Titulo: Maldito Hechizo
Autor:
destielwinchi Verse: Kid Curse'Verse (Esta vez fue culpa de
elghin , aunque
evian_fork y yo contribuimos un poco, no cabe duda que las madrugadas atrofian la mente)
Rating: PG
Disclaimer: Ninguno de ellos me pertenece, todos los derechos son de la CW y Erick Kripke, lastima.
Resumen: Un Dean de tres años es mucho peor que uno adulto.
-MALDITO HECHIZO-
- Madita buja, madita buja, madita buja. - refunfuña un pequeño niño de brillantes ojos verdes y cabello rubio, mientras camina de una lado a otro en la ahora enorme habitación.
El hombre alto que le acompaña solo le observa aguantando la risa que amenaza con emerger de sus labios y doblarlo con brusquedad sobre el suelo. Pero tiene claro que si llegara a hacer eso, perdería toda oportunidad de tener descendencia en un futuro. Que tu hermano ahora no mida mas de medio metro puede ser un problema, si lo enojas mas de lo que ya esta, trayendo como consecuencia una situación por demás dolorosa para su persona y sus "amiguitos" en la parte baja de su anatomía.
- Dean, calmate solucionaremos esto. - alcanzo a decir una vez que su ataque de risa estuvo lo suficientemente calmado como para permitirle hablar.
- ¡¿Como Sam?! ¡¿Como?! - grito con su chillona voz, apretando los puños a los lados de su pequeño cuerpo y con la cara roja por el coraje.
Esta vez la risa no pudo ser controlada por mas que Sam lo intento. El sonido que se escapo de su hermano fue estruendoso.
- ¿Cual es la gacia Sam? - pregunto bajito con los ojos entrecerrados.
- Es que... es que... - risa - Te vez... adorable... como los enanos de blanca nieves.
- Te demostade que es adodable Sam. - bufo el pequeño Dean acercándose a su hermano.
- No Dean espera... espera.
Un grito fuerte escapo de la habitación propagándose por todo el lugar.
- ¿Eso te padece adodable hedmanito? - pregunto con una amplia sonrisa el pequeño pecoso, mientras miraba al suelo.
Sam por su parte se retorcía en el piso del cuarto cubriendo su entrepierna con las manos. Su hermano podría ser pequeño, pero todavía era lo bastante fuerte como para causar daño. Sobretodo en aquellas partes sensibles.
Unas horas mas tarde y muchas compresas con hielo, Sam estaba frente al ordenador buscando la manera de revertir el hechizo que la bruja lanzo a su hermano.
Claro que eso pudo ser evitado si el pequeño Dean, al verse reducido no le hubiera disparado entre ceja y ceja, acortando así la manera de solucionar el asunto sin mas problema.
Normalmente ese tipo de investigaciones le relajaban un poco, el se concentraba y escapaba un poco de la realidad, mientras su hermano se ponía a ver porno por la TV o limpiaba sus armas. Claro que esas no eran opciones en este momento.
Y lo que normalmente resultaba en un bálsamo de paz para su mente, ahora era un fastidio gracias a la impaciencia de su hermano.
- ¿Ya encontraste algo Sam? - pregunto con la mirada fija en la torre de músculos que era Sam.
- No Dean, aun no. - respondió.
Cinco minutos mas tarde...
- ¿Ya Sam?
- No Dean, todavía no.
Cinco minutos después...
- ¿Sam ya?
- No Dean.
Un minuto después...
- ¿Sam?
- ¡¡No Dean aun no tengo la puta solución!! - grito exasperado al enano que suponía era su hermano mayor.
El pequeño le miro asustado y unas gruesas lagrimas comenzaron a brotar de sus enormes ojos, comenzando a llorar a todo pulmón.
- No, no Dean no llores no quise gritarte es que... - La frase quedo inconclusa ya que el pecoso fue a esconderse a un rincón en el cuarto. - Dean...
Sam fue hasta donde se encontraba Dean, quien en esos momentos lloraba contra la pared, mientras su pequeño cuerpo se estremecía a causa del llanto.
- Dean disculpame, no era mi intención gritar, es que hacías la misma pregunta una y otra vez y yo...
- No te iba... a pleguntad... nada. - dijo entre hipidos.
- ¿Y entonces? - pregunto levantando la ceja.
- Quedia... il al... baño. - el pequeño se giro ligeramente para ver a su hermano, mostrando un puchero y las mejillas húmedas por las lagrimas.
Sam no pudo evitar sonreír ante lo adorable que era su hermano, pero esta vez se guardaría el comentario para sus adentros.
- ¡Ohh! - exclamo - Bien entonces vamos al baño. - dijo extendiendo su mano para que el rubito la tomara. Pero este negó con la cabeza, Sam frunció el ceño ante la reacción. - ¿Por que no Dean?
Dean solo atino a llorar mas fuerte llevando una de sus manitas a su rostro. Sam no entendía nada, no al menos hasta que bajo la mirada un poco y vio la humedad en los pantalones de su hermano.
- Mierda. - dijo por lo bajo. Pero la sola mención de la palabra provoco un renovado arranque de llanto en su hermano. - No Dean, ya no llores.
- ¿No estas... modesto? - alcanzo a mascullar mientras se sorbía los mocos.
- No Dean fue un accidente y creo que fue por mi culpa, no debí asustarte así. Ahora vamos a limpiarte ¿esta bien? - dijo de forma suave tomando la mano de su hermano guiándolo hacia el baño.
En el cuarto de baño, Sam desvistió a Dean de forma lenta y cuidadosa, su hermano tenia un aspecto demasiado frágil en ese cuerpo de 3 años y temía lastimarlo. Una vez desnudo lo baño mientras Dean aun hipaba a causa de las lagrimas, las cuales cesaron unos momento después de tomar su mano.
Dean por su lado, se encontraba ligeramente avergonzado por lo sucedido, pero en ese cuerpo no podía controlar nada y eso le frustraba, sobretodo el hecho de ser tan abierto en lo que a sus emociones se refería. Sin embargo no podía evitar sentirse cómodo con los cuidados de Sam, unos cuidados que solo había recibido de su madre.
En un futuro, si llegaban a tener alguno claro esta, Sam seria un excelente padre. Por un momento, Dean quiso que no encontraran la solución a su problema.
De vuelta en el cuarto Sam vistió a su hermano con unos pequeños calzoncillos y una vieja camisa suya, dado que no esperaban que el problema durara tanto, solo habían comprado dos cambios de ropa y ninguno era apto para que durmiera.
Una vez arropado y limpio Sam beso la frente de su hermano en un impulso que no pudo evitar y del cual cayo en cuanta momentos después. Cerro los ojos esperando una queja o un golpe pero estos jamas llegaron, en cambio lo que recibió fue una caricia en su mejilla.
- Gacias Sam. - dijo la voz adormilada de su hermano.
- De nada hermanito. - respondió y se dirigió nuevamente al baño a limpiarse y de paso lavar la ropa de su hermano.
No tardo mucho en el baño, para cuando salio esperaba encontrarse a un muy dormido Dean que le permitiera terminar su investigación, lo que encontró fue algo muy diferente.
El pequeño rubio se encontraba sentado en su cama, tomando las sabanas lo mas fuerte que sus manitas le permitían, cubriéndolo hasta por debajo de su nariz, dejando ver unos muy abiertos y asustados ojos.
- ¿Dean que pasa? - pregunto ligeramente alarmado.
- Hay... hay duidos bajo mi cama. - dijo lo mas bajo que pudo por la vergüenza, obligando a su hermano a preguntar de nuevo.
- ¿Que hay que? - dijo esta vez sentado junto a Dean quien se aferro a el en un fuerte abrazo, escondiendo su cara en su pecho.
- Hay duidos bajo mi cama. - dijo con la voz amortiguada contra su cuerpo.
Sam estuvo tentado a reír, vaya que si lo estuvo. Su hermano, el cazador mas fiero y peligroso de todos, le tenia miedo a unos simples ruidosos bajo su cama. Eso era oro para el después de tantos años de burlas. Pero aun no era el momento de usar esa bomba encontrá de su ahora pequeño hermanito.
- Esta bien Dean, no hay nada que temer, nada te puede hacer daño aquí. - consoló acariciando la espalda de su hermano suavemente.
El pequeño se despego un poco de su hermano y le miro suplicante con sus enormes ojos verdes.
- ¿Puedo dodmid contigo Sam? - pregunto el pequeño derrumbando todas las barreras de su hermano con esos ojitos llorosos.
Quien dijo que Sam tenia la patente de la mirada de cachorro apaleado. Es que si el tenia ahora de grande esa mirada a la que nadie podía negarse, la de Dean pequeño era simplemente demoledora, la mirada "made in Sam" era de aficionados comparada a la que en esos momentos Dean le dedicaba y lo peor de todo es que era completamente sincera, sin malicia, ni segundas intenciones. Algo de lo que Sam era culpable cada vez que la ponía en practica, a sabiendas de lo que provocaba.
- Esta bien, vamos a dormir.
Que mas podía responder después de eso. Esa noche ambos durmieron como nunca lo habían hecho. Dean por primera vez en mucho tiempo se sintió protegido y Sam por su lado con una calidez desbordante en el pecho y una tranquilidad increíble. No había nada mas que no fueran ellos dos.
La mañana siguiente a eso, no fue lo que se dice pacifica, al menos no después de que Sam le dijera a Dean que tendría que dejarlo en una guardería la mitad del día por que no podía acompañarlo a conseguir lo que necesitaba para contra-restar el hechizo. Cuya solución fue hallada por Bobby quien le marco esa mañana.
Dean pataleo, grito y golpeo todo el trayecto al dichoso lugar, haciéndole saber a Sam su opinión ante ello.
- No soy un niño Sam, puedo cuidadme solo. - dijo el pecoso con un puchero y con el ceño fruncido en el asiento trasero del impala.
- Te has visto en un espejo. - contesto el otro observándole por el espejo retrovisor.
- Idiota.
- Mocoso.
Una vez en la guardería...
- ¡Suéltame Sam, no quiedo, no quiedo! ¡¡¡SAAAMM!!!
- No esta a discusión Dean, te quedaras y punto. - contesto Sam con un pequeño rubio que pataleaba, gritaba y golpeaba innumerables veces contra su cintura. Hasta que...
- ¡¡DEEEAAANNN!! - los pequeños dientes del mayor se clavaron en el brazo de su hermano.
- ¿Niño difícil? - soltó la cuidadora con la mirada temerosa hacia el rubio que yacía en los brazos del hombre castaño frente a ella.
- Eso es quedarse corto. - bufo cansado con la mirada fija en su hermano, quien lo miraba con odio. - Te quedas aquí y punto.
- Si algo le pasa a mi nena estas muedto Sam. - siseo contra la oreja de su hermano antes de que este lo dejara en el suelo.
- ¿A que hora pue.. ¡AHHHH! ¡DEAN! - grito cuando el pequeño lo pateo con todas sus fuerzas en la pierna para después correr al interior del lugar, parándose a medio camino para enseñarle la lengua y desaparecer.
- A las cuatro esta bien, Sr. Wesson. - dijo la mujer tratando de ocultar su risa con la mano.
- Gracias. - bufo y salio del lugar. - Maldito mocoso.
La mujer que era la encargada del lugar se acerco al grupo de niños que ese día tenia a su cargo, fijando su atención en el niño rubio, que momentos antes había dado muestras de ser un verdadero problema. La encargada en cuestión era una mujer robusta de unos cuarenta años, cabello castaño oscuro y cara de Mary Poppins. Según el escrutinio del pequeño Dean.
- Muy pequeños, ustedes ya saben las reglas, nada de ruidos fuertes, no correr y por supuesto nada de acercarse a las puertas esta claro.
- Como si pudiedamos abrila, no medimos mas de medi meto, einsnein. - bufo Dean, provocando las risas de los demás niños.
- Pues precisamente por eso pequeño, pueden hacerse daño. - contesto la mujer algo sorprendida por el comentario del niño.
- Nah. - chasqueo la lengua Dean y se paro frente a la ventana.
Sinceramente jamas espero divertirse con un montón de niños, pero sinceramente no fuera que le sorprendiera. Su cuerpo ahora respondía a estímulos diferentes a los que realmente estaba acostumbrado.
Cualquier cosa que brillara le llamaba la atención y no podía estar quieto por mas de 10 minutos. Lo comprobó cuando los pusieron a dibujar y sinceramente no tardo mucho antes de comenzar a tirar pintura por todos lados, la paciencia jamas fue una virtud suya de todas formas.
Pero sinceramente la hora de la comida fue algo mas... artística que la hora de dibujar. No ayudo mucho que la cosa que llamaban sopa fuera color verde vomito y supiera mucho peor.
La comida empezó tranquila, al menos lo mas que se podía con un montón de niños de cuatro años para abajo. Ya saben, risas por aquí, lenguas por allá y claro aburrimiento por a cuya.
En un momento, paredes, piso, ropa y caras estaban manchadas con el liquido verde. Despues de un buen regaño por parte de la mujer, todo volvió a la normalidad, claro hasta que Dean formulo una forma de vengarse por la reprimenda.
"Nadie egaña a un Minchested y sale tan ampante" pensó el pequeño en su cabeza.
Todo estaba listo, varios bloques de lego unidos entre si formando una pequeña base cuadrada y varias ligas a modo de reportera cargadas con varios globos con agua esperando pacientemente a que la mujer saliera de su oficina para recibir su "regalito"
Regalo que no tardo en recibir pues varios niños la llamaron. La cadena de sucesos a partir de ese momento transcurrió de forma rápida.
Una puerta que se abre, la mujer que sale y el niño que libera el contenido de su arma en contra del cuerpo rechoncho frente a el.
Las risas de los pequeños no se hicieron esperar incluida la suya, que para ese entonces ya no sonaba tan infantil como la recordaba. Un grito histérico y Dean se dio cuenta que ya no era un niño de tres años, había vuelto a la normalidad, pero al menos estaba vestido igual a como antes del hechizo.
La mujer en el acto cayo al piso desmayada por la impresión, los niños le miraban entre sonrientes e incrédulos por lo que pasaba.
- Hola - dijo sin saber que hacer.
La mujer no daba señales de recobrar la conciencia en corto tiempo y Dean estaba planteándose seriamente dejar el lugar para averiguar que sucedió, pero no podía dejar a los niños solos. Maldita conciencia se recrimino.
Pasaron unos minutos mas mientras sopesaba la opción de llamar a la policía o a una ambulancia, cuando la puerta del lugar se abrió, dejando entrar a un hombre de gorra y barba.
- ¿Bobby? - dijo con los ojos abiertos de par en par.
- Vaya al menos por este lado salio bien. - dijo mas para si mismo cuando vio al cazador.
- ¿De que hablas? ¿Como que por este lado? Explicate.
- Ahora no muchacho, tenemos que irnos.
- Pero los niños. - dijo mirando a los pequeños tras el.
- Estarán bien, la mujer parece que esta despertando, ahora vamonos. - ordeno mientras señalaba a la mujer en el piso.
No pasaron ni dos segundos cuando se hallaban fuera del lugar rumbo a la camioneta de Bobby.
- ¿Me dirás que pasa? - pregunto deteniéndose cerca del vehículo. Bobby le miro de forma severa, resoplo pero al final termino hablando.
- El hechizo no salio tan bien como lo imagine. No me fije en un detalle.
- ¿Que detalle Bobby? - dijo entrecerrando los ojos y apretando los labios.
- Veras el hechizo que encontré no revierte el anterior solo lo pasa a otra persona, es como un intercambio.
- Bobby no te estoy entendien...
- ¡DEAAN! - el grito infantil de un niño le interrumpió.
Para cuando quiso darse cuenta un pequeño estaba aferrado a su pierna. La mata de cabello castaño y aquellos ojos verdes grisáceos eran inconfundibles.
- Mierda. - mascullo al ver la sonrisa llena de hoyuelos de su hermano menor.
FIN
Aqui el link al fic de
elghin ques es dentro de este mismo Verse
"En La Niñez"