[Ugh.]Lo es, todo en él y en nuestra tempestuosa relación es real. Y no son tormentas de conflictos, celos y discrepancias, sino tormentas de incertidumbre, de despertar en Nueva York y amanecer en Vancouver, de nunca dormir por ir a ver las aureolas boreales y dormir días enteros en mullidas camas de hoteles cápsulas. Es aventura, es una vorágine de experiencias y sentimientos, siendo la tierra que la lluvia marca pero no es capaz de eliminar el amor, el simple amor.
¡No debería estar permitido sentir tanto!
Tanto que el pasado parezca una huella, un anticipo, un prólogo de palabras que eliges descreer hasta que sus besos las vuelven realidad a la luz del amanecer, porque a su lado todo es brillante y placentero, todo parece posible y matarías invisibles dragones si aquello amparara su sonrisa, esa sonrisa que sabes te llevarás de él a otras tierras cuando su tiempo se acabe, si es que se acaba porque se aferra a ti con todo lo que es y no es, con todo el potencial y las memorias, permitiéndote ser tú ante tanta vulnerabilidad.
Amable, digno de ser amado. A veces aún te preguntas si lo eres, mas todas las respuestas se hallan en sus abrazos, en la forma en la que te carga y te ama, dejando signos por doquier, allá dónde toca, prueba y deshace. Te sientes amada, y por vez primera no intentas deshacerte de la sensación y escapar, porque él es tan bueno, él es tu estúpido héroe shonen y tú quieres ser su end game, la doncella con la que derrota a numerosos enemigos y al final tienen juntos niños con nombres absurdos.
Eso estaría bien, ¿no? Él ya incluso pensó en los nombres, complementó los tuyos, se entrelazó a tu vida como ninguna otra persona y sabes que es el correcto, aquí y ahora es el correcto. Sin embargo... el amor no lo es todo, y tu historia no es así de heroica y maravillosa, tu historia es más adecuada de un viejo comic de esos antiguos, de esos olvidables dónde la protagonista quiere descubrir más, no de sí misma sino del mundo y si ha de sacrificarlo todo: lo hará, lo hará y permitirá al héroe ir y salvar al mundo, de ti, de ellos.
Un dilema. Un conflicto que por ahora evitas y disfrutas de derretirte ante las miradas, ante los detalles y amas como nunca antes se te permitió, siendo tú y no el reflejo de lo que otros quieren que seas. Simplemente eres tú y la torpeza, datos curiosos y gatos que siempre has sido y él está contigo, temes que esté ahí por demasiado tiempo y entonces sea más difícil hacerle partir, pero no hacerte partir porque así eres tú al fin y al cabo, ¿no es así? La villana de muchas historias, muchos corazones rotos y puede que sea esta vez, la única en la que tu corazón también se quebrará para jamás sanar, porque no mereces esos ojos azules, esa felicidad.