Fandom: Star Wars (Universo Expandido)
Pareja: Luke Skywalker y Mara Jade
Clasificación: PG-13
Género: Romance y Angst
Tiempo: Diecinueve años después de la Batalla de Yavin.
Resumen: Lo que en un principio fue un matrimonio por convenencia toma un cambio inesperado para nuestros protagonistas.
N/A: Bueno, les debo una disculpa por mi tardanza en subir este capítulo -y por lo corto que es- pero me dije que para nada algo. Ya saben, nuevo bebé y además estoy lactando a tiempo completo. ;p Espero les guste.
Capítulos Anteriores -Definitivamente algo muy horroroso debe estar al borde de esta galaxia. Están verdaderamente espantados.
Luke dirigió su mirada hacia Mara, quien estaba de pie frente a una ventana observando el mustio panorama del planeta. No había pronunciado palabra alguna desde que fueron escoltados a esa habitación... hasta ahora. Era un lugar cómodo, la antitesis de todos las celdas que había visitado de manera involuntaria en su pasado.
-Sí, tiene que serlo. - aceptó él su aseveración.
Acercándose a ella, se colocó detrás suyo, rodeando la cintura femenina con su brazo.
-Granjero, - le amonestó ella, tensándose, - No dudo que tengan cámaras.
-No me importa. - murmuró él cerca de su oído, arrancándole un leve temblor a su cuerpo, - Me hiciste falta.
Con un suave movimiento, él la obligó a girarse. Los ojos azules vagaron por el hermoso rostro, -¿Estás bien?
Ella evadió su mirada entre tanto se encogía de hombros, -Sólo tengo mi orgullo herido. -musitó ella al recordar su encuentro cercano con Callista en la cueva, -Creo que tenías razón al decir que debía terminar mi entrenamiento en la Academia.
Luke arqueó sus cejas; ¿Mara admitiendo que él tenía razón? Colocó ambas manos en el rostro femenino para forzarle a que le mirara y volvió a repetirle la pregunta, -¿Estás bien?
‘Por supuesto que no estoy bien, imbécil jedi’ pensó ella para sí, agradeciendo su buena fortuna a los ysalamiris alrededor de la habitación. Estaba segura de que él hubiese podido captar todas las tumultuosas emociones que recorrían su interior. ¿Por qué tenía que reaparecer la roba-cuerpos ahora? El universo tenía un macabro sentido del humor, Mara no dudaba de ello.
-Estoy bien, Skywalker. - su respuesta fue algo dura y fría.
Ignorando su acerado tono de voz, él acarició su mejilla. El tierno gesto le obligó a cerrar sus ojos, deleitándose ante la singular mezcla que despertó en ella. ¡Gran Fuerza! ¿Cómo era posible que lograra desalmarla con tan pequeña muestra de afecto? Todas sus barreras cayeron al suelo. Al sentir los labios masculinos rozar los suyos, un diminuto gemido brotó de su ser. De verás que había extrañado a su granjero.
-¿Interrumpo algo?
Tanto ella como Skywalker dieron un brinco involuntario. Los verdes ojos le lanzaron dagas a la intrusa.
-Siempre había opinado que tu sentido de percepción era algo más agudo, Callista.- Mara no pudo contener su característico sarcasmo.
Callista optó por ignorarla, -He venido a anunciarles que la cena será servida en una hora. Si desean refrescarse, en el ropero hallarán todo lo que necesiten.
Ella giró y cerró la puerta tras de sí. Mara observó la puerta cerrada por varios segundos y luego dirigió su mirada a Luke. Los azules ojos miraban la entrada cerrada con una muda interrogación. Ella abrió la boca para dirigirle una pregunta, pero la cerró con rapidez. No era su lugar reconvenirle, ya él decidiría cuando hablar. Alzándose de hombros -indiferencia que no sentía en su interior- se dirigió al ropero. Un gruñido escapó de sus labios al abrirlo.
-¿Mara? - le llamó Luke al escucharle.
Todo el rostro de la pelirroja había palidecido y Luke rápidamente reconoció que estaba furiosa.
-Iré a darme un baño. - dijo ella con voz seca y sin decir nada más, se encaminó al baño. Así que ese sería su papel en ese lugar, la “cortesana del Emperador”. Y no defraudaría. Llevaría a cabo muy bien su papel, como muchas veces hizo en el pasado. Alguien se había tomado la molestia en recordarle quien había sido, la mano del Emperador. Y estaba segura de quien era la idea.
Consternado, Luke se acercó al armario. Divisó varios uniformes de caballeros Jedi; su anticuado estilo le evocó a los viejos tiempos de la República. Justo al lado de los uniformes, estaba el culpable -o los culpables- del cambio del estado de ánimo de Mara. Luke tomó uno de los vestidos y un leve rubor cubrió su rostro al observarlo detenidamente. Estaba seguro de que no dejaría nada a la imaginación. El no se había percatado del tiempo transcurrido, la suave tela del traje entre sus manos, ponderando en que tan hórrido pudo haber sido el pasado de Mara bajo el mando del Emperador.
-Muy buena elección.
El duro sarcasmo de Mara le obligó regresar a la realidad.
-Mara… -comenzó él a protestar.
-No te atrevas, Skywalker.- le replicó ella con tersedad al tiempo que le arrebataba el traje de las manos masculinas, -No estoy de humor para escuchar tus pequeños sermones.
Ella le dio la espalda, al tiempo que apretaba la bata de baño alrededor de su húmedo cuerpo. Por varios segundos temió que él insistiría en hablar sobre el tema.
-De acuerdo. - y dejando escapar un resoplido lleno de frustración, añadió, -creo que es mi turno para darme un duchazo.
La tensión abandonó el cuerpo femenino al escuchar que cerraban la puerta al baño. Ella miró con desprecio el traje, furiosa consigo misma. Estaba permitiendo que las perturbadoras emociones en su interior descontrolara su bien equilibrada compostura. Odiaba tener expuestas a flor de piel lo que sentía, era un lujo que nunca se había permitido a si misma… hasta que conoció al granjero.
¿Por qué aceptó la atolondrada idea de Skywalker?
“Sabes bien porque.” le respondió una vocecita en su interior, “Porque siempre le has amado.”
Ella frunció aún más el ceño, furiosa con su indiscreta consciencia. ¡Cómo deseaba enviar todo al Sith y largarse de allí parta nunca volver! Quizás le estaría haciendo un gran favor al granjero. Con gran esfuerzo, forzó una expresión impávida sobre su rostro y comenzó a vestirse. No le daría ninguna impresión a Skywalker, sólo él podría elegir y la primera señal que ella viera de su parte, tomaría una decisión definitiva.