023/100
Número: 023/100.
Título: No soy perfecto, Hayato tampoco. [6/25].
Fandom: Uta No Prince-Sama Maji Love 1000%
Claim: Tokiya/Hayato Ichinose.
Rating: K+.
Extensión: 714 palabras.
Advertencias: Angst, self-cest. Basado en el capítulo dos del anime. Le da un aire a un songfic, pero no lo es del todo Uu.
Para: Mi tabla Angst de la comunidad minutitos
Prompt: #09.- Dolor.
¿Qué era eso que se escuchaba en el pasillo? Una vocecilla que reconocería en cualquier lugar del planeta. Y cómo no, una imagen igual de penetrante y molesta en las pantallas: Ittoki Otoya.
Una canción pegajosa, parecidas a las de Hayato. Cursilerías insignificantes combinadas con ritmos melodiosos; así se suponía que conquistaría a millones de chicas.
Tokiya se detuvo y observó la audición de su compañero. Horrible, pero tan saturada de sentimiento. ¿Eso era lo que le faltaba?
No lo comprendía, cantaba perfectamente y no le veía problema alguno a su música. Entonces, ¿qué le pasaba a la percepción de los demás?
Recordó las insistentes peticiones de su compañero en ayudarlo a escribir la dichosa letra de la canción; los consejos que le dio y éste ignoró, y por supuesto, la chica que había estado a su lado durante los últimos días: Nanami Haruka.
Qué pequeño era el mundo. Qué pequeño era ese instituto.
Vamos a sonreír con todo lo que tenemos y luchar por el mañana,
Esa joven, esa estúpida fan… Era como si le hubiese compuesto una canción al mismísimo Hayato. Otoya no podría sentirse más afortunado.
En su interior, Tokiya empezó a envidiarlo, a odiarlo. Él también quería que su música volviese a sonar verdadera.
Haz un símbolo con toda tu energía.
¿Qué clase de idioteces eran esas? Hayato lo superaba por mucho, pero, Ichinose Tokiya jamás le llegaría a los talones, ¿no?
En ése momento,
diré aquella palabra con letras,
Maldito Otoya, lo buscaría para darle una golpiza.
Pero meditó. Volvió a mirar la pantalla y un nuevo impulso se apoderó de él. En sus adentros, Hayato no dejaba de sonreír, el dolor de su gemelo le daba más fuerzas para seguir triunfando. Algún día terminaría por derrocar sus sueños y apoderarse de su corazón.
Sólo necesitaba de tiempo…
Mi corazón perdido volará.
Apretó los puños.
Estoy enamorado de ti.
La cabeza le dolía y ya era hora de irse, tenía un compromiso en ese tedioso estudio de grabación.
Se le veía feliz cantando algo tan patético en una mísera cabina de audio, a diferencia suya que creaba letras maravillosas y se presentaba antes miles de espectadores con esa fachada dulce que lo único que le provocaba era una maldita bipolaridad.
Hayato lo consoló, o al menos sintió como si lo hiciese.
Se estaba volviendo loco.
Mañana sería otro día, uno en el que la humillación haría estragos en el poco orgullo que le quedaba; uno en el que pensaría seriamente en darse por vencido, tal y como lo hacía todas las noches antes de acostarse.
Salió de las instalaciones de la escuela y caminó hacia la carretera donde un taxi lo estaría esperando. Su cotidianeidad lo aguardaba.
A lo lejos, el cielo se aglomeraba de nubes grises, no tardaría en llover.
Título: No soy perfecto, Hayato tampoco. [6/25].
Fandom: Uta No Prince-Sama Maji Love 1000%
Claim: Tokiya/Hayato Ichinose.
Rating: K+.
Extensión: 714 palabras.
Advertencias: Angst, self-cest. Basado en el capítulo dos del anime. Le da un aire a un songfic, pero no lo es del todo Uu.
Para: Mi tabla Angst de la comunidad minutitos
Prompt: #09.- Dolor.
¿Qué era eso que se escuchaba en el pasillo? Una vocecilla que reconocería en cualquier lugar del planeta. Y cómo no, una imagen igual de penetrante y molesta en las pantallas: Ittoki Otoya.
Una canción pegajosa, parecidas a las de Hayato. Cursilerías insignificantes combinadas con ritmos melodiosos; así se suponía que conquistaría a millones de chicas.
Tokiya se detuvo y observó la audición de su compañero. Horrible, pero tan saturada de sentimiento. ¿Eso era lo que le faltaba?
No lo comprendía, cantaba perfectamente y no le veía problema alguno a su música. Entonces, ¿qué le pasaba a la percepción de los demás?
Recordó las insistentes peticiones de su compañero en ayudarlo a escribir la dichosa letra de la canción; los consejos que le dio y éste ignoró, y por supuesto, la chica que había estado a su lado durante los últimos días: Nanami Haruka.
Qué pequeño era el mundo. Qué pequeño era ese instituto.
Vamos a sonreír con todo lo que tenemos y luchar por el mañana,
Esa joven, esa estúpida fan… Era como si le hubiese compuesto una canción al mismísimo Hayato. Otoya no podría sentirse más afortunado.
En su interior, Tokiya empezó a envidiarlo, a odiarlo. Él también quería que su música volviese a sonar verdadera.
Haz un símbolo con toda tu energía.
¿Qué clase de idioteces eran esas? Hayato lo superaba por mucho, pero, Ichinose Tokiya jamás le llegaría a los talones, ¿no?
En ése momento,
diré aquella palabra con letras,
Maldito Otoya, lo buscaría para darle una golpiza.
Pero meditó. Volvió a mirar la pantalla y un nuevo impulso se apoderó de él. En sus adentros, Hayato no dejaba de sonreír, el dolor de su gemelo le daba más fuerzas para seguir triunfando. Algún día terminaría por derrocar sus sueños y apoderarse de su corazón.
Sólo necesitaba de tiempo…
Mi corazón perdido volará.
Apretó los puños.
Estoy enamorado de ti.
La cabeza le dolía y ya era hora de irse, tenía un compromiso en ese tedioso estudio de grabación.
Se le veía feliz cantando algo tan patético en una mísera cabina de audio, a diferencia suya que creaba letras maravillosas y se presentaba antes miles de espectadores con esa fachada dulce que lo único que le provocaba era una maldita bipolaridad.
Hayato lo consoló, o al menos sintió como si lo hiciese.
Se estaba volviendo loco.
Mañana sería otro día, uno en el que la humillación haría estragos en el poco orgullo que le quedaba; uno en el que pensaría seriamente en darse por vencido, tal y como lo hacía todas las noches antes de acostarse.
Salió de las instalaciones de la escuela y caminó hacia la carretera donde un taxi lo estaría esperando. Su cotidianeidad lo aguardaba.
A lo lejos, el cielo se aglomeraba de nubes grises, no tardaría en llover.