Semana de exámenes igual a ganas de llorar, eso pensaba Yuuri, que estaba en finales, pero sólo tenía que aguantar un poco más y sería libre y por lo menos podría pasar un poco más de tiempo en Exotic Desires, aunque admitía que si seguía a ese paso de ir a comer helados todas las tardes no sólo quedaría en bancarrota sino que perdería la forma.
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