y a todos sus conocidos, pero no espero, camino con paso decidido hacia la puerta del club, una fría brisa lo detuvo en el filo de la cuneta que tenía el club justo enfrente y miro hacia atrás pero Steve seguía en el auto con las manos en el volante.

El no iba a esperarle, podía meterse su reconciliación por donde no le daba el sol, el se divertiría con o sin él.

Steve apretó aun más el volante si eso era posible al ver como Chris entraba al club "Midnight" propiedad de Alex, su nuevo dueño. Fue entonces que encendió nuevamente el auto y se alejo del lugar, dejando que un llanto amargo cargado de rabia y culpa brotara de sus ojos; las calles parecían un borrón en las ventanillas debido a la velocidad con la que manejaba, deseando poder estrellarse contra la pared más cercana, pero sabía que no podía, aun le quedaban asuntos pendientes.

Las farolas de la ciudad parecían marcar un lúgubre camino en lugar de iluminar la noche, eran como las velas de un funesto entierro, un entierro que el mismo había planeado horas antes.

La llamada fue hecha apenas una hora después de verse en el restaurant con Alex y Stephan, la voz neutra y sin emoción del traficante le había erizado cada vello del cuerpo mientras le contaba cada detalle de su plan para atrapar a Kane; Steve no pudo evitar ayudarle dado que la idea original de su nuevo amo era atrapar a Chris antes de que siquiera llegara a entrar al club propinándole una golpiza, el no podía permitir aquello así que le indico que sería mas fácil cuando su amigo estuviera ebrio , a Alex no pareció satisfacerle la idea pero cedió, de cualquier modo solo impuso una condición a ese plan, que Steve no le acompañara. Quería que su nuevo "aliado" se limitara a servir de chofer y luego se retirara, no quería que interfiriera con lo que tenía planeado.

Y eso fue lo que había hecho, había abandonado a su amigo, al hombre que amaba en las manos de la peor escoria que había conocido en su vida y eso le destrozaba aun, le saber que había dejado sola a la persona más importante de su vida en más de un aspecto.
Sabiendo que por su traición lo perdería todo.

Continuara…

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