"Cuando la cuerda se agotó de nuevo, se quedó sentado, en el silencio y la oscuridad. Por fin, tomó una decisión.
Solo le quedaban segundos. Los segundos habían significado mucho para Bill Puerta, por que disponía de una cantidad limitada de ellos. Pero para la Muerte, que nunca había tenido ninguno, no significaban nada.
Salió de la casa durmiente
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