Es de madrugada, por mi ventana entra una brisa casi fresca muy agradable. Hasta parece que huele un poco a campo, a jara y hierbas recalentadas por el sol de agosto. ¿Volveré a vivir otra vez cerca del campo, como cuando vivía en la ladera del Abantos, ahí con las vacas y las urracas? Cualquiera sabe qué vueltas dará mi vida, pero de momento no
(
Read more... )