It's not such a cruel world.
Título: Algo en lo que sostenerse.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Gokudera/Tsuna (muuuuy leve. MUY).
Advertencias: Spoilers de los últimos capítulos del manga. Sosedad y OoC espantosos. Also, posible cursilería :'D.
Notas: Hecho para el meme de las canciones también. Supuestamente inspirado en Not Such A Cruel World de Gabrielle Aplin, pero mejor quitemos toda relación entre esa canción amor y este fic horrible :'D.
¿Qué podía hacer o decir? Nunca había sido bueno consolando a la gente. Principalmente porque a él no le gustaba que lo “consolaran”. No quería la lástima de nadie… Y en los últimos tiempos, tampoco quería que la gente que lo rodeaba se preocupara por él. (Quería que sonrieran, que fueran felices, como siempre. Y no había mejor consuelo para él que ese cuando las cosas se ponían feas. Claro que si le preguntaban, lo negaría totalmente).
Pero el Décimo no era así. Sabía que necesitaba apoyo, que necesitaba ayuda. Y no sabía qué decirle. ¿Qué podía hacer? Lo que estaba pasándole era algo que Gokudera no podía comprender. (Tal vez porque había nacido en un mundo donde enterarte que tu padre era un asesino era completamente normal. Excepto cuando la víctima era… en fin. No iba a entrar en esos pensamientos).
Y las palabras no eran exactamente lo suyo. No las palabras comprensivas, sentimentales… En cambio, ¿los razonamientos? Tal vez. Pero el mejor razonamiento que se le ocurría en ese instante era “Es la Mafia, ¿qué puede esperarse de eso?”.
Sin embargo, la mirada vacía en los ojos de Tsuna le impulsaba a querer hacer algo. Debía cambiar eso. No soportaba verlo así.
¿Qué podía hacer…?
Se decidió por lo único que se le ocurría. Puso su mano sobre el hombro del otro joven, y apretó suavemente su agarre. El mensaje era claro: “Estoy aquí para apoyarte. No te preocupes”.
No pensó que fuera suficiente en lo más mínimo, pero no había mucho más que pudiera hacer.
A pesar de eso, aunque no llegó a verlo, Tsuna sonrió levemente ante el gesto, sintiendo como un poco del peso sobre sus hombros se desvanecía.
Al menos no estaba solo.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Gokudera/Tsuna (muuuuy leve. MUY).
Advertencias: Spoilers de los últimos capítulos del manga. Sosedad y OoC espantosos. Also, posible cursilería :'D.
Notas: Hecho para el meme de las canciones también. Supuestamente inspirado en Not Such A Cruel World de Gabrielle Aplin, pero mejor quitemos toda relación entre esa canción amor y este fic horrible :'D.
¿Qué podía hacer o decir? Nunca había sido bueno consolando a la gente. Principalmente porque a él no le gustaba que lo “consolaran”. No quería la lástima de nadie… Y en los últimos tiempos, tampoco quería que la gente que lo rodeaba se preocupara por él. (Quería que sonrieran, que fueran felices, como siempre. Y no había mejor consuelo para él que ese cuando las cosas se ponían feas. Claro que si le preguntaban, lo negaría totalmente).
Pero el Décimo no era así. Sabía que necesitaba apoyo, que necesitaba ayuda. Y no sabía qué decirle. ¿Qué podía hacer? Lo que estaba pasándole era algo que Gokudera no podía comprender. (Tal vez porque había nacido en un mundo donde enterarte que tu padre era un asesino era completamente normal. Excepto cuando la víctima era… en fin. No iba a entrar en esos pensamientos).
Y las palabras no eran exactamente lo suyo. No las palabras comprensivas, sentimentales… En cambio, ¿los razonamientos? Tal vez. Pero el mejor razonamiento que se le ocurría en ese instante era “Es la Mafia, ¿qué puede esperarse de eso?”.
Sin embargo, la mirada vacía en los ojos de Tsuna le impulsaba a querer hacer algo. Debía cambiar eso. No soportaba verlo así.
¿Qué podía hacer…?
Se decidió por lo único que se le ocurría. Puso su mano sobre el hombro del otro joven, y apretó suavemente su agarre. El mensaje era claro: “Estoy aquí para apoyarte. No te preocupes”.
No pensó que fuera suficiente en lo más mínimo, pero no había mucho más que pudiera hacer.
A pesar de eso, aunque no llegó a verlo, Tsuna sonrió levemente ante el gesto, sintiendo como un poco del peso sobre sus hombros se desvanecía.
Al menos no estaba solo.