Feb 13, 2005 21:36
-Mi padre me contó -dijo Tejedor- que un día estaba llevando nuestra vieja vaca al mercado y que de pronto se le puso enferma y se cayó en el camino que hay cerca de la cabaña de la señora Ceravieja, y no había manera de que la vaca se moviese de allí y mi padre fué a su cabaña y llamó a la puerta y ella abrió y, antes de que él pudiera abrir la boca, ella le dijo: "Tu vaca está enferma, Tejedor", así como si tal cosa...Y luego le dijo...
-¿Te refieres a esa vieja vaca pinta que tenía tu padre? -quiso saber Carretero.
-No, el que tenía la vaca pinta era mi tío, la nuestra era la que tenía un cuerno medio aplastado -dijo Tejedor-. Bueno, el caso es que...
-Hubiese jurado que era pinta -dijo Carretero-. Me acuerdo de que un día mi padre la estaba mirando por encima del seto y dijo: "Hay que ver lo bonitas que son las manchas de esa vaca, hoy en día ya no hacen manchas así". Eso fue cuando teníais aquel viejo campo al lado del Pozo de Caab.
-Nosotros nunca hemos tenido ese campo, el que lo tenía era mi primo -dijo Tejedor-. Bueno, el caso es que...
-¿Estás seguro?
-El caso es que -dijo Tejedor- ella le dijo: "Espera aquí y te daré algo para la vaca", y fue a la parte de atrás de su cocina y volvió con un par de enormes píldoras rojas, y entonces le...
-¿Y cómo se aplastó el cuerno? -preguntó Carretero.
-...y entonces le dio una de las píldoras a mi padre y dijo: "Lo que tienes que hacer es subirle el rabo y meterle esta píldora allí donde no brilla el sol, y enseguida se levantará y echará a correr", y mi padre le dio las gracias, y cuando iba a salir de su cabaña se le ocurrió preguntarle para qué era la otra píldora, y ella lo miró de una manera muy rara y dijo: "Bueno, supongo que querrás alcanzarla, ¿no?".