Título: Dame una cama y prometo no incendiar la ciudad entera.
Parte de:
El Descubrimiento de la Teoría de las Dimensiones InterconectadasFandoms: LMF!R!OP/Animorphs.
Claim: Locos-Animorphs.
Advertencia: Spoilers de OP, creo (?). No muy directos. Y lo básico de AM, que no es nada xD.
Notas: Es horrendo ;_; *se esconde*
Estaba abrumada. Hasta ese momento no me había dado cuenta de lo cansada que estaba. Tantas cosas habían pasado juntas que apenas había tenido tiempo de pensar, de analizar. Y, aunque ahora aquello pareciera tan lejano, yo no había pegado un ojo la noche anterior a la misión que desencadenó todo esto. Me había quedado leyendo junto con Kmi.
He aguantado un día entero sin dormir antes. Claro, que en aquella oportunidad yo no había bailado, cantado, pateado traseros y chocado con un… bosque, todo en unas pocas horas.
-Tengo sueño -lloriqueé.
Uno de los lobos se volteó a verme. Juro que casi pude oírle decir “¡¿Los estamos prácticamente tomando como rehenes, y tú dices que tienes sueño?! Definitivamente eres rara”. Desde luego, los hermosos lobitos probablemente habían dormido ocho horas antes de enfrentarse a la extraña situación que nosotros mismos les habíamos presentado. O sea que los muy hijos de sus madres ni siquiera habían destrozado una casa de subastas antes de encontrarse con nosotros.
-Oh, no me mires así. Yo no soy un lobo que habla telepáticamente -dije desafiante.
Kmi me observó de reojo, y creo que contuvo una risa. Pero ella también estaba cansada, había vivido lo mismo que yo.
Discretamente, Nahi se había situado a mi lado.
-Mierda. Estoy harta de esto. Bah.
La miré atentamente, esperando que dijera algo más.
-No puede ser que nos hayamos escapado de la Marina para que nos secuestren unos lobos -interrumpió Piojito, a mis espaldas-. Denme una oportunidad, juro que puedo hacer un lobo asado exquisito.
La miré horrorizada. En otra situación, le habría dado permiso. Mejor dicho, en otra situación le habría respondido “Y si quieres podemos acompañarlo con un delicioso calamar”, sólo para molestar a D. Pero no ahora. No cuando podía estar permitiendo que cocinaran a mis personajes favoritos.
-Esperen ¿Tengo que caminar ahí? -Otra vez era Nahi la que hablaba, y se había detenido-. Muéranse. Y olvídenlo. ¿Quiénes se creen que son ustedes? ¿Y cómo es que los estamos siguiendo?
Se tiró al suelo. Sí, lo juro, se tiró al suelo. Creo que el lobo líder se desmayaba ahí mismo con aquella escena, de no ser porque probablemente había escuchado que podían cocinarlo. Me acerqué a Nahiara para tratar de apaciguarla, mientras gruñidos y miradas animales de “¿Qué ocurre?” seguían la situación.
-Cosa, quiero lobo asado.
No sé con qué fuerzas estaría logrando pensar en intentar arreglar la situación.
-Nahi, levántate, por favor. Char, no estamos en situación de…
Pero ambas me lanzaron miradas terribles. Ugh. Ellas daban miedo. Realmente lo daban. Claro, sino no serían revolucionarias
-Estoy de acuerdo con ella -dijo Bans con una calma que nada bueno podía augurar. Sabía que estaba preocupada por el Lamb.
No pude decir nada. Nada. De detrás de unos arbustos salió un gorila. Un jodido gorila. Sí, me refiero a ese primate que es de la familia de Hawk. Al mismo. Y yo sabía quién era.
El animal levantó a Nahi del suelo como si se tratara de una pluma, y con su otro brazo agarró a Charlotte.
dijo el lobo alfa .
-¡¿Por qué no acompañas a tu…?! -Me salió del alma, lo juro. Pero me contuve antes de completar la frase-. Puedes tener un puto zoológico completo, y eso está bien. Puedes decirnos que este es tu territorio y que haremos lo que tú quieras. Pero NO te metas con mis amigos.
El gorila no movió un músculo para bajar a mi Nahi. Al contrario, siguió caminando, instando a que lo siguiéramos. Y yo no tenía fuerzas para pelear mucho.
murmuró una voz telepática mucho más calmada que las otras, luego de un tiempo de caminata. Podía jurar que era la voz de una mujer.
Frente a nosotros había una pequeña cabaña destrozada. Parecía que había pasado por un huracán, un incendio, un terremoto, y que, encima de eso, se había sostenido en pie durante un siglo.
Admito que exagero un poco. Aún así he dormido en escombros mejores que esos.
El enorme hermano de Hawk (Bueno, estoy insultando al pobre gorila, que, yo sabía, era amor con todas las letras y en mayúsculas, pero estaba un poco alterada) movió su enorme cuerpo hasta la cabaña, y depositó a las dos tripulantes allí. Charlotte parecía estar a punto de sacar su enorme cuchillo de cocina, pero mi Co-Co le advirtió con una mirada que no lo hiciera. Y nadie se opone a la voluntad de Dios… O tal vez esa es otra de mis exageraciones.
.
Me dirigí hacia donde se encontraba Nahi, y me senté a su lado. Ella parecía furiosa. Estaba segura de que había pateado todo lo posible al pobre gorila.
Y no había sillas a mano…
Miyu, quien parecía la más cansada (tal vez porque se había tropezado y levantado tantas veces que había consumido todas sus energías), sin decir una palabra entró en la cabaña, y se echó a dormir allí mismo, acostada en el suelo.
Los animales la observaron con incredulidad, y vi como discretamente un ratonero se posaba en un árbol frente a la entrada, desde el cual podía mirar todo.
Fue Sir la que decidió hablar. Lo cual, debo decir, fue muy bueno. Cuando Sir está seria, da mucho miedo (aún no supero mi trauma). Y cuando no lo está, muchas veces lo parece.
-Ya les explicamos, Señores Lobos y Señor Gorila. Estábamos navegando en mar abierto cuando sin previo aviso aparecimos aquí. No sabemos cómo ocurrió, porque no vimos ninguna isla antes de estrellarnos.
“Sólo vimos una tropa de barcos de la Marina siguiéndonos” pensé.
.
.
Me sorprendí con la última voz. Era nueva, y yo supuse que debía provenir del primate.
-Nos preguntaron cómo llegamos aquí, no en qué circunstancias nos encontrábamos mientras navegábamos.
Uno de los lobos gruñó.
<¿Esperan que creamos su historia? ¿En pleno siglo XXI?>
Se hizo un profundo silencio, mientras los animales esperaban nuestra respuesta.
-¿Qué?
-¿Desde cuándo contamos los siglos? -preguntó Hawk.
-No. ¿Desde cuándo es raro que naveguemos en un barco pirata? -recalqué yo.
Creo que esa pregunta sacó de quicio a “los dueños del bosque”. Yo sabía por qué, pero no podía demostrarlo. Porque incluso conociendo ese mundo, en mi vida era realmente normal ver un barco pirata.
contestó uno de los animales sarcásticamente.
-Hace unos treinta años que comenzó la era de la piratería -Blush recalcó lo obvio para nosotros-. Si nos vamos unos siglos para atrás, dudo que nos encontremos con piratas. Más bien nos encontraremos con el siglo perdido.
Eso debió dejar muy desconcertados a los animales.
dijo el líder, apenas disimulando su confusión <¿De dónde vienen?>.