Aquí estoy de nuevo, mis fieles lectores, para contarles que tal me fue en este Fin de Año. Como siempre, nada fuera de lo común; o sea, quince días que me supieron a poco, entre otras razones porque mi bendito jefe me los “escamoteo” bueno y bonito. Estoy de acuerdo que la vida no tiene que ser perfecta ni justa, pero, ¿no podría acercársele
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